La
revelación de la gloria de Dios para nosotros,
tiene todo que ver con nuestra comunión con él.
tiene todo que ver con nuestra comunión con él.
Muchos
cristianos hablan de la intimidad con el Señor - andar con él, conocerlo,
teniendo comunión con él.
Pero no podemos tener verdadera comunión con Dios a menos que recibamos
en nuestro corazón la completa revelación de su amor, gracia y
misericordia.
La comunión con Dios consiste de dos cosas: Recibir el amor del Padre y corresponder a ese amor.
Puedes estar muchas horas al día orando, diciéndole al Señor cuanto lo amas, pero eso no es comunión. Si no has recibido su amor, no has tenido comunión con él. Simplemente no puedes compartir la intimidad con el Señor a menos que estés seguro en su amor por ti.
El salmista nos anima a entrar por sus puertas - las de Dios, "con acción de gracias, por sus atrios con alabanza." (Sal.100: 4). Cuál es la razón por tal alabanza y acción de gracias? Y por qué se nos da esa invitación? Es porque se nos ha mostrado al Dios que nosotros vamos a ir: "Porque Jehova es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones." (verso 5).
Yo sé que cuando voy a mi Señor, no voy a un padre castigador, furioso y demandante. Él no me está esperando con un rostro enojado, ansioso por poner la vara a mi espalda. Él no me está persiguiendo, esperando que yo falle para entonces decirme: "Te cogí."
No, voy a un padre que se me ha revelado como un amor puro e incondicional. Él es bondadoso y tierno, lleno de gracia y misericordia, ansioso por tomar todas mis cargas y pesares. Y yo sé que nunca me rechazará cuando acuda a él.
Por eso es que voy a sus atrios con alabanza y acción de gracias, porque estoy agradecido de quién mi Dios es. Él se preocupa por todo lo que a mí se refiera!
Pocos creyentes, sin embargo, han alcanzado el amor de Dios hacia ellos por fe. Viven en temor y desesperación, con poca o ninguna esperanza, y siempre enfrentando tempestades. No pueden entender por qué sus vidas están vacías, y por qué están llenas de desesperación y confusión. Muchas veces piensan: "Yo oro todos los días y leo la Biblia. Constantemente le demuestro a Dios cuanto le amo. Entonces, por qué no tengo tranquilidad y paz?"
Es porque nunca han comprendido la verdad que Dios los ama! Ellos no han comprendido que a pesar de sus debilidades y fracasos, su Padre celestial se preocupa por todo lo que ellos están pasando!
La comunión con Dios consiste de dos cosas: Recibir el amor del Padre y corresponder a ese amor.
Puedes estar muchas horas al día orando, diciéndole al Señor cuanto lo amas, pero eso no es comunión. Si no has recibido su amor, no has tenido comunión con él. Simplemente no puedes compartir la intimidad con el Señor a menos que estés seguro en su amor por ti.
El salmista nos anima a entrar por sus puertas - las de Dios, "con acción de gracias, por sus atrios con alabanza." (Sal.100: 4). Cuál es la razón por tal alabanza y acción de gracias? Y por qué se nos da esa invitación? Es porque se nos ha mostrado al Dios que nosotros vamos a ir: "Porque Jehova es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones." (verso 5).
Yo sé que cuando voy a mi Señor, no voy a un padre castigador, furioso y demandante. Él no me está esperando con un rostro enojado, ansioso por poner la vara a mi espalda. Él no me está persiguiendo, esperando que yo falle para entonces decirme: "Te cogí."
No, voy a un padre que se me ha revelado como un amor puro e incondicional. Él es bondadoso y tierno, lleno de gracia y misericordia, ansioso por tomar todas mis cargas y pesares. Y yo sé que nunca me rechazará cuando acuda a él.
Por eso es que voy a sus atrios con alabanza y acción de gracias, porque estoy agradecido de quién mi Dios es. Él se preocupa por todo lo que a mí se refiera!
Pocos creyentes, sin embargo, han alcanzado el amor de Dios hacia ellos por fe. Viven en temor y desesperación, con poca o ninguna esperanza, y siempre enfrentando tempestades. No pueden entender por qué sus vidas están vacías, y por qué están llenas de desesperación y confusión. Muchas veces piensan: "Yo oro todos los días y leo la Biblia. Constantemente le demuestro a Dios cuanto le amo. Entonces, por qué no tengo tranquilidad y paz?"
Es porque nunca han comprendido la verdad que Dios los ama! Ellos no han comprendido que a pesar de sus debilidades y fracasos, su Padre celestial se preocupa por todo lo que ellos están pasando!
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