Si nosotros hemos de ser como Cristo, también tendremos nuestro Getsemaní cuando seamos enfrentados a movernos a la perfecta voluntad de Dios.
Al final tienes tres opciones:
Puedes correr.
Puedes hacer nada, y seguir el camino de la voluntad propia.
O puedes hacerlo a la manera de Dios, la manera difícil – el camino de la muerte.
La manera del Señor casi siempre parece dolorosa y sin esperanza. Y aceptarla puede significar morir a todo lo que esperabas en la carne. Permíteme darte dos ilustraciones de la vida real:
Testimonios tomado de internet:
Una vivaz joven inglesa fue llamada a ser misionera. Ella le había entregado el corazón totalmente al Señor - ¡y ella estaba llena de ambición por Jesús! Ella dirigía un pequeño grupo de oración y trabajaba con los desamparados. Y como la mayoría de las muchachas de su edad, ella esperaba encontrar un joven espiritual para casarse – alguien quien compartiría con ella su carga por los perdidos. Ella testificaba a amistades y a Cristo que estaba preparada para “hacer la perfecta voluntad de Dios, ¡sin importar el precio!
Llego el día cuando ese deseo fue probado. Ella solo era una jovencita - ¡y el Espíritu Santo le dijo que tomara un barco y se fuera al Oriente!
Cayo de rodillas: “¿Señor, y que acerca del esposo – una cobertura espiritual para mi ministerio? ¿Y que me dices de todos los impíos en Inglaterra que te necesitan? ¿Y todas mis amistades y nuestras maravillosas reuniones de oración? ¿Estoy supuesta a tomar la maleta e irme – sin conocer a nadie, ni siquiera el idioma?”
Ella estaba enfrentando la voluntad de Dios – lo desconocido. Pero ella sabia que el Espíritu había hablado, y su voluntad fue claramente revelada: “Ve – ¡y yo iré contigo!”
¡Ella tuvo su experiencia Getsemaní! Y antes de levantarse de la oración ella murió – a toda su ambición, su iglesia y amistades, a toda comodidad y voluntad propia. ¡Gozo lleno su corazón!
Subió al barco y les dio un beso de despedida a sus amistades. Ella cruzó la raya: ¡La voluntad de Dios a cualquier precio! Cuando el barco llegó a Hong Kong, Dios le dijo que se bajara – y ella lo hizo, sin conocer a un alma.
Eso sucedió hace quince años, hoy Jackie Pullinger es la madre espiritual de literalmente cientos de drogadictos y personas atribuladas en los barrios pobres de Hong Kong. Ella esta casada con Jesús y es una verdadera hija de Sión. Ella conoce el éxtasis de estar en la perfecta voluntad del Padre - ¡un éxtasis que nunca la dejo desde que se monto en el barco!
Una mujer llamada Amanda Smith vivió hace mas de siglo – una mujer cuyo corazón estaba puesto en Dios. Ella era una humilde sirvienta negra y una guerrera de oración. La gente sentía la presencia de Jesús alrededor de ella.
Dios le mando un maravilloso y amante esposo a esta joven mujer quien ministro con ella. Amanda era misionera de corazón – le encantaba viajar, y ganaba gente para el Señor dondequiera que iba. Pero entonces comenzó al Guerra Civil, y el esposo de Amanda lo mataron.
Amanda lloro. Pero siguió entregándose completamente a la oración y el servicio a los demás. Con el tiempo, ella comenzó a sentirse sola. Ella comenzó a orar, “Señor, mándame un esposo piadoso – uno que comparta mi carga de viajar y ministrar.
Un día ella conoció a un hombre que aparentaba ser todas esas cosas. Él era un pastor laico Metodista quien dijo que iba a ser ordenado como corredor de circuito. Amanda oro, O, Señor, gracias - ¡este es el hombre!”
¡Pero Amanda no llevo el asunto a Getsemani! Ella no buscó al Señor por su perfecta voluntad. Muy adentro, ella temía que Dios dijera que no – y ella quería casarse con él. Amanda nunca murió a su propia voluntad – y ella tomó las riendas. Ellos se casaron – y dentro de tres semanas Amanda se dio cuenta que había perdido la voluntad de Dios. Su esposo no era un hombre de oración – él había estado actuando para ganar su corazón. Luego, el confeso que no iba a ser ordenado. ¡Él dijo que sabia que ella no se hubiera casado con él, sí le decía la verdad!
Con el tiempo, el dejo a Amanda y se deslizo. Ella pasó el resto de su vida sola. Pero todo lo que hizo desde ese momento, lo llevo a Dios, muriendo a su propia voluntad – ¡y fue grandemente bendecida! El Señor la dirigió perfectamente todos sus días. Ella fue usada poderosamente como una predicadora de santidad. ¡Amanda Smith había hallado el éxtasis en la perfecta voluntad de Dios!
Puedes haber testificado por años: “Estoy aquí en la tierra solamente para hacer la voluntad de Dios. ¡Obedeceré!” Pero entonces un día llegas cara a cara con una crisis de vida o muerte mas allá de cualquier cosa que hayas conocido. Es un lugar donde escoger la voluntad de Dios puede ser la decisión más dolorosa y difícil que hayas enfrentado.
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