Descarga Música Cristiana

miércoles, 30 de enero de 2013

APRENDIENDO GRANDES LECCIONES


En medio de sus problemas,
Pablo aprendió grandes lecciones.

La lección mas significativa que Pablo aprendió en su angustia era que tenía que volverse al Señor y sus promesas de Pacto. El sabía que no podía confiar más en su propia carne, habilidades o esfuerzos. El escribe: Mas nosotros tuvimos en nosotros mismos respuesta de muerte, para que no confiemos en nosotros mismos, sino en Dios que levanta los muertos (2 Cor. 1:9).

La prueba de Pablo lo había llevado al final de sus fuerzas. El sabía que no tenía fuerza para pelear contra los poderes de las tinieblas. Así que él sentenció su propia carne a muerte. Y Dios lo libertó de manera maravillosa: El cual nos libró y libra de tanta muerte; en el cual esperamos que aun nos librará (verso 10).

¿Cómo fue Pablo librado? Esto implicaba varias cosas: primero, él fue un poderoso hombre de oración. Y segundo, él tenía gran confianza en el Señor. Pablo sabía que Dios mantendría sus promesas de Pacto. Él pudo decir: Como el Señor me libró en el pasado, él está obrando librándome de esta prueba presente. Desde ahora y hasta el día de mi muerte, viviré bajo su poder libertador.

Como a Pablo, también nos es permitido pasar por tiempos de pruebas, para que muramos a nuestra confianza en nuestra habilidad humana. El Señor permite que seamos oprimidos, hechos impotentes y débiles, en un esfuerzo por convencernos que no podemos vencer al enemigo por ningún esfuerzo humano.

Sin embargo, al comparar nuestras vidas con la de Pablo, podemos ser tentados a pensar, Nunca obtendré la clase de liberación que este hombre disfrutó. el estaba bien educado en las escrituras. Él recibió gran revelación del Señor acerca de Jesús, el evangelio, y el Nuevo Pacto. Hasta llegó al cielo.

Y Pablo ministró en el poder y demostración del Espíritu Santo. Sin ayuda estremeció ciudades y naciones. No pudo ser matado por el diablo, aún después de ser apedreado, atacado, y pasar por tres naufragios. Dios hasta lo usó para levantar a los muertos. Este hombre era uno de los siervos más ungidos de Dios en toda la historia. Él lo tenía todo espiritualmente.

Según Pablo, no es así. El apóstol nos dice que había otro factor importante en su liberación: la poderosa intercesión de los compañeros en oración. Ayudándonos también vosotros con oración por nosotros (verso 11). Pablo estaba diciendo, Estoy confiado que Dios me libertará. Y ustedes están ayudando a que esto tome lugar al orar.

Quizás pienses, ¿Por qué Pablo necesita la ayuda de alguien por medio de la oración? Él tenía una fe tan fuerte, tan increíble poder con Dios, sus propias oraciones debieron ser suficientes.

No, de ninguna manera. Pablo reconoció su necesidad desesperada por compañeros en oración. Aquí está un hombre que sabía muy bien que su salvación era totalmente del Señor, que Dios era fiel a sus promesas de pacto, que el Señor sera Dios para él, su escudo de protección, su libertador de todo enemigo. Mas Pablo también sabía que Dios ordenó la oración como su medio subordinado de liberación.

Según la Biblia, la oración y liberación son inseparables. Dios nos dice, Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás. (Salmo 50:15). Me invocará, y yo le responderé: con él estaré yo en la angustia: lo libraré, y le glorificaré (91:15).

Pablo sabía que era a través de las oraciones -- tanto las suyas como las de los compañeros en oración que fue librado de la boca del león. El se jactaba: Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservar para su reino celestial (2 Tim. 4:18). Él nos está diciendo, Fui libertado y seguiré siendo preservado, hasta que Jesús vuelva porque la iglesia de Jesucristo está orando por mí.

0 comentarios: