Algunos cristianos están creciendo, pero no lo saben.
Algunos creyentes te pueden contar acerca de su crecimiento espiritual. Y claramente, puedes apreciar el cambio en sus vidas. Testifican como el Espíritu Santo ha vencido al enemigo en sus vidas, y te regocijas con ellos en su victoria.
Sin embargo, este tipo de cristiano es la excepción La mayoría de los creyentes no se enteran del progreso espiritual en sus vidas. Son diligentes, caminan en santidad y temor de Dios. Oran, leen la Biblia y buscan al Señor con todo su corazón Y se han alejado de toda lujuria y malos hábitos No existe obstrucción en su crecimiento espiritual. En resumen la vida de Cristo va en aumento en estos santos.
Pero no pueden discernir ningún crecimiento en sí mismos. No sienten que algo espiritual esta sucediendo en ellos. Yo soy un ejemplo de este tipo de creyente. Yo sé que camino en la justicia de Cristo, mas sin embargo, nunca me siento santo. Nunca siento que estoy progresando. En efecto, ocasionalmente me reprendo a mí mismo cuando hago o digo algo ofensivo a Cristo. Me pongo a pensar, "He sido Cristiano por años. Cuándo voy a aprender?"
Siempre juzgamos a los demás más puros y más santos que nosotros. Sin embargo, nunca nos enteramos del maravilloso y grandioso crecimiento espiritual que Dios esta obrando en nosotros!
Pienso que los cristianos Tesalonicenses estaban asombrados cuando escucharon la resplandeciente evaluación que Pablo hizo acerca de ellos. A lo mejor pensaron, "Yo, creciendo en extremo? Pablo debe estar bromeando. Es que él no sabe que aún estoy lejos de donde debo estar? La mayoría de las veces estoy luchando. Quizás el puede ver crecimiento en mí, pero yo no."
Sin embargo, Pablo sabía que el crecimiento espiritual es algo escondido y secreto. Las escrituras lo comparan con el crecimiento de las flores y los arboles: "Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano. Extenderse sus ramos, y será su gloria como la de la oliva, y olerá como el Líbano." (Oseas 14:5-6).
Dios nos esta diciendo, "Mira los lirios! Trata de verlos crecer. Acomódate y prepárate para estar allí todo el día. Te digo, que al finalizar el día no podrás percibir crecimiento alguno. Pero puedes estar seguro de esto: Con el rocío que envío todas las mañanas, yo riego los lirios-y van a crecer.
O, trata de medir el crecimiento del cedro. Siéntate debajo de él por un mes, y dime cuán alto lo ves crecer. Es probable que no percibas crecimiento alguno, hasta después de seis meses. Mas sin embargo, ese árbol esta echando raíces profundas! Verás, yo riego ese árbol con mi lluvia. Y cualquier árbol que es regado apropiadamente va a crecer. Sin embargo, ese crecimiento no se puede percibir con el ojo humano. Pues crece en secreto!"
Lo mismo sucede con la mayoría de los creyentes en cuanto al crecimiento espiritual. No se puede percibir con el ojo humano!
Algunos cristianos objetaran, "Soy creyente por diez años, y aún no siento que he crecido espiritual-mente." A esas personas les señalo el libro de Isaías. Dios promete, "Porque yo derramaré aguas sobre el secadal, y ríos sobre la tierra árida..." (Is. 44:3) También se refiere a su pueblo como "árboles de justicia,..." (61:3). El Señor mismo dice que somos árboles y flores, su sembrado muy cuidado. Y él envía su rocío y su lluvia sobre nosotros!
Déjame darte una pequeña prueba que revelará si el crecimiento espiritual está tomando lugar en ti. Sencillamente pregúntate lo siguiente, "Tengo sed de Dios? Quiero más de Jesús y su santidad? " Si la respuesta es sí, puedes estar seguro que estás creciendo. Por qué? El promete derramar su agua viviente sobre todo aquel que tiene sed de él: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán saciados." (Mt. 5:6).
Sencillamente, Dios juzga tu crecimiento espiritual por tu hambre y sed de él. Así que, si eres sincero acerca de tu caminar con Cristo, y estas disponible a su dirección y corrección, no debes desanimarte por cualquier falta de crecimiento que percibas. El verdadero crecimiento espiritual está tomando lugar dentro de ti; lo percibas o no!
Más Dios promete que todo aquél que tenga hambre y sed de él ser saciado por su propia mano. El nos rociará del cielo. Y nos dará todos los nutrientes necesarios para producir una vida abundante en nosotros, aunque lo veamos suceder o no!
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