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jueves, 26 de abril de 2012

SOLO EL ESPIRITU SANTO NOS PUEDE AYUDAR

 
Sólo el Espíritu Santo nos puede ayudar
a apagar las llamas de agitación!


Una persona amargada no va a escuchar el consejo de nadie. Y un cristiano amargado ni siquiera va a prestar atención a la Palabra de Dios. Porqué? Agitación, amargura y odio cierra ojos y oídos -Y endurecen el corazón!

Ocasionalmente, una persona que ha estado preocupada por un largo tiempo puede mostrar alguna evidencia de arrepentimiento. Dirá: "si, estoy tratando de apagar mi enojo- pero es difícil". Aun así, deja una pequeña llama encendida, y al tiempo, su estofado amargo vuelve a hervir a fuego lento. El profeta Oseas compara el corazón humano con un horno.

Dice que este horno puede ser encendido con los fuegos de deseo, enojo, agitación, amargura, idolatría:
"Todos ellos son adúlteros; son como un horno encendido por el hornero, que cesa de avivar el fuego después de que está hecha la masa, hasta que se haya leudado. Aplicaron su corazón, semejante a un horno, a sus artificios; toda la noche duerme su hornero; a la mañana está encendido como llama de fuego. Todos ellos arden como un horno...." (Oseas 7:4-7).

El pan que es producido en este horno representa el fruto de nuestra vida. Piensa en esto: Como un panadero, tomamos la masa de nuestra vida y amasamos en la levadura: deseo, amargura, rencor. Ahora, podemos dejar la masa cerca del horno, sin hornearla. Y el fuego en el horno puede que empiece a apagarse. 

Pero el hecho es que, la levadura está todavía trabajando, esparciendo sus propiedades decadentes... Amado, la levadura en tu corazón está trabajando en este mismo momento. Probablemente no estés atizando el fuego en el horno. Pero, eventualmente, la levadura se va a levantar. Y, en un sólo momento de ira, saldrá el pan de iniquidad!

Esto describe las vidas de muchos cristianos hoy en día. Tienen un poquito de levadura en su corazón -algún pequeo rencor o herida que nunca ha sido tratada- y que no la enfrentan y se arrepienten. Al contrario, simplemente se hacen los que no la ven. Pueden creer que sus corazones están limpios e inocentes. Pueden aun testificar "No tengo nada en contra de esa persona. No estoy preocupado por nada".

Pero la levadura de amargura está trabajando todavía en ellos - alcanzando cada área de su vida. Y el tiempo pasará y saldrá a la superficie otra vez, levantándose como pan con levadura -Porque no se le ha tratado! "El hombre iracundo levanta contiendas, y el furioso muchas veces peca". (Proverbios 29:22).

Cualquiera que tenga un rencor escondido, eventualmente lo va a sacar a la superficie y va a terminar abundando en pecado!

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