Todos saben lo que es el estofado. Es un platillo hecho de carne y verduras
que pones a hervir a fuego lento en una sartén, y que después te lo comes.
Aunque encontré por internet en diccionarios que ofrecen otra definición. Donde describen al estofado como "un estado de estar agitado, perturbado".
Esta
misma definición incluye también la frase "hervirse a uno mismo en su propio
caldo" -que significa, "permitir que hiervan problemas y perturbaciones;
continuar en un perturbado estado mental".
Nosotros como peruanos tendemos a contraponer estos dos términos de la
palabra "estofado". Cuando queremos describir nuestras agitadas emociones, por
ejemplo, usamos términos de cocina.
Por ejemplo:
Una persona molesta se dice que está "humeando". Y una persona muy enojada
se dice que está "hirviendo". Cuando alguien enfurece excesivamente, se dice
que su "mente está frita". En realidad, las emociones humanas son descritas
algunas veces en términos de agua: caliente, fría o tibia.
Tales expresiones abundan en el lugar de trabajo. Muchas personas
describen su oficina como una "olla de presión". La frase "subiendo la
llama" significa ponerle presión. Cuando alguien es lento, sus
compañeros dicen "alguien tiene que prenderle fuego por debajo". Y cuando
alguien no puede manejar la presión, se le dice "Si no aguantas el calor,
salte de la cocina". De la misma manera, alguien que está progresando está
"realmente cocinando".
Una casa que está sobrecalentada es descrita como estando "tan caliente como un
horno". Y de una casa fría se dice que está "tan fría como el congelador".
En este mensaje, quiero enfocarme en la expresión "hirvindose uno mismo
en su propio caldo". El hecho es que Jesús enseño verdades eternas usando
ilustraciones cotidianas -parábolas, historias y expresiones familiares de
su día. Y yo creo que "hirvindose uno mismo en su propio caldo" es una
expresión de nuestros días que nos puede revelar mucho de nuestro caminar
con Cristo.
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