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miércoles, 26 de septiembre de 2012

MEDICINA DISPONIBLE



¡Dios tiene medicina disponible para
la sanidad de las mentes atribuladas!

Hay victoria dispuesta para nosotros, sobre todas estas cosas que atribulan nuestras mentes. Está envuelto en un pacto que Dios hizo hace años con Abrahán y sus descendientes:



"Salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos aborrecieron; Para hacer misericordia con nuestros padres, Y acordarse de su santo pacto; Del juramento que hizo a Abrahán nuestro padre, Que nos había de conceder que, librados de nuestros enemigos, sin temor le serviríamos en santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días" (Lucas 1:71-75).

El juramento de Dios a Abrahán y a sus hijos es claro como el cristal: ¡Él nos librará de todos nuestros enemigos, para que podamos vivir sin miedo - tranquilos y en reposo - todos los días de nuestras vidas!

Amados, este pacto se aplica a cada uno de nosotros que vivimos hoy. Según Pablo, todos los que han recibido a Cristo como Señor por la fe son la “simiente de Abrahán." “…Esto es: no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes" (Romanos 9:8). "Sabed, por tanto, que los que son de fe son hijos de Abrahán" (Gálatas 3:7).

¿Cómo podemos reclamar la promesa de este pacto? Abrahán hizo una pregunta similar al Señor, cuando él no vio ningún alivio para su dilema. Él preguntó: "¿Qué me darás, Señor, ya que yo no tengo ningún hijo?" Esta fue la respuesta de Dios: "… Yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande" (Génesis 15:1).

El Señor le dijo, "Abrahán, yo voy a darte a mí mismo - y eso es todo. Yo seré tu defensor y tu gran premio - porque Yo soy el que soy. ¡Nunca necesitarás temer a otro enemigo mientras vivas, porque yo seré tu Dios!"

El Señor nos da una promesa gloriosa como esta, en su nuevo pacto. Él dice: "… seré a ellos Dios, y ellos serán mi pueblo" (Hebreos 8:10). De hecho, desde el mismo principio de la creación, a través de toda la Escritura, oímos a Dios haciendo esta súplica a la humanidad: "¡Yo quiero ser tu Dios!"

El plan del Señor para nosotros siempre ha sido simple. Él ha dicho: "No tienes que temer ningún poder que venga contra ti. Actuaré en todo momento como tu defensor. Si confiaras en mis promesas solamente, lanzándote bajo mi cuidado por fe, seré tu omnipotente Dios. Conquistaré a todos tus enemigos y los derribaré delante de ti. ¡Serás victorioso, más que vencedor - viviendo todos tus días en paz, sin temor!"

Yo le pregunto: ¿Usted está viviendo sus días sin temor - con un espíritu tranquilo y paz mental? La mayoría de nosotros no vivimos ni una fracción de nuestro tiempo así. Entramos y salimos de nuestros momentos de paz, pero no entramos completamente en el descanso de Dios.

Si usted está atribulado, perplejo, apenado con un pecado asediante, tiene que entender: ¡Dios no está enojado con usted! Él no está queriendo disciplinarlo o juzgarlo. ¡Al contrario - él anhela infundirlo con su poder omnipotente!

Dios dice esencialmente la misma cosa en todos sus pactos: "¡Estoy buscando un pueblo que crea que yo los libraré de todos sus enemigos!" "No olvidaréis el pacto que hice con vosotros, ni temeréis a dioses ajenos; mas temed a Jehová vuestro Dios, y él os librará de mano de todos vuestros enemigos" (2 Reyes 17:38-39).

En el Antiguo Testamento, esos enemigos eran las naciones paganas - los filisteos, moabitas, hititas, jebuseos, cananitas. Todos estos poderes del mal buscaron destruir al pueblo de Dios y ponerlos en esclavitud.

Hoy nuestros enemigos existen en el reino espiritual - los poderes demoníacos, las lujurias de la carne, los malos deseos. Y en el Nuevo Testamento, Dios repite su promesa a su pueblo:

"Yo seré tu Dios - y tu serás mi hijo, mi hija. De hecho, serás mi hijo desde ahora hasta la eternidad. Por lo tanto, recuerda el pacto que he hecho contigo. No temerás a ningún hombre o poder, sino sólo a mí. Te libraré de las manos de todos sus enemigos - ¡incluyendo el acoso demoníaco, lujurias adherentes, hábitos dominantes, todos los pecados que te asedian!"

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