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lunes, 7 de mayo de 2012

LA UNICA ESPERANZA

 
 ¡Ahora permítame darle la única esperanza
para la tormenta venidera! 




Justo antes de su muerte y resurrección, Jesús encaró una horrible tormenta que estaba por llegar. El vio lo que estaba por venir: Jerusalén sería rodeada por poderosos ejércitos, el templo sería destruido, la ciudad sería quemada hasta sus cenizas y miles de personas morirían en cruces levantadas por el enemigo invasor. ¡La ciudad entera estaba a punto de desplomarse! 

Ahora, Jesús era la personificación misma del amor de Dios. Y aún mas, El advirtió, profetizó y lloró sobre su sociedad, porque vio lo que estaba viniendo. 'Porque habrá entonces gran tribulación, cual no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora ni la habrá. 

Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados' (Mateo 24: 21-22) 

Si usted piensa acerca de esto, los días de Jesús eran muy similares a los nuestros: la paz, la calma y la prosperidad reinaban. Los niños jugaban en las calles. No había señales de juicio por ningún lado. Sin embargo Jesús describía su sociedad como una generación de víboras: sacerdotes que robaban a viudas, incrédulos blasfemos, adúlteros, abusadores de niños, una iglesia corrupta llena de cambistas, un ministerio lleno de lobos con piel de oveja, falsos acusadores, mentirosos, engañadores, hipócritas, amadores del placer, fornicarios, niños corruptos. El advirtió 'Ustedes están próximos a ser rodeados por ejércitos enemigos. Ahora, preparen sus corazones - ¡Porque se avecina una tormenta! 

Cuando por primera vez preparé este mensaje, me sumergí en un espíritu de profecía. En todo lo que podía pensar era un la terrible condición de la iglesia, y en como el diablo estaba usando sutiles demonios para engañar a los elegidos de Dios. Los cristianos parecían estar enfocados mayormente en sus propias necesidades - 'mis necesidades, mis problemas, mi pasado, mi futuro - cómo mis padres me lastimaron, como la iglesia me ha herido, cómo mis amigos me han fallado...' ¡El pueblo de Dios ya no clamaba más por este mundo agonizante! 

Por un tiempo, esta verdad me inundó. Luego el Espíritu Santo me mostró como nuestro Señor reaccionó ante la tormenta venidera. El apóstol Juan escribe, 'En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es así somos nosotros en este mundo'. (1 Juan 4:17) El simple hecho es, nosotros tenemos que tener el pensamiento de Jesús en todas las cosas - ¡De lo contrario nuestros corazones van a fallarnos!

La Biblia no da evidencia de Cristo abatido, con temor o desesperanzado. El no tuvo pánico o desesperación. Jesús sabía el resultado final. ¡El sabía que las puertas del infierno no prevalecerían en contra del pueblo de Dios! 

David nos da un panorama claro de la actitud de Jesús cuando enfrentó la tormenta venidera. El habla proféticamente de Jesús diciendo 'Porque David dice de El: Veía al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido'. (Hechos 2:25) El significado literal aquí es, 'Yo estaba siempre en su presencia, mirando su rostro'. David citó a Jesús diciendo, 'Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, y aún mi carne descansará en esperanza'. (versículo 26). Aquí hay un secreto: ¡Jesús mantuvo al Padre siempre ante sí! 

Jesús continuamente buscó lugares secretos para estar con su Padre. Y fue sólo después de estar en la presencia de Dios que Cristo salió a ministrar, completamente persuadido de que su Padre estaba con El: ' ¡El está a mi diestra - y nada en este mundo puede moverme! La palabra griega aquí para 'moverse' significa 'agitar o sacudir, perturbar'. Jesús estaba diciendo, 'Ninguno de estos problemas, maldades o eventos venideros pueden derribarme o sacudir mi confianza. ¡Mi Padre está en completo control! 

Amado, si nosotros hemos de enfrentar la tormenta venidera, entonces debemos estar preparados para que nada disturbe nuestro espíritu. Y la única forma de hacer esto es pasar tiempo en la presencia del Padre, buscando su rostro. Debemos encerrarnos con El -sobre nuestras rodillas- ¡Hasta que estemos completamente persuadidos que El está a nuestra mano derecha! 

Dios claramente nos está diciendo: 'No se mueva o agite por nada que vea. Mantenga sus ojos fijos en Mi - ¡Y mantendrá su gozo! Y de acuerdo con David Jesús testificó, 'Me hiciste conocer los caminos de la vida, me llenarás de gozo con tu presencia'. (Hechos 2:28) 

Es como si Cristo nos dijera: 'Yo he enfrentado todo lo que ustedes van a enfrentar en estos tiempos. Yo tuve el mismo sentimiento profético porque yo vi la tormenta que se avecinaba. Pero yo corrí a la presencia de Mi Padre, ¡Y El se llevó todas mis preocupaciones! El me mostró el final de todo. Y en su presencia yo encontré todo el gozo, esperanza y descanso que jamás haya necesitado, hasta el mismo final. ¡Yo tengo paz y gozo porque he estado con El! 'Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, y aún mi carne descansará en esperanza'. (versículo 26)

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