El mensaje que le escribo ahora es del Espíritu Santo a mí. De hecho, yo lo considero mi propio aviso personal a despertar. Me doy cuenta que muchos lectores quizás no necesiten el mismo despertar que yo. Más el despertar del Espíritu me ha tocado tan profundamente que quiero mantener estas notas ante mí en mi escritorio, para leerlas una y otra vez en los días que siguen.
Usted ve, hay una cosa que temo encima de todas: es el pensar que me pueda alejar de Cristo. Me estremezco ante la noción que podría llegar a ser perezoso, espiritualmente negligente, atrapado sin orar, y pasar días sin buscar la Palabra de Dios.
Al viajar mirar el mundo en estos pasados cuatro años, he presenciado un “tsunami espiritual” de mal vagando. Las ondas de este tsunami han inundado denominaciones enteras, dejando ruinas de apatía. Está sucediendo a través del mundo, e iglesias y denominaciones una vez poderosas se alejan de los senderos santos de sus padres fundadores.
La Biblia advierte claramente que es posible que fieles creyentes se alejen de Cristo. Y ofrece advertencias poderosas acerca de como evitar dormirse en la medianoche. “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda trasgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?….” (Hebreos 2:1-3).
Hay ejemplos bíblicos de iglesias una vez-fuertes que terminaron alejándose. En Apocalipsis, leemos de la iglesia de Efeso que afligió a Cristo al alejarse de su primer amor. Igualmente, la iglesia de Laodicea se alejó a tibieza, y la iglesia en Sardis se alejó a muerte espiritual. Pablo advierte a los creyentes en Gálatas que ellos se habían alejado de la victoria de la cruz de Cristo y se habían vuelto a las obras de la carne.
Pablo dice, "Mirad, pues, con diligencia como andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” (Efesios 5:15-16) Pablo también urge, "…que es ya hora de levantarse del sueño; porque ahora esta mas cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos..” (Romanos 13:11). El agrega que algunos creyentes han llegado a ser “lascivos” contra Cristo…porque ya algunos se han apartado en pos de Satanás” (1 Timoteo 5:15). Cada uno de estos pasajes no es dirigido a incrédulos sino a los cristianos llenos del Espíritu Santo. Y el mensaje es claro: “¡Despierta de tu sueño! ¡Aviva tu don!”
Sin embargo, permíteme decirte que mi primera preocupación no es el desliz que veo en la iglesia o sus ministerios. No, me preocupa antes que nada mi propio caminar con Cristo. ¿Tengo que preguntarme, “¿Cómo puedo escaparme de las consecuencias si descuido a Jesús y me alejo de el?”
Pablo dice que debemos considerar el ejemplo de Israel, quien se había deslizado al fango de la vagancia: “…Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar…Así que, el que piensa que está firme, mire que no caiga.” (1 Corintios 10:7, 12). No entienda mal: Pablo no habla aquí acerca de caer de Cristo. El habla de una caída de diligencia. Pedro también advierte: “Así que vosotros, o amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que, arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza.” (2 Pedro 3:17).
Por eso Pablo dice, “Sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.” (1 Corintios 9:27). La vida entera de Pablo era acerca de dar fruto. Y el habla aquí como uno que teme solo pensar en alejarse de la firmeza.
Como Pablo, yo estoy seguro en mi salvación. Pero tengo que hacerle caso a estas advertencias del Señor y de los grandes hombres de Dios.
0 comentarios:
Publicar un comentario