¿Comprueba la ciencia que el universo existe
por evolución o por creación?
Esta pregunta se la están haciendo hoy en día millones de personas en todo el mundo, principalmente aquellos que estudian en escuelas y universidades.
Por más de 10 años yo fui ateo y no creía ni en Dios ni en ningún ser humano; ya que desde mis años de estudios en la universidad, yo creía que el saber mucha ciencia y tecnología me sería suficiente para dominar los misterios de la vida y aseguraba que Dios era sólo un mito, producto de la imaginación o de la incompetencia del hombre y creía (aunque no había manera de demostrarlo) que todo lo que existe vino de la nada, por pura casualidad.
Sin embargo, después que tuve la oportunidad de profundizar en el conocimiento, comencé a mirar las cosas con más objetividad. Fue entonces que vino a mí la gran inquietud sobre si en verdad existiría un Ser superior a toda la raza humana y de ser así, cómo sería este gran Ser. En principio lo asocié con una gran mente o computadora que controlaba todo el universo y que, por lo tanto, debía ser impersonal. Ya entonces por lo menos pude comprender que tanta perfección y tanta inmensidad que yo conocía en el mundo científico tenía una fuente primaria; aunque me costó mucho trabajo poder mencionar el nombre de Dios.
Con el transcurso de los años y al revisar los resultados de muchas investigaciones científicas que honestamente se han hecho, ahora estoy plenamente convencido de que el verdadero mito de todos los siglos es el concepto de la evolución, que dice que el universo se formó por sí solo y que ha venido evolucionando (desarrollándose) en todas sus partes sin que ninguna mente superior pueda estar detrás de tanta perfección.
Ahora bien, si la ciencia verifica (como lo hace) que la evolución no es posible, ¿Por qué muchos científicos no quieren creer lo que están comprobando en sus propios experimentos? ¿Por qué les es tan difícil creer en la existencia del eterno Dios todopoderoso, que creó y sostiene los cielos y la tierra por la Palabra de Su poder, como nos lo dicen Las Escrituras en Hebreos 1:2-3?
¿Por qué en las escuelas y universidades se enseña que la evolución “es un hecho comprobado”, cuando esto en una terrible mentira ya que ninguna ciencia (ni la genética, no la paleontología, no la astronomía, ni la geología, ni la biología, ni la zoología, ni la antropología, ni la física, ni la química, etc.) ha podido NUNCA verificar ninguna teoría evolucionista?
La respuesta es obvia: la mayoría de los maestros en las escuelas y casi todos los alumnos quieren encontrar la manera de ser auto-justificados en los actos de sus vidas y prefieren rechazar lo que Dios habla a través de la Biblia sobre la necesidad que tiene cada ser humano (sin importar su raza, sexo, posición económica, conocimientos científicos, etc.) de hacer la paz con Aquel que los formó. Es por esto que cada joven que estudia en alguna escuela o universidad será enfrentado por los incrédulos ignorantes para que crea POR FE que la evolución es un hecho y que no crea que el mundo fue creado por Dios (si no lo hace así ha de sufrir burlas de parte de sus “amigos”).
Después de todo, ¿Qué es la ciencia sino el estudio sistemático del mundo que Dios creó? La ciencia bien aplicada, sin poner a un lado al Autor de aquello que los científicos descubren, es una gran bendición para toda la humanidad; sin embargo al querer quitar a Dios que es la fuente de todo conocimiento y verdad, estamos propensos a sufrir un gran desastre de alcance mundial. Es cierto que Dios tiene mucha paciencia para con los pecadores y no quiere que ningún ser humano se pierda sino que todos vengan al arrepentimiento y tengan vida eterna; pero también es cierto que esta paciencia tiene su límite y llega el momento en que Dios, como supremo juez, debe hacer juicio y declarar la sentencia.
La revelación divina nos indica en la Biblia que toda persona que adquiere conocimiento y no lo utiliza con justicia está destinado a recibir un terrible castigo de parte de Dios si no se arrepiente de corazón y pone su vida en paz con el Creador a través del ÚNICO medio disponible: Aceptar el perdón gratuito por el sacrificio expiatorio del Señor Jesús y por los méritos de Su preciosa sangre que fue derramada en la cruz (Ver: Romanos 3: 21-25)
Abre tu corazón a Dios y él te hará conocer toda la verdad.
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