Dios tiene el poder, la sabiduría, la disposición
y el amor para preservar a su pueblo amado.
Si nos piden que confiemos nuestra vida a alguien, entonces tenemos que saber que ese alguien tiene el poder de librarnos de todo peligro, amenazas y violencia. De otro modo, nuestra confianza seria en vano. Simplemente, nuestro Dios tiene que tener la sabiduría y el poder para guiarnos, así como también guiar a multitudes innumerables, por varias crisis y dificultades. Y él tiene que cumplir con esta guía de su pueblo en amor.
Ahora, si conoces al Señor de alguna manera, entonces sabes que este su carácter. Él es todopoderoso, infinitamente sabio, y un amigo que es más cercano que un hermano. Verdaderamente, él es la misma esencia del amor. El apóstol Pablo escribe, "…porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día." (2 Timoteo 1:12).
Pablo dice, "He puesto mi vida en las manos del Señor. Y estoy persuadido que él no malversará mi confianza. Al contrario, él mantendrá fielmente su palabra para preservarme, porque él es capaz y está dispuesto a hacerlo así. ¡Así ha sido mi experiencia con el Señor!"
Hoy, mientras las nubes de tempestad se reúnen sobre nuestra nación y nuestras vidas, nuestra elección es clara: ¡Podemos renunciar nuestras vidas en las manos del Señor, o podemos ser responsables por mantener y preservarlas nosotros mismos, una tarea imposible, cuándo Dios está sacudiendo todo!
El hecho es, que nuestra paz y contentamiento siempre dependen de nuestra resignación en las manos de Dios, sin importar nuestra circunstancia. El salmista escribe, "Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón." (Salmo 37:4).
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