Muchos cristianos que están
creciendo piensan que están cayendo.
Cuando algunas personas son salvas no vuelven a luchar con el pecado que le asediaba. Ellos testifican, "En el momento que vine a Jesús el Señor se llevó la tentación. Estoy libre desde ese entonces." Conozco a muchos que eran drogadictos que tuvieron esa experiencia. Fueron salvos bajo el poder de Dios, y no tienen problemas de adicción desde entonces. En efecto, muchos de ellos son ministros.
Pero para una multitud de cristianos, la historia es diferente. Años después de su conversión, siguen luchando contra una poderosa tentación. Una vieja corrupción se ha desatado en ellos-algo que odian y no quieren volver a ver. Y esa atadura es lo que los libran de la plenitud de Dios. Llevan culpabilidad y reproche a su vida. Y si fuera descubierto, los arruinara.
No importa cuánto luchen, esa lujuria no los deja. Al pasar el tiempo, se desaniman. Su alma gime, "Cuánto tiempo, Señor? Cuándo se romperá esta cadena?" Y finalmente el diablo viene a ellos, diciendo, "Nunca vencerás. Tu pecado permanecerá en ti! Has luchado con esto por años. Tu sabes que no hay forma en que puedas crecer espiritualmente en esta condición."
Anímate, amigo tengo buenas nuevas para ti. Estás creciendo en medio de tu lucha! En efecto, puede que estés creciendo con más rapidez a causa de tu lucha.
Pregúntale a cualquier marinero que ha navegado en medio de huracanes y tormentas. Las olas pueden tirar el barco como un corcho. El viento puede sacudir el mástil. Y parecer como que la tormenta empuja al barco. Pero el marinero con más destreza no puede discernir si el barco está avanzando. Los mismos vientos que amenazan con hundir el barco, en realidad pueden estar empujándolo hacia adelante!
Tenlo por seguro, si tienes el temor de Dios en tu corazón, saldrás más fuerte de la tormenta. Verás, cuando estás luchando contra el enemigo, estás ejercitando y llamando toda la gracia y poder de Dios. Y aunque te sientas débil, esa gracia y ese poder te están fortaleciendo. Una cosa, tus oraciones tienen más urgencia. Y segundo, todo orgullo es quitado. Así que, esta tormenta te está poniendo en "guardia espiritual" en toda área de tu vida!
Cuando estás cooperando con el Espíritu Santo en la lucha por vencer tu pecado, estás creciendo en tu conocimiento de la obra del Espíritu!
Cada vez que se levanta la oposición, la gracia de Dios aumenta en nosotros. Piensa en un árbol cuando es azotado por una gran tormenta. Los vientos amenazan con sacar el árbol de raíz. Rompe sus ramas y se lleva sus hojas. Desata sus raíces y se lleva sus capullos. Y cuando termina la tormenta, parece que no hay esperanza.
Fíjate: la misma tormenta que abrió grietas en la tierra alrededor del árbol ayudo a que sus raíces crecieran más profundas. Ahora el árbol tiene acceso a recursos nuevos de nutrición y agua. Y es purgado de todas sus ramas muertas. Los capullos se habrían ido, pero otros crecerán. Te digo, ese árbol está más fuerte, creciendo en forma inesperada. Y espera la cosecha, porque va a dar mucho fruto!
Quizás ahora mismo estás en una tormenta. El viento está soplando fuerte, sacudiéndote violentamente, y piensas que vas a caer. Amado, no te asustes! Tienes que saber que en medio de la tempestad, estás echando raíces espirituales profundas. Dios está desarrollando en ti una humildad profunda, un dolor y una tristeza más profunda por el pecado, un hambre más elevada por su justicia.
Otros cristianos que no conocen la guerra espiritual pueden mirar con desdén a sus hermanos y hermanas que luchan en formas diferentes a las suyas. Pero tú no tienes esa actitud. Ahora, por tus propias luchas, eres más tierno hacia las debilidades y fallas de los demás. Aunque no te hayas dado cuenta, el Señor ha usado la tormenta para profundizar las raíces de la compasión de Cristo en ti.
En resumen, Dios está haciendo de ti un experimentado soldado de la cruz, marcado por la batalla, pero inteligente en la batalla y valiente. A veces te puedes decepcionar de ti mismo, pero el Señor no. El pudo actuar en forma soberana en cualquier momento y sacarte de la lucha. Pero no lo hizo-porque vio que estaba produciendo en ti una sed mayor por El!
Piénsalo: Tu nueva humildad, tu nueva tristeza por el pecado, tu nueva sed por Cristo-ningunas de estas cosas estaban presentes en ti antes que entraras a la guerra espiritual. Y ahora estás creciendo más fuerte, a pesar de la continua batalla. Has resistido solo por fe. Y aunque has tropezado, siempre te levantas y vuelves a la cruz. Estas reteniendo alguna promesa del pacto de poder. Y en el proceso, eres más santo, más humilde-más como Jesús!
Sin embargo, el diablo quiere convencerte que tu lucha con el pecado demuestra que eres malo y vas camino al infierno. No-él es un mentiroso! Y él ha atrapado a un sin número de cristianos con sus mentiras infernales!
Unas semanas atrás, leí de un ministerio que recibió una llamada de la esposa de un pastor la cual estaba ebria cuando llamó. Cuando una voz temblorosa dijo, "Solo quiero que sepa que existen miles de esposas de pastores que beben para esconder su dolor. Eso es lo que yo hago. Yo bebo en secreto para adormecer el dolor. También quiero darle las gracias por sus lindos mensajes. Buen día."
Siento mucha pena por esta mujer y el sin número de esposas de ministros como ella. Algunas soportan matrimonios fríos que poco a poco están destruyendo sus almas. Y en secreto se vuelven a las drogas y el alcohol para aminorar su dolor interior. Mas sin embargo, solo están descendiendo en la profundidad y los tormentos del infierno.
Las escrituras dicen que Dios no quebrará la caña cascada. Y ahora esta pobre esposa del ministro-es una caña herida y cascada. Yo creo que el Espíritu de Dios la va alcanzar y le va ministrar.
La Biblia también dice que Dios no apagará el pábilo que humeare. Esta palabra se aplica particularmente al pastor que está atrapado en el 'internet' pornográfico. Dios está diciendo, "Dondequiera que yo vea aunque sea una pequeña chispa, yo no la apagar. En efecto, continuará ventilándola hasta que coja fuego y se convierta nuevamente en una llama!"
Quieres crecer espiritualmente? Si es así, pídele al Espíritu Santo que brille su luz en tu área débil o de pecado. Y clama a El, "Señor, quiero dar la medida con tu palabra. Y sé que solo tú tienes el poder para lograrlo en mi. Por favor- ayúdame a entender por fe que estás obrando en mi, haciéndome crecer espiritualmente!"
Dios quiere que sepas ahora mismo, que en medio de tu tormenta, El está a tu lado. El está regando tu espíritu, alimentando tu alma, echando raíces fuertes en ti. Así, que deja que los vientos de la lucha soplen fuerte. Tu Padre te está preparando para una gran cosecha!
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