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miércoles, 13 de junio de 2012

LOS QUE DISTORSIONAN LA VERDAD






Isaías habla de Cristo sanando la lengua tartamuda (ver Isaías 33:19). La palabra hebrea para tartamudo en este pasaje significa una pronunciación defectuosa. Esta es una voz de incertidumbre y vacilación, uno que habla una palabra sin poder o sin verdad.




 
Escucha las palabras solemnes del profeta sobre este tema: Porque el ruin hablará ruindades, y su corazón fabricará iniquidad, para cometer impiedad (32:6). La palabra hebrea para ruindad aquí significa necedad, crimen maléfico. Viene de la palabra nabal que significa tonto, necio.

Isaías nos dice: Sólo el hombre tonto, necio, se atreve a llevar la Palabra de Dios mientras se encuentra en pecado. Sus palabras salen como necedad! Tal hombre comete: habla escarnio contra el Señor, dejando vacía el alma hambrienta, y él quitará la bebida al sediento. (el mismo verso). Su error terminará en la desviación de otras vidas!


Me entristezco por los mensajes que recibo de cristianos en toda la nación que dicen: Se me hace un nudo en el estómago cuando pienso que voy para la iglesia. Los sermones de mi pastor son tan vacíos e insatisfactorios. Nada de lo que oigo me provoca o me reta a la santidad. Por qué me ocurre esto? Es porque la palabra que el pastor predica no es la verdad ungida!


Estoy convencido que un pecado en particular, más que cualquier otro, causa tal distorsión de la verdad. Es el pecado de la incredulidad. Y éste pecado está galopante en muchos ministerios hoy.


Dios llama al pecado de incredulidad volver a Egipto. Ay de los que descienden a Egipto por ayuda y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehova! (Isaías 31:1). Ay de los hijos que se apartan, dice Jehova, para tomar consejo, y no de mi que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca (30:1-2).


Isaías estaba boquiabierto al ver muchos de los líderes de Israel montarse en sus caballos y galopar a Egipto para tratar de conseguir consejo sobre la política y seguridad nacional. Éstos eran los mismos hombres que le dijeron al profeta que no tenían tiempo para buscar al Señor y consultar con él. Pero Dios no tomó sus acciones con liviandad. Él la llamó rebelión, y pronunció desgracia sobre ellos!

Hoy, nada ha cambiado. Multitudes de cristianos viajan a través del mundo asistiendo a seminarios y convenciones con una mentalidad de ir a Egipto. Ellos están haciendo conexiones, estrategias, adoptando métodos mundanos, recibiendo consejo inspirado por la carne. Para resumirlo, están buscando cualquier cosa nueva que pueda emocionarlos.


Pero el siervo que ora y confía completamente en Dios sabe que no tiene tiempo para conceptos de Egipto. El único lugar al que él corre es a su cuarto secreto. Y allí es donde recibe el consejo, sobre sus rodillas!

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