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lunes, 27 de enero de 2014

LA VISIÓN DE LOS REBELDES



"Ve, pues ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre." (Isaías 30:8). En esencia, Dios estaba diciendo: "Quiero que todas las generaciones, desde ahora hasta el fin de los tiempos, sepan de mi profunda tristeza por este tipo de rebelión. Escribe esto, Isaías, para que toda la gente, de todos los tiempos, entiendan mi tristeza cuando confían en la provisión del mundo y no en mí."

La rebelión que Dios describe aquí es un acto de desafío, una resistencia a su dominio y autoridad total en nuestras vidas. Es rehusar buscar su mente en todas las cosas. Esto no incluye solamente las grandes cosas de la vida, sino también en las cosas pequeñas: asuntos familiares, heridas, preocupaciones personales. Y conlleva cada aspecto de nuestro ser: espiritual, físico, mental, todo. La rebelión contra el dominio de Dios dice: "Lo puedo hacer por mí mismo. No necesito molestar a Dios." Pero Dios quiere que le molestemos.

Puesto de una manera simple, si no estás buscando al Señor para que te dé toda tu dirección - si no le estás clamando por dirección, si no estás confiando en su fidelidad, si estás tratando por ti mismo que las cosas ocurran - estás en rebelión. Dios declara: "Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos." (Isaías 65:2).

A la luz de la advertencia de Dios, pregúntate: "¿Es posible que estés en rebelión contra Dios, a pesar de tu devoción, adoración y de tu caminar recto? Puedes orar, ayunar y asistir fielmente a la iglesia. ¿Pero será esta la razón por la que estás confrontando confusión o batallas en tu casa, tu familia, tu trabajo?

Les planteo la misma pregunta a ministros. Cuando Dios les mira, dice: "Mi hijo, a veces todavía haces cosas en el ministerio sin buscarme a mí. Quiero estar involucrado en todo, desde tu cabello hasta las plantas de tus pies. Si no me pides a mi boca o confías en la sombra de mis alas, estás en rebelión."
Nuestro Señor quiere ser nuestro guardador. "He aquí no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es tu guardador." (Salmo 121:4-5). La palabra hebrea para guardador aquí significa guarda, protector, director, guía. Nuestro Señor es un padre vigilante, protector que tiene mucho gozo en guardar y preservar a sus hijos.

De hecho, en Éxodo Dios se reveló a sí mismo a Israel por un nombre nuevo: Celoso. "Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es." (Éxodo 34:14). Fíjate que este nombre fue revelado en el contexto de una advertencia: "No te has de inclinar a ningún otro dios." En ese tiempo, muchos israelitas iban a "lugares altos", o altares idólatras, para encontrar dirección. Servían al Señor meramente de labios en cuanto a lo que se refería a buscarle para obtener su dirección.

Esto, simple y llanamente, era idolatría. Sólo Dios conoce el futuro. Y cuando una persona recurre a algo que no sea Dios en busca de dirección, esa persona esta adorando ese objeto. Esto es cierto en lo que se refiere a confiar en astrólogos, horóscopos o en leer las estrellas. Cuando dependes en algo para ayuda, lo adoras. Lo conviertes en un dios.

Nuestro Dios es absolutamente celoso en lo que tiene que ver con mantener su poder. Y le menospreciamos cuando no vamos a él en busca de ayuda. Dios mató al rey Saúl por este mismo pecado de rebelión: "Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó con una adivina y no consultó a Jehová; por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí." (1 Crónicas 10:13-14). La Palabra de Dios lo hace claro: la trasgresión de Saúl estuvo en buscar consejo de otro en lugar de consultar a Dios. Y Dios le mató por eso.

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