Finalmente, Llegamos a la Palabra Unidad!
Yo creo que cuando Jesús lavó los pies de los discípulos, él estaba enseñando una lección profunda sobre como obtener unidad de compañerismo en el cuerpo de Cristo.
Al Jesús acercarse a Pedro para lavar sus pies, el discípulo se inclino hacia atrás.
"...Y pedro le dijo: Señor, tu me lavas los pies?" (Juan 13:6).
Pedro le pregunta asombrado, Señor, tú me vas a lavar mis pies, lo aras? Nunca, nunca!"
Jesús contestó,
"...Si no te lavare, no tendrás parte conmigo" (verso 8).
Jesús estaba diciendo, en esencia, "Pedro, si lavo tus pies, tendremos terrenos preciosos para el compañerismo, una base para la verdadera unidad." Así mismo, ningún pastor puede traer unidad a una iglesia simplemente implementando programas o por su ardiente predicación. No - la unidad viene del tomar la toalla!
Después que Jesús lavo los pies de sus discípulos, él les pregunto, "Comprenden ustedes lo que yo he hecho?" Si ellos verdaderamente hubieran entendido la importancia espiritual de lo que él acababa de hacer - de sacar la mancha y culpabilidad de su pecado - habría producido en ellos gratitud.
Ahora yo les pregunto: Que fue lo que Jesús hizo cuando él le limpió? Él lavo todas sus fallas y culpabilidad - él limpió los últimos remanentes de pecado - y le hizo completamente limpio. Él puso gratitud, agradecimiento, regocijo en su alma. Él lo llenó de amor para él para que lo siguiera dondequiera y hiciera todo por él. Todo lo que usted quería era tener una comunión con él, por lo que él hizo por usted.
Amado, ese es el secreto de la unidad! Cuando usted toma la toalla de perdón a un hermano adolorido, lo abrasa y lo anima en su dolor - en el sometimiento del temor santo, lavando sus sentimientos de inutilidad, angustia y desesperación, dándole amor y cuidado.
No obstante, qué es lo que ha hecho al lavar los pies de esa persona? Usted ha construido un fundamento firme para la verdadera unidad y gloriosa comunión. Usted es uno por su experiencia común - que es, ser lavado por el agua de la Palabra!
Hablando de gratitud - ese Cristiano será su amigo por toda la vida! Él lo defenderá, lo amara, hará cualquier cosa por usted. Él le dirá, "Tu estuviste conmigo en mis duros momentos. Y ahora no dejaré que nadie te haga daño!"
Pueden imaginarse una iglesia llena de tales personas de cuidado - que rehúsan escuchar una palabra de suciedad de otros; que se duelen cuando otros se duelen; que se reúnen alrededor de cada hermana o hermano desesperado, quebrantado, con una palabra de amor y esperanza? Es por eso que el Señor levanto nuestro ministerio en la ciudad de Talara - para levantar un remanente santo, que esté dispuesto a construir un fundamento de unidad fuerte de consoladores, - personas que lleven la toalla en sus manos!
Pueden preguntarse, "Pero cómo encuentro a personas cuyos pies necesitan ser lavados?" Mi respuesta es, "De la misma forma que usted los encontró cuando hablaba de ellos!"
Ahora, cuando escuche cualquier cosa negativa sobre alguien, solamente pregunte, "De quien están hablando? Nombre solamente, por favor!" Luego vaya rápidamente a esa persona lastimada con su toalla de misericordia y comience a lavar sus pies! Dígale al caído, "Yo me preocupo por ti - quiero orar por ti - pero no necesito saber ningún detalle. Yo simplemente quiero que sepas que todavía te amo - y voy a estar a tu lado!"
Este mensaje es para mí como lo es para ustedes. Yo recientemente he llegado a este conocimiento de lo que el lavamiento de pies realmente significa. Y, por la gracia de Dios, yo tomaré la toalla de misericordia juntamente con otros y buscaré a esos que están lastimados cuyos pies necesitan ser limpiados.
Jesús dijo,
" Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavar los pies los unos a los otros... Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis, si las hiciereis" (Juan 13:14,17).
Ahora que sabemos estas cosas, como Jesús dijo, podemos hacerlas. Yo les pregunto: Están dispuestos a hacerlas? Están preparados para tomar la toalla en amor?
Aleluya!
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