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jueves, 3 de marzo de 2011

ACUSANDO A DIOS DE ABANDONAR A SUS HIJOS



Dios tiene una manera de tratar con sus hijos haciéndoles preguntas. Y pone estas preguntas de tal manera que nuestros mismos pensamientos son descubiertos. 


Por ejemplo: 
Cuando Elías estaba escondido en la cueva, el Señor preguntó: “Elías, que estás haciendo aquí?” 

Cuando Pedro comenzó a caminar sobre las aguas hacia Cristo y dudó haciendo que se hundiera en las olas, Jesús preguntó: “¿Por qué no creíste?” 

Cuando Saulo, después llamado Pablo, estaba en camino a Damasco, Cristo le preguntó: “¿Por qué me persigues?” 

Estas preguntas eran penetrantes. Estaban diseñadas para hacer que las personas pensaran, miraran profundo dentro de sus corazones. Y hoy, Dios todavía usa preguntas para llegar al corazón de los asuntos de sus hijos. 

A menudo el Señor me habla con una pregunta. De hecho, no hace mucho, compartía con nuestra iglesia de Piura una pregunta que Dios había puesto en mí: “Israel, ¿es tu Dios un ídolo?” 

Me maravillé de lo que el Señor me estaba preguntando. Y tuve que buscar en mi corazón profundamente para averiguar lo que el estaba buscando. 

Pronto me di cuenta que la pregunta tenía que ver si me imaginaba al Señor como vivo - que verdaderamente oía y respondía la oración - o como uno que ni ve ni oye. ¿Era él para mí nada más que madera o piedra, como cualquier otro ídolo muerto? ¿O verdaderamente confiaba en que él escucha y responde mis oraciones, como un Padre vivo y atento? 

En semanas recientes, mientras buscaba al Señor para este mensaje, otra pregunta saltó en mi corazón. El Señor me preguntó esto:
“Israel, ¿me acusas de abandonar a mis hijos?” 

¡Quedé pasmado por este pensamiento! Entonces el Espíritu susurró a mi alma: “Eres mi hijo - y soy tu Padre. Pero ¿dudas de mí? ¿Me acusas en tu mente de abandonarte, de no escuchar tus clamores sinceros?” 

De nuevo tuve que buscar en mi corazón antes de responder. Y el Señor rápidamente trajo un sin número de otras preguntas - ¡todas ellas tenían que ver con acusar a Dios de negligencia! 

Ahora, nosotros los cristianos raramente verbalizamos nuestras dudas e incredulidad. Nunca le decimos a otros que el Señor nos ha abandonado - que se ha callado ante nuestros clamores, que no ha escuchado nuestras oraciones, que no ha obrado a nuestro favor. 

Pero el hecho permanece - ¡Tenemos tales pensamientos! Estas preguntas y dudas existen en lo profundo de nosotros. Son cosas que sentimos cuando Dios parece estar ausente de nuestras vidas. 

Creo que Dios me dio este mensaje porque el Espíritu quiere tratar con cada uno de nosotros acerca de confiar en él completamente. Nuestra gloriosa adoración en la iglesia, nuestra cordial alabanza, nuestro diario caminar cristiano - ¡todo es en vano si pensamos un momento que Dios nos ha abandonado en cualquier área de nuestras vidas! 

Déjame compartir contigo en los días que vienen algunas preguntas que el Señor ha puesto en mí recientemente. Si puedes establecer estas tres preguntas en tu alma, serás vivificado en tu fe y confianza en el Señor.

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