Dios volvió la confabulación del diablo en una oportunidad para exponer a la nación entera de Babilonia a su testimonio. Porque los tres jóvenes creyentes no se inclinaron, el Señor los liberó. ¡Y trajeron a la nación una clara manifestación del Señor Jesucristo!
El rey de Babilonia testificó, “...¿No lanzamos a tres hombres atados en medio del fuego?..yo veo cuatro hombres sueltos, caminando en medio del fuego, y no tienen ninguna herida; y la forma del cuarto es como el Hijo de Dios” (Daniel 3:24-25).
De repente, el rey anuló su primer decreto de adoración al ídolo. Y emitió rápidamente este nuevo decreto: “Por consiguiente, hago un decreto, que todo pueblo, nación, y lengua, que hable algo errado contra el Dios de Sadrac, Mesac, y Abednego será cortado en pedazos, y sus casas serán hechas muladar: porque no hay otro Dios que pueda liberar después de esto” (versículo 29).
Amado, todo pasó por causa del testimonio de tres hombres—amantes justos de Dios que estaban dispuestos a entregar sus vidas en fe. ¡Estos tres obreros y hombres humildes fueron responsables de cambiar las leyes de la tierra!
Sí, las cosas se van a poner calientes económica, física, mental, espiritualmente y en toda otra manera. Pero Dios ya ha puesto su mano en hombres y mujeres piadosos, separados en todo lugar. Y su evangelio será predicado como testimonio.
¡Entonces el Señor vendrá!
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