¡Dios te llevar
al lugar mas bajo conocido por el hombre!
Si le estás huyendo a Dios, serás tragado como Jonás-en el vientre de una gran tribulación! La tribulación puede ser tu salud, tus finanzas o tu familia. Sin embargo, suceder no porque Dios quiere destruirte, sino porque tú eres suyo. Acéptalo ahora mismo, descarriado: ningún hombre o mujer que le huye a Dios escapa la tempestad. Y ningún poder humano puede librarte de ella!
"Él (Jonás) les respondió: Tomadme, y echadme a la mar, y la mar se os quietará:... Y aquellos hombres trabajaron por tornar la nave a tierra; mas no pudieron, porque la mar iba a más, y se embravezca sobre ellos." (Jonás 1:12-13).
Estos marinos mundanos trataron de librar a Jonás. Eran marinos con experiencia y conocían el territorio de la profundidad. Mientras se imaginaban a Jonás atacado por tiburones, vacilaron en tirarlo al mar. Pero, amados, cuando Dios está detrás de un descarriado, nadie puede impedir su plan divino!
Si estás huyendo del Señor, anótelo: Tu crisis viene, y será la tempestad de tu vida. Tus seres queridos y amistades pueden tratar de protegerte de ella, pero ningunos de sus mejores esfuerzos tendrán éxito. Dios se ha decidido: Él tiene un propósito al enviar la tempestad. Y él sabe que si eres rescatado de ella antes que él te discipline, nunca serás salvo!
"... y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches." (verso 17). Después de la tempestad viene el momento más crítico y oscuro de tu vida. Se llama el hoyo de la desesperación. La prueba de Jonás le lleva a lo más profundo de la tierra, donde no hay luz. Él testifica: "Descendí a las raíces de los montes..." (2:6).
En qué condición más horrible se encontró Jonás: Oscuridad total, algas se adherían a su cuerpo, el agua le enlodaba constantemente. Y la presión física sería increíble. Hasta los submarinos deben ser preparados para la presión antes de descender a las profundidades. Los tímpanos de Jonás debieron estar en dolor constante.
Descarriado, te puedes imaginar la clase de oscuridad y hedor que había allí? Míralo bien-porque es un cuadro del lugar hacia donde te diriges! Viene sobre ti una noche de oscuridad terrible, un tiempo de desesperación y abatimiento absoluto.
Jonás tuvo dos opciones en su oscuro hoyo de desesperación. Y las mismas dos opciones están disponibles para todo descarriado que baja al vientre de una crisis oscura:
1. Te puedes entregar al abatimiento y desesperación, convencido que Dios te odia por tu desobediencia. Puedes decir: "He caído tan bajo, que nunca puedo volver con Dios. No hay esperanza para mó!" La desesperación reinar en tu vida, hundiéndote cada vez más profundo en el hoyo de desesperación.
Jonás fácilmente puedo entregarse al espíritu de abatimiento. Si lo hubiese hecho, se hubiera muerto en el vientre de la ballena, y su nombre nunca más fuera mencionado. Puedes objetar: "Pero Dios había ordenado una misión para Jonás. Él nunca lo hubiese dejado morir allí." No! Dios pudo encontrar a otra persona para la misión de Jonás. Todos tenemos libre albedrío para escoger-y Jonás tuvo que escoger en cuanto a lo que su actitud se trataba.
Amado descarriado, tu también puedes darte por vencido en tu tempestad! Cuando todo está en contra tuya--cuando desciendes al hoyo más bajo de la angustia, sintiéndote tragado por la desesperación--pensarás que Dios te ha abandonado. Serás tentado a decir: "No vale la pena. No le importo a Dios. No es posible que me ame, porque él ha permitido que todo este problema caiga sobre mí."
Cuando llegas a ese punto de desesperación, tienes que tomar una decisión. Lo que te lleva a la segunda opción:
2. Puedes clamar a Dios por misericordia. Puedes volver al Señor, sin importar cuán lejos has huido de él!
Gracias a Dios, Jonás tomó la decisión correcta: "Y oró Jonás desde el vientre del pez a Jehová su Dios. Y dijo: Clamé de mi tribulación a Jehová, Y él me oyó; Del vientre del sepulcro clamé, Y mi voz oíste." (versos 1-2).
