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miércoles, 8 de septiembre de 2010

CONFESIONES HONESTAS


No puedes simplemente alejarte del pecado que te asedia

¿Cómo puedes vencer un pecado que ha llegado a ser un hábito? ¿Dónde está la victoria sobre un pecado asediante que casi llega a ser parte de tu vida? Puedes odiar ese pecado; puedes seguir jurando que nunca lo harás otra vez; puedes llorar y gemir por él y vivir en remordimiento por lo que te hace - ¿pero cómo te alejas de esto? ¿Cómo alcanzas el punto donde ese pecado ya no te esclaviza?
Recientemente, le pregunte a muchos en un foro cristiano: “¿Cuántos de ustedes están luchando una batalla perdida contra un pecado asediante? ¿Cuántos tienen un pecado secreto que los arrastra por hacia abajo?” Me asombré por la rápida reacción. Casi todos admitieron que eran víctimas, buscando desesperadamente ser liberados de un pecado que los mantenía atados.

Escucho admisiones tan horribles de derrota y fracaso en todas partes con respecto a este asunto de victoria sobre un pecado que acosa. La mayoría son cristianos dedicados que aman profundamente al Señor. No son personas malvadas ni viles; es que tienen que admitir, “tengo éste problema que no me deja ser totalmente libre.”

Las confesiones son honestas y desgarradoras (recogidas en el foro que visite)

“No puedo decirle a nadie cual es mi batalla secreta; está entre el Señor y yo. He orado por liberación ya por mas de tres años. He hecho mil promesas para dejarlo. He vivido atormentado. El temor de Dios me obsesiona. Sé que está mal. Pero aunque trato, lo sigo haciendo. A veces pienso que estoy atrapado para siempre.”

Me dices que me aparte de mi pecado – ¡gran cosa! He hecho eso centenares de veces. Pero mi pecado no me suelta. Apenas cuando pienso que he obtenido la victoria - GOLPE - regresa otra vez. He llorado un río de lágrimas sobre mi maldad y estoy cansado de prometerle a Dios que nunca lo volveré hacer. Todo lo que quiero es ser libre, pero no sé cómo. Sé que nunca seré lo que Dios quiere que sea hasta que obtenga la victoria.”

“He estado predicándole a otros por sobre quince años, pero recientemente caí en la trampa de Satanás. He sido paralizado espiritualmente y aunque odio tanto el pecado que me acosa, parece que no puede liberarme de esta esclavitud. Ninguna de las fórmulas y soluciones que le predico a otros parece funcionar para mí. Francamente, me pregunto por cuanto tiempo Dios me soportara antes de que sea expuesto.”

¿Hay victoria sobre todos nuestros pecados habituales?

No tengo fórmulas, ningunas soluciones sencillas. Lo que si sé es que hay mucho consuelo en la Biblia para aquellos que estan peleando batallas entre la carne y el Espíritu. Pablo peleó la misma clase de la batalla, contra la misma clase de enemigo. Confesó, “No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago” (Romanos 7:19).

¡Pablo clamó, así como lo hace toda la humanidad, “O hombre despreciable que soy! ¿Quién me liberará del cuerpo de esta muerte?” Él pasa a decir, “doy gracias a Dios a través Jesucristo nuestro Señor.”

Sí, sabemos - la victoria sobre todos nuestros enemigos se obtiene a través de Jesucristo el Señor. ¿Pero cómo sacamos el poder de su vid en nuestra muy pequeña rama? ¿Cómo funciona esto? Amo a Jesús, siempre lo he amado; sé que él tiene todo poder. Sé que él me promete victoria, ¿pero qué significa? ¿Cómo viene la victoria? No es suficiente ser perdonado; debe ser liberado para no volver al pecado.

Estoy comenzando a ver una pequeña luz en este gran misterio de la piedad. Mañana les compartire las tres cosas que Dios me esta pidiendo que haga en mi propia búsqueda para la victoria total sobre todos los pecados que me acosan.



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