¡Ahora permítame darle la única esperanza
para la tormenta venidera!
para la tormenta venidera!
Justo antes de su muerte y resurrección, Jesús encaró una horrible
tormenta que estaba por llegar. El vio lo que estaba por venir:
Jerusalén sería rodeada por poderosos ejércitos, el templo sería
destruido, la ciudad sería quemada hasta sus cenizas y miles de
personas morirían en cruces levantadas por el enemigo invasor. ¡La
ciudad entera estaba a punto de desplomarse!
Ahora, Jesús era la personificación misma del amor de Dios. Y aún mas,
El advirtió, profetizó y lloró sobre su sociedad, porque vio lo que
estaba viniendo. 'Porque habrá entonces gran tribulación, cual no ha
habido desde el principio del mundo hasta ahora ni la habrá.
Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; más por
causa de los escogidos, aquellos días serán acortados'
(Mateo 24: 21-22)
Si usted piensa acerca de esto, los días de Jesús eran muy similares
a los nuestros: la paz, la calma y la prosperidad reinaban. Los niños
jugaban en las calles. No había señales de juicio por ningún lado. Sin
embargo Jesús describía su sociedad como una generación de víboras:
sacerdotes que robaban a viudas, incrédulos blasfemos, adúlteros,
abusadores de niños, una iglesia corrupta llena de cambistas, un
ministerio lleno de lobos con piel de oveja, falsos acusadores,
mentirosos, engañadores, hipócritas, amadores del placer, fornicarios,
niños corruptos. El advirtió 'Ustedes están próximos a ser rodeados
por ejércitos enemigos. Ahora, preparen sus corazones - ¡Porque se
avecina una tormenta!
Cuando por primera vez preparé este mensaje, me sumergí en un espíritu
de profecía. En todo lo que podía pensar era un la terrible condición
de la iglesia, y en como el diablo estaba usando sutiles demonios para
engañar a los elegidos de Dios. Los cristianos parecían estar
enfocados mayormente en sus propias necesidades - 'mis necesidades,
mis problemas, mi pasado, mi futuro - cómo mis padres me lastimaron,
como la iglesia me ha herido, cómo mis amigos me han fallado...' ¡El
pueblo de Dios ya no clamaba más por este mundo agonizante!
Por un tiempo, esta verdad me inundó. Luego el Espíritu Santo me
mostró como nuestro Señor reaccionó ante la tormenta venidera. El
apóstol Juan escribe, 'En esto se ha perfeccionado el amor en
nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como
él es así somos nosotros en este mundo'. (1 Juan 4:17) El simple hecho
es, nosotros tenemos que tener el pensamiento de Jesús en todas las
cosas - ¡De lo contrario nuestros corazones van a fallarnos!
La Biblia no da evidencia de Cristo abatido, con temor o
desesperanzado. El no tuvo pánico o desesperación. Jesús sabía el
resultado final. ¡El sabía que las puertas del infierno no
prevalecerían en contra del pueblo de Dios!
David nos da un panorama claro de la actitud de Jesús cuando enfrentó
la tormenta venidera. El habla proféticamente de Jesús diciendo
'Porque David dice de El: Veía al Señor siempre delante de mí; porque
está a mi diestra, no seré conmovido'. (Hechos 2:25) El significado
literal aquí es, 'Yo estaba siempre en su presencia, mirando su
rostro'. David citó a Jesús diciendo, 'Por lo cual mi corazón se
alegró, y se gozó mi lengua, y aún mi carne descansará en esperanza'.
(versículo 26). Aquí hay un secreto: ¡Jesús mantuvo al Padre siempre
ante sí!
Jesús continuamente buscó lugares secretos para estar con su Padre. Y
fue sólo después de estar en la presencia de Dios que Cristo salió a
ministrar, completamente persuadido de que su Padre estaba con El: '
¡El está a mi diestra - y nada en este mundo puede moverme! La palabra
griega aquí para 'moverse' significa 'agitar o sacudir, perturbar'.
Jesús estaba diciendo, 'Ninguno de estos problemas, maldades o eventos
venideros pueden derribarme o sacudir mi confianza. ¡Mi Padre está en
completo control!
Amado, si nosotros hemos de enfrentar la tormenta venidera, entonces
debemos estar preparados para que nada disturbe nuestro espíritu. Y
la única forma de hacer esto es pasar tiempo en la presencia del
Padre, buscando su rostro. Debemos encerrarnos con El -sobre nuestras
rodillas- ¡Hasta que estemos completamente persuadidos que El está a
nuestra mano derecha!
Dios claramente nos está diciendo: 'No se mueva o agite por nada que
vea. Mantenga sus ojos fijos en Mi - ¡Y mantendrá su gozo! Y de
acuerdo con David Jesús testificó, 'Me hiciste conocer los caminos de
la vida, me llenarás de gozo con tu presencia'. (Hechos 2:28)
Es como si Cristo nos dijera: 'Yo he enfrentado todo lo que ustedes
van a enfrentar en estos tiempos. Yo tuve el mismo sentimiento
profético porque yo vi la tormenta que se avecinaba. Pero yo corrí a
la presencia de Mi Padre, ¡Y El se llevó todas mis preocupaciones! El
me mostró el final de todo. Y en su presencia yo encontré todo el
gozo, esperanza y descanso que jamás haya necesitado, hasta el mismo
final. ¡Yo tengo paz y gozo porque he estado con El! 'Por lo cual mi
corazón se alegró, y se gozó mi lengua, y aún mi carne descansará en
esperanza'. (versículo 26)
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