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martes, 12 de febrero de 2013

DIOS MUESTRA SU AMOR


  Una razón por la que Dios muestra su
amor en nuestros tiempos de debilidad
y pecado es para atraernos a sí mismo.


Jeremías 31 ofrece una maravillosa ilustración del amor de Dios. Israel estaba en un estado descarriado. El pueblo había engordado y prosperado y estaban participando en toda clase de maldad. Se habían vuelto a los ídolos y estaban cometiendo fornicación y adulterio. Se habían olvidado de todas las misericordias que Dios les había mostrado.

Entonces de repente, sus lujurias se volvieron amargas. Perdieron todo el placer en llevar a cabo sus apetitos sensuales. Pronto clamaron, “Señor, estamos perdidos. Necesitamos que nos cambies.” Dios escuchó su clamor de arrepentimiento, y su corazón de amor salió a encontrarlos. Él castigó a su pueblo con su vara de corrección – e Israel clamó: “fui castigado… conviérteme y seré convertido… Porque después que me convertí, tuve arrepentimiento…” (Jeremías 31:18-19).

Escucha las palabras de Dios hasta este punto: “pues desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él: apiadado, tendré de él misericordia…” (verso 20). “…por tanto te soporté con misericordia.” (verso 3).

Esto es lo que debes saber acerca del amor de Dios: Dios le estaba diciendo a su pueblo: “Tuve que castigarte y hablarte con palabras duras de verdad. Aun así, pecaste contra mi, despreciando mi gracia y misericordia extendida hacia ti. Diste la espalda a mi amor, rechazándome. No obstante, mis entrañas de compasión se conmovieron profundamente dentro de mí. Te recordé en tu lucha – y tendré misericordia de ti. Te libraré y restauraré.”

En Oseas 3, Dios compara a la Israel descarriada como a una adúltera. Él le dice a Oseas: “Ve, ama una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel; los cuales miran a dioses ajenos…” (Os. 3:1).

Dios está instruyendo a Oseas a que le diera un sermón ilustrado de su amor por ellos, aún mientras le estaban engañando. Él estaba diciendo: “Has pecado abiertamente contra mí, como una prostituta en la calle. Pero aún estas casada conmigo – y yo te amo. Yo estaré de tu parte. Ahora, tú ponte de mi parte.” 

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