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miércoles, 25 de abril de 2012

EL PELIGRO DE SEGUIR HIRVIENDO

 
Es peligroso permitir que tu estofado hierva, -mantener la llama
prendida y continuar hirviendo en tus propios jugos!

 
¿Estás todavía cocinando o hirviendo alguna cosa dolorosa que te fue dicha o hecha en el pasado? ¿Está la llama de enojo todavía quemando, trayéndote a un fuego lento, y todavía te rehusas a apagarla? Si es así, Estás en peligro de hervir completamente! Te vas a quemar en tu propio estofado, escaldado de por vida! Las noticias están llenas de tales ejemplos.

A diario los periódicos y noticias por la televisión nos muestran los terribles sucesos de hombres y mujeres que en un momento de ira acabaron con vidas, incluso en algunos casos con sus propias familias, gente que pasaron de ser individuos comunes a asesinos a sangre fría. El hombre le quita la vida al hombre todos los días, las carceles estan llenas de gente que no aprendió a controlar su enojo, gente que no midio el peligro de dejar hervir el estofado de su caracter. 

Por todas partes personas que no logran perdonar a los que les ofendieron y vivien con amargura y resentimiento en sus corazones, hirviendo en ira!
Cristianos enojados que no tiene la libertad de mirar a los ojos a sus pastores y hermanos, se sienten ofendidos y heridos, no tienen paz y su comunión con Dios se ha visto estorbada por la ira y el enojo que se ha puesto sobre sus cabezas, los días pasan y no pueden lidiar con su propio corazón.

Muchos creyentes vivien enojados con Dios y dicen cosas como: "Si Dios existe, Porque me ha puesto en tanta angustia? No estuvo ahí cuando más lo necesitaba. Nunca me contestó ninguna de mis oraciones, Así que lo dejo!".
 
Estas personas están muriendo una muerte lenta -Hirviendo en sus propios jugos! Quizás tu te puedas identificar con estas personas. Quizás tu estás hirviendo en fuego lento por dentro, a punto de hervir por completo. No quieres maldecir a Dios -pero sientes que El no esta aquí para ayudarte. Y clamas en frustración; "Señor, No siento nada de tu parte!"

Considera estas similares palabras, dichas por un angustiado hombre de Dios: "...Hablar en la angustia de mi espíritu, y me quejaré con la amargura de mi alma...y así mi alma tuvo por mejor la estrangulación, y quiso la muerte más que mis huesos. Déjame, pues, porque mis días son vanidad (inútiles): (Job 7:11-16). Job está hirviendo de frustración porque no entendía porque una tragedia sobre otra había venido sobre él. Sin embargo, Job no le permitió a los fuegos de amargura seguir quemando dentro de él. Fielmente apagó la llama, hasta que pudo decir, "aunque El me matare, en El esperar..." (13:15).

Las escrituras nos advierten: "Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención" (Efesios 4:30). "Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados" (Hebreos 12:15).

Dios está diciendo, "Ten cuidado!". No dejes que aun un poquito de amargura eche raíz. No importa lo que te hayan hecho -no importa como te sientas, o que tan injustamente te hayan tratado -no puedes llevar una raíz de amargura. Te matará!

Amado, si te rehúsas a dejar a un lado tu amargura, si te mantienes en fuego lento e hirviendo, puedes traer juicio a tu hogar, tu esposa, tus hijos, y a todos a tu alrededor. Y puede matarte, literalmente.

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