El propósito de tu tempestad es para presionarte a hacer lo que Jonás hizo-volverse a Dios! El Señor te está presionando para que regreses a tu primer amor-para que regreses a su casa, clames a él, y confíes y ores hasta que salgas del problema. Sólo tienes que escoger hacer eso!
Esta historia verídica es para advertirte y animarte. Como tú, Jonás pensó que Dios había terminado con él. Él clamó: "Echado soy de delante de tus ojos: Mas aun veré tu santo templo. Las aguas me rodearon hasta el alma, Rodeme el abismo; La ova se enredó a mi cabeza. Descendí a las races de los montes; La tierra echo sus cerraduras sobre mí para siempre..." (versos 4-6).
Pero al final, Jonás hizo la decisión correcta, orando: "Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová; Y mi oración entró hasta ti en tu santo templo. Los que guardan las vanidades ilusorias, su misericordia abandonan. Yo con voz de alabanza te sacrificaré; Pagaré lo que prometí. La salvación pertenece a Jehová." (versos 7-9).
He conocido creyentes fieles que amaban al Señor con sinceridad, y muchos de ellos se descarriaron y han terminado inmersos en pecados terribles de los que no saben como salir. En otros casos hermanos que se descarriaron dejando la congregación siguiendo lo que ellos llamaban una visión de Dios. Les hable muchas veces para que volviesen y esperasen el tiempo de Dios pero no escucharon, hoy al contemplar y enterarme de todo lo que les ha sobrevenido no puedo hacer nada mas que orar por ellos y esperar que entiendan que al no sujetarse a sus pastores pierden toda dirección de Dios.
Estoy seguro que si vuelven arrepentidos el Señor extenderá su mano para librarlos pues es misericordioso con los que se humillan, el pastor que me engendró se descarrió amando más el adulterio que al Señor, le hable una y otra vez como un hijo a su padre pero se negó a escuchar, a los pocos años perdió el ministerio y la congregación de disperso.
Pero cada vez que trato de alcanzar a este hombre después de esa vez, me dí cuenta que había descendido más profundo en el hoyo. Con el tiempo perdí todo contacto con él. Lo último que supe, fue que estaba muy lejos, en las profundidad del fango de la desesperación, abandono el país.
Y tú que estas leyendo este mensaje? Te has descarriado y rehúsas volver a Jesús? Puedes decir: "Hermano Israel, tu no sabes lo que he hecho y cuán bajo he caído." Déjame decirte amigo: si sigues nadando en tu temor, culpa y condenación, serás aplastado en ella-y terminarás con el corazón endurecido!
O, tienes otra opción. Puedes decir: "No! He leído un mensaje de esperanza-un mensaje de fuerza y poder en Jesús. Puedo volver al hogar, a mi Señor. Puedo volver a él!"
Yo creo que tan pronto como Jonás comenzó a orar en el vientre de la ballena, Dios comenzó a secar un lugar dentro del cavernoso pez y dijo: "Ahora, Jonás, ven sintate aquí y hablame." Quizás Jonás tuvo un gran avivamiento con Dios en ese lugar oscuro. Mientras tanto, Dios estaba guiando a esa ballena a través del Mediterráneo, llevándola a la playa y haciendo que vomitara a Jonás. Afuera, salió el hombre de Dios-libertado, ungido y al día con el plan del Espíritu Santo!
Dios restauró todo para Jonás. Y él quiere restaurar todo lo que el diablo te ha quitado. Él quiere devolverte todo en buena medida. Por eso él ha dejado esta gloriosa promesa a todos sus hijos descarriados:
"Mas como la esposa quiebra la fe de su compañero, así prevaricasteis contra mí, oh casa de Israel, dice Jehová. Voz sobre las alturas fue oída, llanto de los ruegos de los hijos de Israel; porque han torcido su camino, de Jehová su Dios se han olvidado. Convertíos, hijos rebeldes, sanar vuestras rebeliones. He aquí nosotros venimos a ti; porque tú eres Jehová nuestro Dios." (Jeremías 3:20-22).
Todo lo que tienes que hacer es sencillamente regresar. Es la obra de Dios sanar tu tendencia a descarriarte: "sanar vuestras rebeliones..." (verso 22). Vuélvete a tu cortés y amante Salvador. Él promete llevarte todo el camino hacia sí mismo!
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