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jueves, 27 de diciembre de 2012

¿QUE BUSCAS EN UNA IGLESIA?

 
Le pregunto a usted - ¿Qué está usted buscando
en una iglesia?

Tal vez usted está buscando una iglesia que instruya a sus hijos los domingos en la mañana. O, tal vez usted está buscando por un compañerismo verdadero. Tal vez está usted hambriento por buena alabanza y adoración. O usted está tratando de satisfacer alguna otra profunda necesidad en su vida. 

Si alguna de esas preocupaciones le aplica a usted, tengo una pregunta difícil para usted: Para satisfacer estas necesidades, ¿pondría a usted y a su familia al cuidado de un sacerdocio como el de Abiatar - un ministerio que Dios ha rechazado? ¿Se sometería a la predicación de un pastor "asignado" por Dios para ministrar a la idolatría de la gente? 

Déjeme darle esta palabra sobre la verdadera iglesia de Dios: ¡La Biblia dice que usted ha sido designado como un real sacerdote para Dios! ¡Claro que sí!- usted debe ser un pastor, un ministro, un sacerdote. ¡Y la iglesia verdadera debe comenzar en su casa! 

La Biblia dice que cada creyente ha sido llamado para formar parte del sacerdocio santo de Sadoc: "Mas los sacerdotes levitas hijos de Sadoc, que guardaron el ordenamiento del santuario cuando los hijos de Israel se apartaron de mí, ellos se acercarán para ministrar ante mí, y delante de mí estarán para ofrecerme la grosura y la sangre, dice Jehová el Señor. Ellos entrarán en mi santuario, y se acercarán a mi mesa para servirme, y guardarán mis ordenanzas." (Ezequiel 44:15-16).

Usted no tiene que ir al instituto bíblico para ser parte del real sacerdocio de Dios. No tiene que tener un certificado de ordenación colgado en la pared. ¡Cada uno que ha sido lavado en la sangre de Cristo ha sido levantado como un sacerdote para el Señor! 

Como me ubiera gustado crecer en una familia que practicara "el altar familiar." En mi familia no sabían lo que el versículo del libro de Hebreos  manda a los cristianos a no dejar de congregarse, también era para las familias. Por lo tanto, no debíamos faltar al altar familiar. 

Pocos hogares esperan esa hora, cuando llega la hora del altar familiar en sus hogar, Es dejar de hacer lo que estamos haciendo en ese momento por estar un tiempo con Dios en familia. Debemos llamarlo: "¡Tiempo de orar!" todo el mundo en tu  vecindario sabra que tu familia pasa tiempo en el altar de Dios. 

Hay algo que pienso iniciar tan pronto nazca mi primer hijo,  tomaré el papel de sacerdote y pastor en mi propia casa. Siempre lo soy para la congregación, pero llegó el tiempo de serlo en casa con mis hijos. Pero, ¿y qué de usted? ¿Ha examinado su corazón con respecto a convertirse en sacerdote para su familia? Usted argumenta que no ha encontrado una iglesia buena - una que le avive y le provoque, una que ministre a sus niños. Pero, ¿ha hecho usted el trabajo sacerdotal de interceder ante el Señor por las personas que ama? 

Ya hemos visto en las Escrituras que la verdadera iglesia de Dios está dondequiera que haya creyentes que le ministren al Señor. Y eso tiene que estar ocurriendo en su hogar. El apóstol Pablo dice sobre Priscila y Aquilas: "... a la iglesia de su casa." (Romanos 16:5). 

Sin embargo, muchos cristianos llegan a la casa a una deslumbrante televisión. Compran hasta que se caen. Y dedican poco tiempo, si alguno, a ministrar al Señor. Nunca oran. Nunca se encierran en el cuarto secreto para buscar al Señor o interceder por sus esposos e hijos. Sin embargo, ¡se quejan de que no pueden encontrar una iglesia! 

No importa si no hay un esposo o padre en su hogar que pueda asumir el papel de sacerdote. Usted puede ser una madre soltera o un hombre o mujer soltera. Sin embargo, sin importar quién usted sea, Dios dice que usted es un sacerdote real - ¡y usted está llamado a ministrarle a él! 

Tal vez usted pueda decir: "Pero es que ya encontré la iglesia correcta. Me encuentro con el Señor allí cada semana. Escucho predicación santa y entro en una adoración maravillosa. Estoy satisfecho con mi iglesia." 

Me alegro con usted por esto. Pero si usted ve la iglesia como un grupo local con el que usted se reúne, entonces usted todavía no ha encontrado la verdadera iglesia. La iglesia recta, bendecida de Dios está donde usted vive - en su hogar, en su trabajo, en el camino al trabajo. ¡Está dondequiera que usted le busque a él, le adore y le ministre! 

Y si usted no está ministrando al Señor en su hogar, usted se ha convertido en un sacerdote Abiatar. Usted se ha enfocado tan solamente en sus necesidades personales. Y usted no encontrará la iglesia correcta hasta que usted vaya a su cuarto secreto. Usted la encontrará cuando le dé a Jesús tiempo de calidad - ¡al servir el deseo de Jesús de tener comunión con usted! 

Cuando su hogar se convierta en una iglesia, todas sus necesidades más profundas serán satisfechas - no por medios humanos, sino por su Padre celestial de una manera sobrenatural. Y las necesidades de sus hijos serán satisfechas también - ¡todo porque el Espíritu Santo tiene comunión contigo en tu cuarto secreto! 

Entonces podrás ir a cualquier iglesia, sin importar cuán muerta parezca estar. ¿Por qué? ¡Lo harás para tener comunión allí con otros buscadores Sadoc! Él tiene siervos hambrientos en todas partes - y él sobrenaturalmente te traerá a aquellos con quienes podrás compartir tu hambre para ministrar al Señor.

Recientemente leí sobre un ministro que tuvo el privilegio de predicar a pastores en varios países de Europa oriental. Durante los años de dominio comunista no se les permitía a las iglesias congregarse. Así que con frecuencia los creyentes caminaban en grupos pequeños hasta 10 millas para ir a los bosques para compartir juntos. No había pastores oficiales o ancianos en estos grupos. Ellos sabían que todos eran sacerdotes ante el Señor. 

También he oído historias de creyentes encarcelados que por años tan sólo han podido tener compañerismo con el Señor. Un cristiano pasó veinticinco años sin tener contacto con otro creyente. Pero cada hora la pasó en la iglesia porque él ministraba al deseo de Jesús de tener comunión con él. 

Amados, el sacerdocio que Jeremías profetizó está en todas partes. Está formado por multitudes de personas hambrientas de Dios, que creen las promesas del pacto del Padre para ellos. Esas promesas les han afirmado en abundante paz y verdad. Y responden siendo fieles para ministrarle al Señor ellos mismos - ¡comenzando en sus propias casas!

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