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domingo, 9 de junio de 2013

RECLAMANDO TERRENO EN TU VIDA



Quiero darte cuatro ejemplos de cómo Satanás 
puede reclamar terreno en nuestras vidas.

1.  El autor de Hebreos nos dice: No dejando de congregar, como algunos tienen por costumbre, mas exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. (Hebreos 10:25).

Tú puedes ser una persona maravillosa, amable, considerada y dadivosa.  Pero si lees esta palabra de Hebreos y la ignoras a propósito, le das lugar a Satanás.  Si pasas semana tras semana acostado en tu cama en vez de ir a la casa de Dios para ser provocado a justicia, le has dado un lugar en tu corazón al engañador.  Como Ananías y Safira, estás reteniendo parte del precio.

El verso que sigue describe el juicio en el que incurrimos por descuidar una sola área de su Palabra: Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por el pecado, sino una horrenda esperanza de juicio, y hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. (versos 26-27).

2.  Jesús nos dice: Porque si perdonareis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial.  Mas si no perdonareis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. (Mateo 6:14-15).

Cristo nos advierte: Puedes ser obediente en cualquier otra área de tu vida, pío, devoto y fiel.  Pero si te retienes de perdonar a cualquiera, entonces tus propios pecados se están acumulando contra ti, no eres perdonado por el Padre.

Reteniéndole el perdón a alguien te hace peor deudor del que te ha ofendido.  Esa persona pudo haberse arrepentido y ser perdonado por el Señor.  Pero si tú retienes la herida, tú estás demandando de él un precio que Jesús ya pagó.  Y no puedes demandar eso de nadie.

Mas el verdadero peligro del rencor es que abres tu corazón a intrusión satánica.  El enemigo pone una estaca en ese terreno, pone una tienda y comienza su trabajo para devorarte.  Y tú lo has permitido al retener parte del precio.

3.  Santiago nos dice: Pero si tenéis envidia amarga y contención en vuestros corazones, no os gloriés, ni seáis mentirosos contra la verdad: que esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrena, animal, diabólica.  Porque donde hay envidia y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. (Santiago 3:14-16).

Note a quién Santiago se dirige aquí.  En el verso 13 el dice: ¿Quién es sabio y avisado entre vosotros?  Muestre por buena conversación sus obras en mansedumbre de sabiduría.  Él nos está diciendo: Puedes tener gran sabiduría y conocimiento espiritual.  Pero si hay amargura en tu hogar, contienda en tu corazón, envidia en tu trabajo - no pienses que eres espiritual de ninguna manera. Estás bajo un engaño mentiroso.

Cuando Santiago habla de contienda y amargura, él se refiere a disputas y críticas.  Y él dice que todo esto es diabólico, sensual, obras de maldad.  En resumen, cualquiera que retiene amargura causa disputas - y peor aún, abre su corazón a posesión satánica.

¿Conoces personas a quienes la amargura les a llevado a posesión satánica?  Con el tiempo, su persona exterior manifestará las tinieblas que tienen dentro.  Con el tiempo su cuerpo comienza a decaer, enfermándose y marchitándose, y sufren desbalances mentales.  Cuando se le entrega terreno al diablo, él obra para destrucción absoluta.

Así que, sigue adelante - guarda rencor.  Quédate con tu amargura.  Continúa buscando disputas.  Si es así, estas en rebelión total contra Dios y su Palabra.  Y te abrirás a Satanás.  Estarás espiritualmente ciego y endurecido de corazón.

Por el otro lado, si eres espiritual - obedeciendo la Palabra de Dios de buena voluntad - entonces no importa cuán herido estés, mostrarás la sabiduría apacible al perdonar.

4.  En un documental reciente sobre Jerusalén, observé un poderoso ejemplo de como Satanás puede tomar posición establecida hasta en los terrenos más pequeños.  Mientras miraba la ciudad santa, el Monte de los Olivos, vi la tierra donde se asienta la cúpula del Templo de Roca Musulmana.  Ese pequeño pedazo de terreno es quizás la única parte de un acre.


Sin embargo, de alguna manera Satanás puso sus manos sobre él y construyó un templo para sí.  Y ahora se ha convertido en la abominación de desolación, como se menciona en las escrituras.  El diablo ha logrado enfocar sus poderes en el mismo medio del pueblo una vez escogido por Dios, Israel.  Y todo sucedió porque l obtuvo un pequeño terreno.  Este es un retrato vivo de lo que Satanás hace cuando gana el menor pedazo de terreno. 

No le des terreno en tu vida a satanás pues sera como una pequeña zorra echando a perder el gran viñedo de tu vida que gano Cristo con su sangre en la cruz.

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