¡Odio a la santidad de otro!
Algunos cristianos no soportan ser “aventajados” por alguien que parece más santos y justos que ellos. ¡Ellos ven que un hermano o hermana está siendo honrado por Dios--y se enfurecen!
Existe un gran poder en la devoción y gran autoridad en la santidad. Sin embargo, ambos son despreciados por aquellos cristianos que no quieren pagar el precio--personas que una vez tuvieron el toque de Dios, pero ahora, por su transgresión, no pueden disfrutar de su bendición. Cuando aparece alguien que es considerado más santo y más devoto, envidian lo que han perdido. Dan lugar a un odio celoso--¡y no descansarán hasta ver a esa persona santa arruinada o destruída!
Admítelo, amado: nada es más odiado que el poder y la autoridad espiritual que acompaña una vida santa. Y nadie será mas odiado, calumniado, envidiado y difamado que el cristiano que irradia santidad.
Sin embargo, si nuestro corazón está bien con Dios y vemos gran devoción en un creyente, nos regocijaremos en el poder y autoridad que Dios le ha impartido. Y permitiremos que la vida consagrada del hermano sirva como un reto y nos provoque alcanzar un caminar más profundo con el Señor.
Mas sin embargo, muchos creyentes se niegan a dejar el celo de sus corazones. Considera estos ejemplos:
Una vez acompañé a un hermano en su automovil él cual estaba pasando por una increible aflicción financiera. Mencionamos a otro hermano en la conversación que había sido bendecido grandemente por Dios en sus finanzas. De repente, el hombre que estaba conmigo en el auto se sonrojó de rabia. Él dijo entre dientes: “Cada vez que pienso en él manejando su auto nuevo dueño de esa casa grande, disfrutando todas esas bendiciones--no puedo soportarlo. ¡Me quemo por dentro! He sufrido tanto. Cuando veo todo lo que él está recibiendo, me siento molesto.”
Enormes venas resaltaban en el cuello de este hombre. ¡Su envidia y rabia habían rebosado!
Cuando Caín observó que su hermano Abel era bendecido y aprobado por Dios, la envidia tomo poder de él hasta el punto de asesinato. ¡Él envidiaba el caminar de su hermano con Dios!
David es un buen ejemplo de un creyente que trama contra otro. Él puso una trampa para Urías, un oficial en su ejército, después de haber dejado encinta a la esposa de Urías. Él mandó llamar a Urías del frente y le ordenó pasar un tiempo con su esposa. Él esperaba que Urías tuviera intimidad con ella, y de esta manera cubrir su pecado de adulterio.
Pero Urías no regresó a su casa. Al contrario, él dijo: “¿Cómo puedo disfrutar de la compañía de mi esposa cuando el ejército del Señor está sufriendo? Me quedaré aquí y sufriré como ellos.”
Esto debió ser una reprensión horrible para David. Entonces él puso otra trampa para Urías. David ordenó que él asistiera una gran fiesta en el palacio, donde él llenó a Urías de vino. David pensó: “Si lo emborracho, podré dirijirlo a su casa y acostarlo. De esta manera, pensará que dejó a su esposa encinta.”
Pero esa noche Urías durmió afuera, rehusando el consuelo de su esposa.
Como había fracasado otra vez en su trama, David conspiró poner a Urías en el frente de una batalla perdida, sabiendo que iba a morir. Y eso fue lo que sucedió.
El haber pecado al tramar contra Urías fue el cargo más grave de David ante los ojos de Dios. “¿Por qué?”, preguntarás. “¿No cometió pecado David al cometer adulterio con Betsabe?” ¿Y no dice la Biblia que él pecó, mostrando su falta de fe, cuando huyó de los filisteos por proteger a Saul?”
!Sí! Las Escrituras también nos dice que David pecó en su rápida decisión al matar a Nabal, hasta que Abigail se acercó y el cambió de idea. David también pecó al contar el pueblo, un pecado de orgullo y ambición.
David también pecó al no tener control de sobre sus hijos. Nunca dijo una palabra contra Absalón--y el joven se levantó y usurpó el trono de su padre. Este pecado de negligencia con el tiempo le costó la vida al hijo de David.
Hubo muchos pecados en la vida de David. Mas sin embargo, cuando vemos lo que la palabra de Dios dice acerca de este asunto, el único pecado que es mencionado es la trampa que David le tendió a Urías: “…por cuanto David había hecho lo recto ante los ojos de Jehová, y de ninguna cosa que le mandase se había apartado en todos los días de su vida, salvo en lo tocante a Urías heteo.” (I Reyes 15:5).
Este verso no nombra a Betsabé. No nombra ningún otro de los pecados de desobediencia de David. Más bien, menciona una cosa por la cual David se alejó de Dios cuando puso una trampa--¡cuándo tramó contra un hombre inocente!
Qué terrible precio tuvo David que pagar por tramar contra un creyente. Cuán grandes dificultades trajo esto contra la familia de David: Su hija fue violada. Su hijo Amnón fue matado borracho a manos de Absalón. Todo Israel abandonó a David y concurrieron hacia Absalón. Y sus esposas y concubinas fueron profanadas por su hijo, quien gobernaba sobre el reino.
David fue forzado andar de arriba para abajo y a esconderse para salvar su vida. Lo peor de todo, la Biblia dice que el perdió el gozo de su salvación: “vuélveme el gozo de tu salvación…” (Sal. 51:12).
El gozo del Señor se había apartado de la vida de David.
Amado, Dios nos está mostrando su desprecio hacia el pecado de poner trampas a un cristiano. ¡Pagas un precio terrible--y tu familia paga el precio terrible--cuando tiendes una trampa para otro creyente!
Dios ayude al cristiano que se aferra a sus celos de un hermano o hermana. Si ese tipo de espíritu está en tu corazón, de seguro que Satanás te tentará en algún tipo de trama diabólica. Él te engañará para que te unas en un trama contra esa persona--¡pero sólo amontonarás dificultades sobre ti y sobre tu casa!
Si estás calumniando a tu jefe o estás degradando a tu compañero de trabajo… si estás envuelto en chismes… si tomas parte en una conspiración de cualquier clase… si calumnias el nombre de alguien de cualquier manera, entonces estás tendiendo una trampa. ¡Y Dios lo aborrece! Él recordará tu trama. ¡Y él hará que caigas en el hoyo que has cavado para otro!
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