Una mente atribulada es la que padece de un continuo descontento. Está presionada, perturbada, inquieta, sin calma ni descanso. Se preocupa por el futuro y el pasado así como por las circunstancias presentes. ¡Y estoy convencido que hay más mentes atribuladas hoy que en cualquier generación pasada!
Nosotros que vivimos en la ciudad de Talara vemos evidencia de esto a diario. Si usted se para fuera de las peñas y bares y mira a las personas que salen de los espectáculos, raramente ve una sonrisa en la cara de cualquiera. ¡Estas personas pagaron para encontrar un alivio temporal de sus cargas - pero salen con una carga más pesada que cuando entraron!
Aparentemente muchos amadores de Jesús están tan atribulados como las masas de incrédulos. Veo evidencia de esto en algunos de los mensajes por chat que recibe nuestro ministerio. Un sin número de creyentes permanecen despiertos por la noche, atribulados y afligidos. Van a la iglesia esperando experimentar algún tipo de alivio de sus cargas. Pero una vez salen del servicio, sus problemas regresan.
¿Por qué tantas personas hoy tienen sus mentes atribuladas? Permítame compartir en el transcurso de la semana con usted algunas de las razones que el Espíritu Santo me ha mostrado.
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