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martes, 24 de enero de 2012

PERVIRTIENDO LO QUE LEES


Foto: Evangelizando Centro Cívico Talara

Muchos cristianos van a la Biblia para inquirir
del Señor mientras aún se aferran a sus
tropiezos de iniquidad - ¡y aún las Escrituras
hablan a sus ídolos!
 

Cuando los idólatras abren la Biblia, ellos a menudo encuentran lo que quieren, justo frente a sus ojos. Ellos leen justo lo que necesitan para levantar la convicción, para quedar tranquilos - ¡para confirmarles en su engaño!

Algunos años atrás, un hombre casado vino a mí convencido de que Dios le había mostrado una mujer que sería su siguiente esposa. Su esposa presente estaba invalida. Este hombre me dijo: “Yo amo a mi esposa, y no tengo planes de abandonarla. Pero una voz está diciéndome que esta otra hermana será mi esposa un día. Yo sé que parece difícil de creer - pero siempre que abro mi Biblia yo recibo confirmaciones, por doquiera que me vuelva. Por ejemplo - el otro día llegué a los Salmos, y la palabra que leí fue: 'Y así los guía al puerto que deseaban.'"

Esta palabra debió ser prueba suficiente para este hombre que en su corazón esta otra mujer era un “puerto deseado.” Las palabras que él estaba recibiendo no eran proféticas en absoluto; ¡eran su propio deseo lujurioso tomando una voz! Este hombre era “dirigido” a Escrituras que eran mal interpretadas - y le confirmaban en su poderoso engaño.

Una cosa es tener una lucha con el pecado y negarse a hacer paz con él. Tal persona dice: “Yo odio esta atadura - ¡y no lo soportaré! Yo quiero liberación. Dios, ¡seré fiel a ti!”

Pero cuando tú haces la paz con tu pecado - cuando está frente a ti todos los días, y no te niegas a verlo -- comenzarás a escuchar una confirmación tras otra. Y no será palabra de Dios para ti - ¡sino que Dios permitirá que tu propio corazón pecaminoso te hable!

Cuando los cristianos aprenden a vivir en su pecado - si ese pecado es falta de perdón, chisme, sensualidad - el pecado eventualmente vendrá a ser parte de su vida. Y no importa cuan a menudo son vistos en la iglesia - con manos levantadas, alabando al Señor - ellos siguen siendo idólatras a los ojos del Señor. Y eventualmente Dios les quitará su unción por completo.

¿Estás aferrándote a un ídolo en tu corazón? Te advierto - todo lo que recibirás de la palabra de Dios será confirmación de tu engaño. La palabra que debe sanarte, ahora sólo traerá tu ruina. Tú serás conducido por el espíritu de tu ídolo -- ¡pervirtiendo todo lo que lees u oyes!

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