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martes, 24 de abril de 2012

EL ENEMIGO QUIERE PROVOCARTE PARA QUE TE ENOJES

 
Satanás es tan sutil y hábil en sus tentaciones,
Que usa a nuestros seres más cercanos para provocarnos!

 
Considera la experiencia de Job. ¿Quién, si no el diablo pondra tales dolorosas palabras en la boca de la esposa de este hombre? En medio de su horrible sufrimiento, ella le dijo a Job: "Maldice a Dios y murete!" Imagínate lo profundamente que estas palabras han de haber herido a este hombre de Dios, especialmente cuando estaba tan decaído y en necesidad de ánimo.

Fue también el diablo quien habló tan duramente a David a través de sus hermanos. Cuando el padre de David le envió a las líneas de batalla a llevarle comida a sus hermanos, Eliab, el hermano mayor de David dijo: "¿...Para que has descendido acá? Y ¿A quien has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido". (1 Samuel 17:28). En otras palabras: "Tu estás aquí sólo porque quieres ver el espectáculo de la guerra!".

¿Quién, sino el diablo pudo haber tomado la lengua de Eliab para decir tan inferiores palabras a un joven que tenía el llamado de Dios? Gracias a Dios, David no hirvió en esas palabras y se regresó a su casa. De otra manera, el plan de Dios podía haber abortado!

También pienso en las airadas y acusadoras palabras que los hermanos de José le dijeron. Satanás inspiró esas palabras, porque quería que José se amargara y pasara años hirviendo en sus jugos de enojo, venganza y odio. Gracias a Dios, José lo rindió todo. No le permitió que hirviera!

Aun los hermanos de Jesús le dijeron palabras dolorosas. Lo desafiaron a clamar su divinidad, diciendo, "...Si estas cosas haces, manifistate al mundo" (Juan 7:4). En otras palabras, "Si eres realmente el Mesías, ¡Pruébalo entonces! Ve y haz tus milagros en Jerusalén, así todo el mundo podrá ver". 

"Porque ni aun sus hermanos crean en el" (versculo 5). No hay nada tan doloroso como el que tu familia piense que eres un fraude. Sólo el diablo podría haberle hablado a Cristo en esa manera, a través de sus propios hermanos. ¡Quería provocar a Jesús en enojo! 

De la misma manera lo intentará contigo y conmigo una y otra ves, usando personas que amamos y servimos, amigos y familiares cercanos. Que nada de lo que te digan te contriste, recuerda que debes cuidar tu corazón de las reices de amargura, pues muchos por amargura escogen alejarse y eso termina destruyendo su comunión con Dios.

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