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lunes, 11 de junio de 2012

PERDIDA DE DISCERNIMIENTO


 Una pérdida de discernimiento.  



El siervo que esta incapacitado tiene sus ojos espirituales oscurecidos. Aunque Isaías estaba profetizando en este capítulo sobre el bien que viene sobre los ministros cuando el Señor los reanima, los hombres a quienes él se dirigió todavía estaban sordos y ciegos a las cosas de Dios.

Mateo nos dice: Pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, cuántas no serán las mismas tinieblas? (Mateo 6:23). La Escritura lo dice bien claro: Los pecados escondidos son obra de las tinieblas. Y sabemos de la Palabra de Dios que la luz no tiene comunión con las tinieblas. Su luz no operará en las cámaras oscuras del pecado que no se abandona.

Pedro nos dice que Cristo predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, (1 Pedro 3:19-20). Fue la desobediencia la que envió a estas almas a una prisión de oscuridad. De igual manera hoy, todo acto voluntario de desobediencia hace que la luz del discernimiento dentro de nosotros se oscurezca. Al pasar el tiempo, nuestra percepción de la verdad se va distorsionando y nuestro cielo abierto se pone cada vez más nublado.

El Señor sufre grandemente cuando el pecado oculto trae gran oscuridad a nuestras almas. Y nada le entristece más que cuando resistimos y rechazamos sus amonestaciones y convicciones. Considera estos casos trágicos, según están descritos en dos correos que recibí:


  • Una esposa cristiana escribió, Mi esposo se ha entregado completamente a la pornografía del Internet. Ahora presenté una demanda para el divorcio y a él ni le importa.
  • Estuvimos felizmente casados durante veinticinco años antes que esto sucediera. No podía entender por qué él pasaba tanto tiempo encerrado en su cuarto con su computadora. Entonces cierto día entré, y me sorprendí al ver la suciedad que vi en la pantalla.
    Él se obsesionó. Su personalidad cambió y una maldad vino sobre él. Entonces supe que se había hecho un adicto. Cuando lo amenacé con marcharme, acordé sacar la computadora de la casa. Eso sólo duró tres meses. Entonces trajo otra a casa, y me dijo: No puedo evitarlo. Esta vez, la computadora se queda. Yo voy a hacer lo que me dé la gana.
Esta mujer dice que ella presentó la demanda por el divorcio, porque ya no conoce al hombre con quien está casada. Él camina ahora en oscuridad, alimentando su alma con heces del infierno!


  • Una esposa de un pastor converso por facebook, Hermano Israel, mi esposo una vez trabajó en la obra de Dios. Él era un hombre tan bueno, un verdadero pastor. Amaba la enseñanza, y sentía gran compasión por aquellos que estaban atrapados por el pecado. Él ministraba a los alcohólicos y adictos, y entraba gente de las calles. Era tan bueno y considerado.
  • Pero entonces comenzó a coquetear con la pornografía. Dentro de unos meses, lo vi transformarse en otro hombre. Se envició y traía a casa videos de pornografía. Un día me dijo que me dejaba si yo no los veía con él. Lo hice renuentemente. Después de dos semanas, me di cuenta que estaba siendo seducida por los videos. Inmediatamente me arrepentí delante de Dios.
    Mi esposo entró cada vez más profundo en esa horrible oscuridad. Dudas sobre la fidelidad de Dios comenzaron a llenar su mente, y se disgustó con el ministerio. Todo su fruto se secó. De ahí en adelante, comenzó a justificar el pecado. Sus gustos por la música cambiaron, así como su elección de ropa. Todo estaba en desorden.
Recuerdo a este pastor como un maravilloso siervo del Señor. Pero hoy en día, después de muchos años viviendo en lujuria, se divorció de su esposa y se casó con una mujer malvada, y está bien envuelto en lo oculto. Todavía lo justifica todo! Ahora, cuando pienso en él, recuerdo la advertencia de Isaías. Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! (Isaías 5:20).

El apóstol Pablo hace una declaración horrible dirigida a aquellos que caminan en la vanidad de su mente (Efesios 4:17). Tales personas justifican su pecado, ya no buscan liberarse de él. Pablo dice de ellos: teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón (versículo 18).

¿Cómo fue que éstos se oscurecieron y fueron cegados? Ellos cayeron bajo una ceguera judicial que viene sobre todos los que se entregan al pecado: los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza (versículo 19).

No hay nada más triste y digno de pena que un ministro que ha sido cegado por Dios, un hombre con temor a nombrar al pecado porque él mismo está sujeto a su propio pecado, que llama lo bueno malo, y lo malo bueno; quien está ciego a los tiempos, quien predica nada más una gracia permisiva.

Este será el trágico resultado: Un hombre bajo el poder de una lujuria predominante está bajo una seguridad falsa y no discierne los tiempos peligrosos que vienen y él no ejerce su responsabilidad de atalaya.

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