Un poderoso derramamiento en los últimos
tiempos es prometido sobre la casa de David!
tiempos es prometido sobre la casa de David!
Y derramare sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; (Zacarías 12:10).
La iglesia siempre tuvo gracia y oración o espíritu de suplica. Pero este verso esta hablando acerca de una infusión poderosa. Supone algo inusual, poderoso y glorioso!
Ahora, necesito declarar aquí que yo no creo en la teología de reemplazo. En otras palabras, no creo que la iglesia del Nuevo Testamento deba reemplazar a Israel en las referencias proféticas del Antiguo Testamento. Más bien, creo que muchas de estas profecías tienen una aplicación doble.
Yo creo que Dios va a derramar Su Espíritu sobre los judíos en la última hora. Habrá una revelación de Jesucristo a Israel y a todos los judíos. Por ejemplo, yo creo que Ezequiel 39:22-29 profetiza un derramamiento del Espíritu sobre los judíos después del gran intento de destruirlos por sus enemigos.
Zacarías 12:10, sin embargo, es una profecía pronunciada directamente a la iglesia de Jesucristo. Habla de la casa de David y eso significa la iglesia. Ves, Cristo es la simiente de la casa de David. Y esa casa esta compuesta de todos los creyentes en Cristo, tanto judíos como gentiles.
Ciertamente, existe una nueva Israel, un cuerpo de creyentes hoy en día que incluye a todas las naciones y lenguajes. Y este nuevo cuerpo esta compuesto de fe y no de carne: Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues esta, junto con sus hijos, esta en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre. (Gálatas 4:25-26).
En otra parte, Pablo advierte exhorta a los creyentes gentiles a que no se jacten o sean orgullosos porque han sido injertados en Su cuerpo. Nunca deben menospreciar la obra de Dios entre los judíos. Por otro lado, es absolutamente blasfemo reconstruir las paredes que la Cruz ha derribado. Jesús derribó toda pared entre todo pueblo:
Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa. (3:28-29).
Nadie es de la simiente de Abraham simplemente porque haya nacido judío. No somos herederos de la promesa por nuestra creencia en Jesús. Todas las nacionalidades son unas en él. Efectivamente, somos la Jerusalén de arriba, la casa de David de los últimos días. Y nosotros tenemos la promesa del derramamiento de la lluvia tardía del Espíritu Santo!
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