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miércoles, 24 de junio de 2009

Hablemos de noviazgo


Vamos a llegar al grano. Eres un joven, bien fuertote como Sansón y bien guapo como yo (por fe). O eres una muchacha demasiada muy bonita, casi le llegas a la hermosura espléndida de mi novia. Bueno, para no exagerar la cosa, quizá tengas una que otra espinilla, como acostumbran casi todos. Y quizá eres tan flaco que pareces poste de luz. Probablemente tu cabello se para como espina de nopal o es tan lacio que pareces trapeador mojado. Seas como seas, el asunto es que aquella chica bonita, te mandó saluditos, o aquel Mr. Cute te cerró el ojo. ¡Guau! Parece que ahora es buen día, el sol está brillando sobre ti. Vas a tener novio (o novia), pellízcate para ver si no es un sueño, y hablemos del noviazgo… Vamos a compartir de las tres reglas del noviazgo:

Regla Número 1

Susana tiene a Cristo. Misael no, pero es muy buena onda. El no fuma ni toma, y es más caballeroso que los muchachos del grupo de jóvenes. Sí le gustan las cosas de Dios y nunca le dice nada a Susana por ir a la iglesia. El le ha hablado a Susana para que sea su novia. Ella dice “lo voy a ganar para Cristo ya siendo su novia.” Y ¡pum!, traga la mentira del Diablo.

Regla Número 1 es que uno que es cristiano, o una que es cristiana, nunca jamás never nobody nil nech cero hawai en ningún tiempo por ningún motivo por ninguna razón puede andar con alguien que no es de la misma familia de Dios. Aunque tu digas “Es que le amo un guatatal” o “Es que no hay jóvenes cristianos (o cristianas) en mi iglesia” o “Casi es cristiano.”

Dios llama esto un yugo desigual (II Corintios 6.14-16). ¡Y luego lo enfatiza seis veces! No me creas a mi, búscalo tú. ¿Cómo fue que cayó Salomón? El andaba muy bien, hasta escribiendo la biblia, pero empezó a echarle ojito a unas paganillas por ahí. Y de ahí, todo se le fue para abajo.


Si tú eres de Dios, hay que obedecer en lo fácil y en lo difícil. El está buscando tu bien. El otro compa es un león buscando a quien devorar. Quiere robar, matar y destruir. Dile que tú eres private property. Qué busque a otro un poco más tonto, un poco más rebelde. Dile que tú vas a obedecer la Regla Número 1: no vas a andar con nadie que no es seguidor de tu Señor.

Regla Número 2

Tony no se conforma con cualquiera. El busca una que esté formada como reloj de arena y tenga el rostro de Thalía. Es natural que busquemos la más bonita o el más papacito. Pero eso es cosa de niños y de inmaduros. Dios dice, “No te claves en su exterior, cuando lo que importa es lo de adentro” (I Samuel 16.7). Lo que ahora es bonita y flaquita al rato va ser arrugada y gordita. Lo que hoy tiene figura de reloj de arena después va tener figura como reloj de escuela – ¡bien redondo! El guapito musculoso que hoy casi te hace desmayar al rato va ser panzón y pelón.

El propósito del noviazgo es buscar una pareja para matrimonio. Entonces no busques al ganador del beauty contest sino alguien que tiene carácter, alguien quien es hermoso por adentro. Cinco años después de la boda nada te va importar nada si él es guapo, pero te va a importar si él sabe estimar a su esposa, serle fiel, amarla y protegerla. Cinco años después de la boda no te va a importar si ella es bella, te va a importar si ella te apoya, te anima, y si tiene aguante en las buenas y en las malas.

La pura verdad, muchas veces la gente más guapa es la que menos carácter tienen. Ellos se han rifado la vida siendo “chulos,” han tenido “amigos” porque son de bonito aspecto. Y muchas veces nunca tuvieron que formar y moldear carácter y personalidad, nunca tuvieron que aprender a ser lindos, flexibles, tiernos, y sensibles interiormente porque ganaban las amistades gratuitamente. Ya de mayores son egoístas e inmaduros. Ya de grandes son ignorantes de lo que es tener una relación, ser dador en una amistad, o pensar en los demás. Cuidado. No todo lo que parece miel es dulce.

Entonces la Regla Número 2 es: Busca una persona que es bonita por dentro. Lo de afuera no importa nada. Lo que es bonito por fuera, después no lo será. Pero lo que es bonito por dentro, será hasta más fino al pasar los años.

Regla Número 3

Gabriel tiene 14 años. Siente que tiene que tener una novia rápido. O quizá tiene 18 o 25 años, es lo mismo. Siente presión, seas hombre o seas mujer, sientes presión. Crees que hay apuro, hay que tener novio/novia. La mujer siente que si no se aliviana rápido se quedará solterona. El hombre que no tiene una dama bajo su brazo será el blanco de los chistes y las sospechas de los compas – ¿tendrá volteada la canoa? Pero Dios dice, “El que se apura como loco, es un loco” (Proverbios 21.5). No hay prisa para tener novio, no hay prisa para casarte. Una de las razones principales de la condición tan raquítica de las familias en nuestra sociedad hoy en día es que la gente se está casando muy joven.

Mujer, no te preocupes por ser solterona. Es mejor soltera que equivocada. Varón, no te preocupes por lo que otros piensen de tu canoa. Tú sabes lo que eres y lo que no eres, tú eres quien tiene el remo. Tú no buscas conformarte a las normas de la sociedad sino vivir tu vida de tal manera que Dios diga, “Bien hecho, buen y fiel siervo.”

Dios te bendiga.

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