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sábado, 22 de enero de 2011

CONOCIENDO AL HIJO

 
¡No puedes conocer a Dios en su totalidad hasta
que veas a Cristo como Dios quiere que le veas!
Conocer a Dios comienza con conocer a su Hijo. 


Jesús dijo, "Él que me ha visto a mí ha visto al Padre" (Juan 14:9). Debemos ver a Jesús no como el hombre enseña, sino como el Espíritu lo revela a nosotros - ¡cómo Dios quiere que lo conozcamos y veamos! Hay muchos volúmenes y libros sobre Jesús, escritos por buenos hombres - pero creo que muchos de estos hombres nunca le han visto como Dios quisiera que le viéramos. Debemos conseguir la visión y el testimonio de Dios acerca de Cristo - ¡y entonces conoceremos a Dios como él desea ser conocido! 

Aquí está cómo creo que Dios quiere que veamos a su Hijo: 

"Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación" (Santiago 1:17). 

¡Jesús fue un regalo! Dios envolvió todos sus recursos en Jesús - "y dio a su Hijo unigénito…" Cristo es el regalo bueno y perfecto de Dios para nosotros, ¡descendió del Padre! ¿Ves a Jesús como el regalo perfecto de Dios para ti? ¿Lo ves como todo lo que necesitas para vivir alegremente, victoriosamente, honradamente, lleno de paz y descanso? 

En el Antiguo Testamento, Dios le dio a Israel muchos regalos maravillosos en el desierto: Una nube para albergarlos del sol del desierto. Fuego para asegurarlos y guiarlos por la noche. Agua de una Roca. Una rama para sanar las aguas amargas. Una serpiente de bronce para sanar los mordidos por las serpientes. ¡Pero todas estas cosas eran sólo sombras! 

¿Quién era la Roca de la qué salió agua? ¿Quién era él fuego? ¿El maná? ¿La serpiente de bronce? ¡Todo lo que Dios hizo para Israel fue a través de Jesús! Eso es correcto - ¡Jesús fue cada uno de esos regalos! 

"Porque no quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron por el mar… y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo" (1 Corintios 10:1,4).

Hoy tenemos mucho más que la sombra. ¡Tenemos la sustancia real - a Cristo mismo! ¡Y él vive en nosotros! 

Pero, la mayoría de nosotros todavía somos criaturas tontas que miran al futuro por satisfacción. Pensamos en algún evento futuro, algún cambio en nuestras circunstancias, nos traerán paz y alegría. Decimos, "¡Sólo espera - mi día viene! ¡De algún modo, algún día, en alguna parte… no sé lo que está allá fuera para mí, pero viene!" ¡Somos como niños que esperan por la Navidad, contando los días! 

David escribió una vez durante un momento fúnebre, introspectivo en su vida que sintió que el tiempo iba demasiado rápido. Había logrado tan poco, pensaba. Todo en ese momento parecía ser en vano: "Como una sombra anda el hombre, ciertamente en vano se afana; acumula riquezas, y no sabe quién las recogerá… y ahora Señor, ¿qué espero?" (Salmo 39:6,7). 

David estaba deprimido, abajo - su situación presente aparecía tan inútil. Y de un corazón perplejo clamó, "Señor, ¿qué estoy esperando?" 

Recientemente estaba caminando solo, y Dios habló a mi corazón sobre esta misma pregunta: "Israel, ¿qué estás esperando? ¿Por qué no es este el mejor día de tu vida? ¿Por qué ‘ahora’ no puede estar lleno y alegre? ¡No hay nada 'por allá afuera' que ya no tengas en Jesús!" 

Le pregunto: ¿qué estás esperando? "Oh, por el Sr. Correcto", puedes contestar - esa persona piadosa que piensas va a rescatarte de toda la soledad y llenar tu alma con alegría indecible. 

¡No! ¡No hay nada "por allá afuera" que te cambiará o salvará de quién o qué ya eres! Si piensas que otra persona va a resolver tu problema de soledad, estás muy equivocado. Debes encontrar liberación, paz, esperanza y gozo ahora – ¡y Jesús es el único que puede llenar el vacío! Algunos están aburridos con sus cónyuges y esperando que ellos se vayan a la gloria, porque están buscando que el romance venga a sus vidas y ahuyente su vacío. ¡Nunca despiertan y viven! 

Siglos atrás, antes de que fueras creado, Dios vio lo que tus heridas y necesidades serían. Él sabía por adelantado lo que necesitarías para resolver todos tus problemas. Él no envolvió sus respuestas y las envió a ti como un libro de reglas o como un ejército de "hombres de respuesta.” No - él nos dio a todos una solución a todas nuestras crisis y necesidades – un Hombre, un Camino, una Respuesta a todo lo que necesitamos: ¡Jesucristo! 

Cuando usted se satisface en Jesús, usted no esperará más milagros de su cónyuge. Ya no intentarás hacer un Dios de tu marido o esposa, para satisfacer, algo que sólo Dios puede satisfacer. Dios te dice "¡no quiero que vivas para el mañana! Sólo miraras hacia atrás y veras que hoy pudo haber sido tu mejor momento. Jesús no puede ser ni mejor o más fuerte para ti de lo que es ahora mismo. ¿Por qué no me permites ser Dios para ti hoy?"

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