El Señor nos ha dado un maravilloso ejemplo de su poder para reanimar
y sanar a sus siervos ciegos y mudos. El ejemplo se encuentra en el
libro de Hageo.
El Señor envió a dos hombres en una misión para reconstruir el templo caído de Jerusalén. Estos dos hombres eran Zorobabel y el sumo sacerdote Josué, dos líderes piadosos que obedecieron al Señor y llevaron a cabo el trabajo con celo y fidelidad.
Pero al principio, tuvieron que vencer una fuerte oposición. Grupos de judíos idólatras que se habían desviado, y samaritanos celosos, se opusieron al trabajo tratando todo para prevenir que se hiciera. Finalmente, estos grupos tuvieron éxito al conseguir que Ciro promulgara una ley contra la misión de los dos hombres. Después de eso, Zorobabel y Josué se cansaron de la lucha, de la oposición, de ser juzgados y calumniados. Así que, por los próximos dieciséis años, el trabajo de Dios cesó.
En ningún momento Zorobabel y Josué recibieron un mandato para retirarse. La Biblia no registra ningún edicto que Ciro hiciera revocando el permiso de la edificación. Así que su trabajo no debió haber sido interrumpido. El hecho es, que Dios aun tenia todo el poder necesario para ayudarlos a seguir adelante.
Sin embargo, las advertencias verbales de Ciro dieron a Zorobabel y a Josué una excusa para romper su trabajo. Y pronto, enfocaron sus energías en su propia comodidad personal. Ellos sólo pensaban en proveer para ellos: casas, terrenos, familias y carreras. En ese momento rompieron su ministerio sacrificado. Ellos pensaron que ya no tenían que llevar una cruz o la carga del Señor.
En esos momentos, Satanás siempre aparece proveyendo una teología pervertida para apoyar un estilo de vida de conformismo. La doctrina en este caso fue: No es el tiempo de Dios todavía. La palabra de Ciro lo ha puesto en claro. El Señor nos dejará saber cuándo es el momento correcto para edificar. Mientras tanto, vamos a levantar casa, haciendas y bienes. Necesitamos gozar nuestra religión!
Dicho de una manera simple, la gente de Israel, incluyendo estos dos hombres de Dios, era culpable de incredulidad descarada. Perdieron toda su confianza en Dios para dirigirlos y apoyarlos!
Veo el mismo espíritu de incredulidad trabajando hoy. Predicadores han dicho claramente: Estoy contando los días para retirarme. Ya estoy cansado de la gente! No deseo tolerarlos más. Tan pronto como la fecha de mi retiro venga, me voy de aquí!
No! Qué ésta jamás sea la actitud de un verdadero siervo de Dios! El Espíritu Santo es un Espíritu que da vida, y si tú estás viviendo y ministrando en el Espíritu, entonces mientras más mayor sea y mas tiempo ministres, más fuerte serás a través de todo. La obra de Dios debe ponerse más y más excitante con el paso de los años!
Así que Zorobabel y Josué se pusieron cada vez más sordo y mudo. Se volvieron incapacitados por el pecado, siervos incapacitados quienes sólo buscaban sus propios intereses. Sin duda alguna, Dios se entristeció y no se agradó de ellos. Pero él no había terminado con ellos!
Amado, de la misma manera tú podrás estar en la descripción que dió Isaías de un siervo incapacitado. Puedes estar molesto por un pecado asediante que no quiere soltar tu vida. Pero Dios ve tu corazón, y si tienes aunque sea un suspiro de tristeza en tu ser, Dios puede reanimar y restaurar todo lo que se comió la oruga. Él no ha terminado contigo. De hecho, tus mejores días están por delante!
El Señor envió a dos hombres en una misión para reconstruir el templo caído de Jerusalén. Estos dos hombres eran Zorobabel y el sumo sacerdote Josué, dos líderes piadosos que obedecieron al Señor y llevaron a cabo el trabajo con celo y fidelidad.
Pero al principio, tuvieron que vencer una fuerte oposición. Grupos de judíos idólatras que se habían desviado, y samaritanos celosos, se opusieron al trabajo tratando todo para prevenir que se hiciera. Finalmente, estos grupos tuvieron éxito al conseguir que Ciro promulgara una ley contra la misión de los dos hombres. Después de eso, Zorobabel y Josué se cansaron de la lucha, de la oposición, de ser juzgados y calumniados. Así que, por los próximos dieciséis años, el trabajo de Dios cesó.
En ningún momento Zorobabel y Josué recibieron un mandato para retirarse. La Biblia no registra ningún edicto que Ciro hiciera revocando el permiso de la edificación. Así que su trabajo no debió haber sido interrumpido. El hecho es, que Dios aun tenia todo el poder necesario para ayudarlos a seguir adelante.
Sin embargo, las advertencias verbales de Ciro dieron a Zorobabel y a Josué una excusa para romper su trabajo. Y pronto, enfocaron sus energías en su propia comodidad personal. Ellos sólo pensaban en proveer para ellos: casas, terrenos, familias y carreras. En ese momento rompieron su ministerio sacrificado. Ellos pensaron que ya no tenían que llevar una cruz o la carga del Señor.
En esos momentos, Satanás siempre aparece proveyendo una teología pervertida para apoyar un estilo de vida de conformismo. La doctrina en este caso fue: No es el tiempo de Dios todavía. La palabra de Ciro lo ha puesto en claro. El Señor nos dejará saber cuándo es el momento correcto para edificar. Mientras tanto, vamos a levantar casa, haciendas y bienes. Necesitamos gozar nuestra religión!
Dicho de una manera simple, la gente de Israel, incluyendo estos dos hombres de Dios, era culpable de incredulidad descarada. Perdieron toda su confianza en Dios para dirigirlos y apoyarlos!
Veo el mismo espíritu de incredulidad trabajando hoy. Predicadores han dicho claramente: Estoy contando los días para retirarme. Ya estoy cansado de la gente! No deseo tolerarlos más. Tan pronto como la fecha de mi retiro venga, me voy de aquí!
No! Qué ésta jamás sea la actitud de un verdadero siervo de Dios! El Espíritu Santo es un Espíritu que da vida, y si tú estás viviendo y ministrando en el Espíritu, entonces mientras más mayor sea y mas tiempo ministres, más fuerte serás a través de todo. La obra de Dios debe ponerse más y más excitante con el paso de los años!
Así que Zorobabel y Josué se pusieron cada vez más sordo y mudo. Se volvieron incapacitados por el pecado, siervos incapacitados quienes sólo buscaban sus propios intereses. Sin duda alguna, Dios se entristeció y no se agradó de ellos. Pero él no había terminado con ellos!
Amado, de la misma manera tú podrás estar en la descripción que dió Isaías de un siervo incapacitado. Puedes estar molesto por un pecado asediante que no quiere soltar tu vida. Pero Dios ve tu corazón, y si tienes aunque sea un suspiro de tristeza en tu ser, Dios puede reanimar y restaurar todo lo que se comió la oruga. Él no ha terminado contigo. De hecho, tus mejores días están por delante!
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