Muchos de nosotros comparamos el poder con algo visible, llamativo, y conmovedor. Pero esto no es así con la autoridad espiritual. Pedro dice que Dios confía su autoridad espiritual al hombre interno del corazón debido a cierto adorno de carácter. “…sino el interno, el del corazón, en el incorruptible adorno de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios,” (1 Pedro 3:4).
La frase aquí significa “la incorruptibilidad de un espíritu manso y tranquilo.” Tal espíritu es inmune a pudrición, sin corrupción alguna. Y es de gran valor a los ojos de nuestro Señor. Encontramos la misma frase griega usada en Marcos 14:3, cuando una mujer quebró un frasco de alabastro de perfume y lo vació sobre la cabeza de Jesús. Este perfume también fue llamado “muy valioso.” Simplemente dicho, el adorno de carácter que Pedro describe tiene una fragancia divina. Y está compuesto de una sustancia incorruptible.
Este adorno de carácter particular - un espíritu manso y tranquilo - es la fuente de toda autoridad espiritual. Pero, no se equivoque: no es algo que puede ser cultivado en el alma. Más bien es un poder del cielo que toma al hombre oculto, produciendo un espíritu puro, incorruptible de mansedumbre y tranquilidad. Además, este adorno de carácter no es solamente para mujeres. Pedro añade, “Vosotros, maridos, igualmente…” (1 Pedro 3:7), y “sed todos de un mismo sentir” (3:8). Él dirige esta enseñanza a todo el cuerpo de Cristo.
La palabra griega que Pedro usa para la mansedumbre significa docilidad. Y la palabra usada para tranquilidad significa seguro, sin perturbación. Pedro habla de un corazón que siempre esta en paz con su posición en Cristo. Tal corazón posee la verdadera autoridad espiritual.
Desde luego, esto vuela en la cara de todas las filosofías seculares sobre el poder y la autoridad. El mundo nos dice, “Afírmese. Utilice el poder a través de intimidación. Haga contacto visual, use el lenguaje del cuerpo, mire a los otros fijamente. Ponga sus propias necesidades primero.” Vemos esta actitud reflejada sobre las cubiertas de álbum de grupos de música de hoy. Miembros de grupos fruncen el ceño, amenazan, “en tu cara.” Ellos igualan tal postura como quien tiene autoridad.
Nuestra actitud como creyentes es completamente diferente. Perseguimos el poder y la autoridad por un propósito: hacer huir a Satanás. Queremos confrontar sus ataques sobre nuestras vidas, iglesias, y familias. Y debemos reconocer que sin un espíritu de mansedumbre y tranquilidad en nuestro hombre oculto, no tenemos ningún poder verdadero.
David escribe, “tu diestra me sustentó y tu benignidad me ha engrandecido.” (Salmo18:35). La frase “me ha engrandecido” aquí significa “abundancia que aumenta mi piedad para otros.” David declara, “Señor, tu suavidad hacia mí ha aumentado mi propia capacidad para ser misericordioso.”
Piense en lo que David dice aquí. Este rey había dudado de la fidelidad de Dios a Israel. Él había cometido adulterio. Él hasta había asesinado a un hombre para cubrir su propio pecado. Aún el Señor mostró su piedad y perdón increíble a David.
David fue asombrado como Dios era apacible y amante con él durante este período terrible. Y ahora dijo, “el Señor ha sido tan sensible en relación conmigo. ¿Cómo podría alguna vez ser severo con alguien que pasa por lo que yo soporté? La gracia de Dios hacia mí ha agrandecido mi corazón. Ahora quiero mostrar la misma ternura a otros - a mi familia, a la iglesia, a todos.”
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