¡Al igual que los Israelitas, nosotros
debemos también entrar en la
Presencia del Señor con Acción
de Gracias!
debemos también entrar en la
Presencia del Señor con Acción
de Gracias!
Vivimos en un tiempo en el que nuestro sacerdote, Jesús, ha presentado ya el sacrificio de su propia la sangre ante el Padre, para hacer expiación por nuestros pecados. Cristo ha borrado todas nuestras iniquidades, para no volver a ser recordadas. Por lo tanto, para nosotros, el sacrificio de la expiación ya ha sido completado.
Pero, al igual que los Israelitas, nosotros también debemos entrar a los atrios del Señor como el Salmo 100 dice -- con acción de gracias y con regocijo. Y debemos traer con nosotros dos "cabritos" :
"Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Jehová, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios" (Osea 14:2). La palabra "ofrenda" aquí representa nuestros labios, o palabras. El significado completo de esta frase en Hebreo es, "ofreceremos becerros, aún nuestros labios."
Nuestro sacrificio de acción de gracias deberá ser hecho con los dos cabritos que traemos -- un sacrificio de labios, nuestras voces. Dios está diciendo, "Trae a mi presencia tus palabras de acción de gracias. ¡Habla, canta tus alabanzas!"
Nosotros ya no tenemos que traer a Dios sacrificios de sangre ni ofrendas de plata y oro para la expiación. En lugar, nosotros le deberemos traer un sacrificio de alabanza y de acción de gracias de nuestros labios: "Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre"(Hebreos 13:15). ¡El "fruto de labios" es nuestra gratitud y gracias!
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