Uno de los versículos más importantes de toda la escritura se encuentra en la Primera Epístola de Pedro. El apóstol habla de la necesidad de que nuestra fe sea probada: "para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo" (1 Pedro 1:7).
En este mismo pasaje, Pedro nos dice lo que debemos esperar en tales pruebas de la fe: "...aunque ahora por un poco de tiempo ...tengáis que ser afligidos en diversas pruebas" (versículo 6).
La palabra griega usada aquí para "prueba" significa "probar, examinar, poner a prueba en dificultades y adversidades." Una traducción lo pone de esta manera: "poniéndose en pruebas de aflicción." Pedro dice, "Si usted es un seguidor de Jesucristo, entonces usted va a enfrentar muchas pruebas y tentaciones difíciles. ¡Usted será probado severamente!"
Pedro aclara que tales pruebas de la fe no son para cristianos nominales. Estas pruebas de fuego son para creyentes entregados - aquellos que son santificados, obedientes, cubiertos con la sangre de Jesús, cristianos que tienen una "esperanza viva" a causa de su fe (ver versículos 2-5).
En palabras simples, Dios nos está diciendo en este pasaje: "Tu fe me es preciosa -- más preciosa que toda la riqueza de este mundo, que un día perecerá! Y en estos últimos días -- cuando el enemigo envía toda clase de males contra usted - yo quiero que usted sea capaz de pararse fuerte, con una fe perdurable.
"Pero, para obtener esta fe de oro, yo te tengo que traer a un lugar de grandes pruebas. Después de todo, los metales preciosos son tratados sólo con fuego. ¡Así que usted debe saber desde ahora que vienen grandes pruebas!
"Estas pruebas de fuego durarán sólo una temporada. Usted atravesará un tiempo de gran opresión, tristeza, pena, desesperación. Los cielos parecerán cerrados. Usted se preguntará si sus oraciones son oídas. En este tiempo usted será tentado a rendirse.
¡"Pero yo lo guardaré y le bendeciré en cada día oscuro! Tu parte es simplemente tener fe en mí. ¡Tu serás guardado por mi poder, mediante la fe!" "...que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero" (versículos 4-5).
Amado, estas pruebas de fuego de nuestra fe son importantes - porque el poder de Dios para guardarnos, es manifestado conforme a nuestra fe. En la medida en que nuestra fe sea más fuerte, en mayor medida su poder para guardarnos será manifestado en nuestras vidas.
Pablo da testimonio de haber soportado tales adversidades y pruebas difíciles: "sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas, que me han venido..." (Hechos 20:19). El apóstol usa la misma palabra en griego para la palabra "prueba" que Pedro utiliza -queriendo decir, "examinar, tratar, poner a adversidades de prueba." Él estaba reconociendo que, "yo sé que en todo lo que atravieso, el Señor trata de moldear algo en mí. ¡Él quiere que yo obtenga una fe perdurable!"
Santiago escribe, "Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia" (Santiago 1:2-3). Santiago no habla aquí sobre pruebas de lujuria o para ir tras los deseos de la carne. No -- el usa la misma palabra griega para "prueba" que Pedro y Pablo usan, queriendo decir "poner a adversidades de prueba."
Santiago dice, "Cada vez que pruebas difíciles vengan sobre ustedes, ¡regocíjense! Y ustedes podrán estar seguros que en estas pruebas Dios está trabajando en ustedes. No es el diablo que viene a tratar de derribarle -- sino el Señor, que quiere edificarle. ¡Él está trabajando, trayéndolo a un lugar de descanso y de fe en Él!"
Yo creo que una de las cosas que el Señor más desea trabajar en la Iglesia es la falta de paciencia. La falta de paciencia es la raíz de toda murmuración y queja. Dondequiera que no haya paciencia, no puede haber fe.
¡Y el pueblo de Dios es notoriamente impaciente! A través de la historia, nosotros constantemente le hemos puesto a Dios fechas límites, implorando, "Señor, ¿cuánto más debemos orar sobre esto? ¿Dónde te encuentras? ¡Si no haces algo pronto, será demasiado tarde!"
Pero Dios no contesta esa clase de oración. ¡En vez, Él continua probándonos - para llegar a nuestro espíritu de impaciencia!
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