Comencemos con el tema de La Suciedad que
se le pega al Hermano o Hermana en Cristo!
se le pega al Hermano o Hermana en Cristo!
Los discípulos eran doce hombres amados de Dios, preciosos a sus ojos, llenos de amor por su Hijo, de corazón puro, en completa comunión con Jesús. Pero ellos tenan suciedad en sus pies!
Jesús, en esencia, estaba diciendo a estos hombres, "Sus corazones y manos están limpias, pero sus pies no lo están. Ellos han obtenido suciedad en su diario caminar conmigo. No necesitan lavar el cuerpo entero, solamente los pies."
La suciedad mencionada aquí por Jesús no tienen nada que ver con la suciedad natural. Se trata completamente acerca del pecado - nuestras fallas y fracasos, nuestro dar a las tentaciones. Y no importa cuan polvosos y sucios eran los caminos en la antigua Jerusalén, no ha habido edad mas sucia como la nuestra!
Me pregunto cuantas personas que ahora mismo leen este mensaje tienen alguna suciedad pegada en ellos. Quizás esta semana pasada cayó en una tentación o fracaso a Dios en alguna forma. No es que le ha dado la espalda al Señor. Al contrario amas mas al Salvador con mas pasión que antes. Pero cayó, y ahora esta afligido, porque sus pies están sucios!
La Escritura nos dice:
"Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tu también seas tentado "(Gálatas 6:1).
La palabra Griega para falta significa aquí "cada, pecado, transgresión . " Nosotros estamos para restaurar a cada Cristiano que cae en pecado, si es que hay un corazón arrepentido.
Y el lavamiento de pies, en su mas profundo significado espiritual, tiene que ver con nuestra actitud acerca de la suciedad que nosotros vemos en nuestro hermano o hermana. Entonces, les pregunto: Qué hacen cuando están cara a cara con alguien que ha caído en pecado o transgresión?
Lo que hagas con la suciedad de su hermano o hermana tiene que ver con el ministerio que Jesús describe como "tomar la toalla." Esta totalmente relacionado con lo que sirve a otros en el amor y con el sometimiento a otros en el temor de Dios.
Déjenme decirlo claramente: Los cristianos pueden ser muy crueles! De hecho, los creyentes frecuentemente son mas viciosos y destructivos que los malvados en las calles. Y Jesús sabía eso. Él sabía como nosotros reaccionamos al ver la suciedad sobre otra persona - como nos ponemos en actitud de mas santidad que otros, juzgando, criticando e infamando. De hecho, los Cristianos carnales se deleitan en ver la suciedad de otros. Pero el divulgar la suciedad de su hermano es el pecado mas sucio de todos!
Años atrás estuve tratando de alentar a un joven pastor que renunció de su iglesia después de confesar una transgresión moral. Lo conocí en Lima. Este amado hombre ama al Señor. Tiene un buen corazón por las personas y por la Palabra de Dios. Pero sus pies se ensuciaron! El esta totalmente arrepentido.
Cuando o acerca de su caída y su renuncia, el Espíritu Santo me instruyó a ponerme inmediatamente en contacto con él. Yo sabia que este joven pastor seguía siendo un hombre bueno. No había llegado a ser malo de repente. Su corazón no estaba endurecido por su pecado.
Sus mejores amigos lo desampararon. Esos quienes proclamaban amarle ahora lo ignoran, como si tuviese una enfermedad infecciosa. Para completar, los líderes de su denominación le demandaron hacer un video de su confesión - dando cada vívido detalle de su transgresión.
Le contacte por internet a este amado hermano - y tome una toalla conmigo. Deje un mensaje en su correo electrónico, diciendo: "Hermano, quiero que sepas que te amo. Dios no ha terminado contigo. Si tienes un corazón arrepentido, el Señor te restaurará. Y yo voy a estar contigo!"
Amado, tomar una toalla es una actitud, un compromiso. Significa hacer todo lo que esta a nuestro alcance para limpiar la suciedad de los pies de nuestro hermano. Significa decir, "Yo estoy comprometido a ayudarte a limpiar la suciedad - para restaurar tu reputación, tu familia - hacer todo para mantenerte vivo en Cristo!"
Un amigo de este pastor me escribió mas tarde. El dijo, "Israel, no sabes lo que tu mensaje significó para mi amigo - cuan bendecido, alentado y consolado estaba. Ninguna otra persona se había acercado a él. Tus palabras le dieron nueva esperanza ."
La Escritura claramente afirma que cuando un hermano o hermana ha sido tomado(a) en pecado, nosotros debemos restaurar a esa persona - servirle en amor, sometiéndonos a esa persona en el temor de Dios. No obstante, queda la pregunta, cómo hacemos eso?
Nosotros estamos para tomar la toalla del perdón de Dios e ir al que esta lastimado. En el amor especial de Jesús, tenemos que someter todas nuestras inclinaciones humanas de ignorarlo, juzgarlo, exponerlo, sermonearlo y de encontrar fallas en él - y en vez, debemos de comprometernos a ser su amigo. Estamos para ayudar a lavar sus pecados en compartir la corrección, sanidad, lavamiento, de la Palabra consoladora de Dios.
Esto no es pasar por alto o contemplar el pecado. Ni llamar lo malo bueno. Nosotros estamos hablando de santos caídos quienes tienen corazones arrepentidos que aún están sin esperanza. Ellos saben que han ofendido al Señor - y viven con temor, culpabilidad, y rechazo.
Es algo enteramente diferente con esos quienes han sido advertidos dos o tres veces y que aún persisten en su pecado. La Biblia dice que debemos severamente reprender a tales creyentes en público a modo de que otros teman a Dios. Frecuentemente ellos deben de ponerse fuera de comunión por una temporada, hasta que demuestren tristeza santa. Pero esos quienes reconocen su pecado - quienes lo confiesan y lo abandonan - están en necesidad de alguien que les traiga la toalla de perdón, para traerles limpieza y sanidad.
Hace algunos pocos años, un hermano en la fe que predicaba y juzgaba a muchos me dijo, "Hermano Israael, no puedo mantener mi cabeza en alto, estoy muy quebrantado." Me describió el dolor que experimentó cuando su hija adolescente quedo embarazada fuera del matrimonio. El pastor principal de la iglesia demandó que este hermano fuera ante la congregación y les dijera lo que su hija había hecho.
Este amado hombre hizo así - y destruyó a su hija. Rompió el corazón de la familia. Pero la congregación se revolcó en todos los detalles del pecado de la pobre adolescente muchacha.
Luego, un año después, la adolescente hija del pastor principal quedó embarazada. Pero esta vez, el pastor principal hizo todo en cuanto estaba en su poder para cubrirlo.
En estos días me apresuré a exhortar en la congregación a mi esposa y otras hermanas, al final del servicio ella me explico lo que había pasado, las palabras una vez que salen es imposible recogerlas, es como tirar hojas por las calles en el viento, debí hablar primero con ella. Hay heridas que hacemos a menudo que tardan en curar.
Dios tenga misericordia de nosotros- porque destruimos a personas que tienen sus pies sucios! Cuando iremos a aprender de una vez por todas a tomar la toalla de misericordia - a someternos a limpiar y restaurar, en vez de tirar tierra al viento y destruir almas preciosas?
0 comentarios:
Publicar un comentario