¿Qué fue lo primero que te trajo al Señor?
¿Viniste primero al Señor como lo hizo Faraón – sólo porque querías algo de Dios? ¿Te volviste a él para dejar un hábito de drogas, para que se restaurara tu matrimonio o para ser librado de un problema financiero? Te dijiste a ti mismo, “Si voy a Jesús, quizás él arregla las cosas.”
La verdad es que Cristo obrará milagros para ti. Él hará lo imposible en tu vida. Pero si sólo vienes a él para conseguir algo de él – sólo para ser librado de tus problemas – no crecerás una pulgada en madurez. Por el contrario, ¡sólo aumentarás en dureza!
Vuelve al día de tu conversión. ¿Sucedió después que alguna langosta se comió todo? Tu salud, ¿estaba debilitada en alguna forma? Algún hijo tuyo, ¿estaba en problemas? ¿Terminaste asolado, con la muerte y la ruina sobre ti?
Por favor no me malinterpretes; por supuesto, que Dios quiere salvar a la gente que termina en ruinas. Cuando todo esta perdido, él siempre esta cerca – y él es fiel para librar. Pero, amado, ¡no puedes ir a Jesús sólo para recibir alivio! Debes ir a él porque él es Dios – y porque él merece tu vida, tu adoración y tu obediencia.
Es cosa peligrosa entrar en la casa de Dios y hacer de la adoración algo mecánico. Puedes enseñar, ser ujier, puedes cantar en el coro – y puedes decirte a ti mismo, “Recuerdo bien el día de mi conversión. Hace cinco años, le pedí a Jesús que entrara en mi corazón.” Pero si tu corazón realmente fue convertido en ese tiempo, hoy hubiera evidencia en tu vida.
Puedes estar creciendo espiritualmente – leyendo la Biblia a menudo, llevando todas tus necesidades y problemas a Dios, y pasando tiempos preciosos con él en tu habitación secreta. Y cada vez que escuchaste avisos de langostas, obedecías – porque tú sabes que las órdenes de tu padre salen de su amor por ti.
Ahora mismo puedes estar diciendo, “Si, hermano Israel, admito que he estado descuidando la palabra de Dios. Y todavía estoy atado por un pecado asediante. ¿Estaré muy endurecido, he ido muy lejos para recibir el toque sanador del Señor?”
¡Por supuesto que no! Si comienzas a clamar al Señor hoy, en medio de tu necesidad, él te traerá tiempos de refrigerio. Cada vez que traes a él un corazón verdaderamente arrepentido, él no actuará como tu juez, sino como tu mediador e intercesor. Ahora mismo él te dice, “Sólo clama a mí, y yo lo haré por ti. Vendré a ti, supliendo todo lo que necesitas para mantener tu corazón tierno y quebrantado ante mi.”
¿Quieres alcanzar la madurez en Cristo? ¿Quieres que el Señor te siga reprendiendo en amor, guiándote hacia la vida y la santidad? Entonces clama a él hoy. ¡Nada te mantendrá en el camino que él ha trazado para ti como un corazón contrito y quebrantado!
La verdad es que Cristo obrará milagros para ti. Él hará lo imposible en tu vida. Pero si sólo vienes a él para conseguir algo de él – sólo para ser librado de tus problemas – no crecerás una pulgada en madurez. Por el contrario, ¡sólo aumentarás en dureza!
Vuelve al día de tu conversión. ¿Sucedió después que alguna langosta se comió todo? Tu salud, ¿estaba debilitada en alguna forma? Algún hijo tuyo, ¿estaba en problemas? ¿Terminaste asolado, con la muerte y la ruina sobre ti?
Por favor no me malinterpretes; por supuesto, que Dios quiere salvar a la gente que termina en ruinas. Cuando todo esta perdido, él siempre esta cerca – y él es fiel para librar. Pero, amado, ¡no puedes ir a Jesús sólo para recibir alivio! Debes ir a él porque él es Dios – y porque él merece tu vida, tu adoración y tu obediencia.
Es cosa peligrosa entrar en la casa de Dios y hacer de la adoración algo mecánico. Puedes enseñar, ser ujier, puedes cantar en el coro – y puedes decirte a ti mismo, “Recuerdo bien el día de mi conversión. Hace cinco años, le pedí a Jesús que entrara en mi corazón.” Pero si tu corazón realmente fue convertido en ese tiempo, hoy hubiera evidencia en tu vida.
Puedes estar creciendo espiritualmente – leyendo la Biblia a menudo, llevando todas tus necesidades y problemas a Dios, y pasando tiempos preciosos con él en tu habitación secreta. Y cada vez que escuchaste avisos de langostas, obedecías – porque tú sabes que las órdenes de tu padre salen de su amor por ti.
Ahora mismo puedes estar diciendo, “Si, hermano Israel, admito que he estado descuidando la palabra de Dios. Y todavía estoy atado por un pecado asediante. ¿Estaré muy endurecido, he ido muy lejos para recibir el toque sanador del Señor?”
¡Por supuesto que no! Si comienzas a clamar al Señor hoy, en medio de tu necesidad, él te traerá tiempos de refrigerio. Cada vez que traes a él un corazón verdaderamente arrepentido, él no actuará como tu juez, sino como tu mediador e intercesor. Ahora mismo él te dice, “Sólo clama a mí, y yo lo haré por ti. Vendré a ti, supliendo todo lo que necesitas para mantener tu corazón tierno y quebrantado ante mi.”
¿Quieres alcanzar la madurez en Cristo? ¿Quieres que el Señor te siga reprendiendo en amor, guiándote hacia la vida y la santidad? Entonces clama a él hoy. ¡Nada te mantendrá en el camino que él ha trazado para ti como un corazón contrito y quebrantado!
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