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jueves, 20 de diciembre de 2012

DIOS REVELA SU GLORIA

 
 ¡Dios le reveló a Jeremías su gloriosa
promesa de pacto sobre el perfecto
sacerdocio santo!

Hoy la iglesia de Jesucristo está en esa misma terrible condición. He llegado a esta conclusión después de haber visto videos de ciertos "avivamientos" y conferencias que han mostrado y expuesto creyentes rectos de todas partes del mundo. Me escriben amigos diciendo: "Hermano Israel, usted no podrá creer la blasfemia que va a ver en este video." 

Por lo general digo dentro de mí: "De seguro que no es tan malo." Pero cuando veo los videos, las escenas son peores que las descripciones que me dieron. Los servicios son dirigidos por falsos profetas y comerciantes que escupen locura y burlas blasfemas. Considere las siguientes escenas de algunas de las reuniones:
  • Un maestro de prosperidad le dice a la audiencia que es un desperdicio darle dinero a los pobres. En vez de eso, dijo: "¡Dé su dinero a los bendecidos. ¡De esa manera usted será bendecido a cambio!" 
  • Un hombre con un collar de perro puesto, gateaba ladrando como un perro mientras el coro cantaba la canción "A dónde él me guie le seguiré." ¡Los líderes dijeron que esta demostración era un acto de sumisión dirigido por el Espíritu!

  • La gente corría alrededor del auditorio mientras el grupo de adoración cantaba: "Corre por el dinero." Aparentemente, mientras más rápido se corría, mayor sería la bendición financiera.
Cuando vi estas cosas, mi espíritu gritó: "¡Oh, Señor - esto es una blasfemia! ¡Los pastores y las ovejas están totalmente ciegos! ¿Cómo podrías sanar esta profanación descarada de tu obra? ¡La herida a tu iglesia parece incurable!" 

Desde luego, el Señor realmente "vuelve su rostro" de toda esta insensatez y burla. Pero él nunca se oculta de los que se encierran en oración con él. Y le dijo a Jeremías, un hombre dedicado a la oración: "He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad." (Jeremías 33:6). 

¡Estas son palabras impresionantes! Dios le estaba diciendo al profeta: "Aunque no lo creas, Jeremías, voy a curar a mi pueblo. ¡De hecho, les voy a conducir a paz y verdad abundantes! Estoy a punto de traer una gran limpieza, con nuevas misericordias. ¡Y mi iglesia será otra vez un lugar de gozo y alabanzas verdaderas donde todas las ataduras son rotas!" 

Entonces el Señor dio esta gloriosa promesa de su pacto: "Así dice Jehová de los ejércitos: En este lugar desierto, sin hombre y sin animal, y en todas sus ciudades, aún habrá cabañas de pastores que hagan pastar sus ganados." (Jeremías 33:12). Él estaba diciendo: "Voy a establecer una multitud de sacerdotes piadosos en todas las ciudades. ¡Y ellos me servirán en verdad, haciendo que mis ovejas descansen!" 

En toda ciudad y pueblo, sea en montañas o valles, el norte o el sur, habría un "redil" - un corral para el rebaño - con un pastor que los cuide. Y "aún pasarán ganados por las manos del que los cuente, ha dicho Jehová." (33:13). Este versículo habla de cuidado íntimo y personal para cada oveja. Dios estaba diciendo: "¡Estos sacerdotes piadosos cuidarán de mi pueblo individualmente!" 

Entonces el Señor resumió su bendición de restauración, diciendo: "He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá." (33:14). Esta "buena palabra" sonaba casi demasiado buena para ser verdadera. ¡No sólo Dios limpiaría a su iglesia y restauraría a su pueblo - sino que él también les proveería pastores piadosos! 

Sólo el mismo Señor podría realizar un trabajo tan asombroso. Ningún evangelista, maestro o nuevo movimiento podrían lograrlo. ¡Ocurriría solamente por la promesa del pacto!

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