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martes, 7 de diciembre de 2010

NO HAN DEVOCION SIN SANTIDAD

 

3. No puede haber devoción a Cristo sin caminar de santidad. 

Esta es la forma como toda doctrina debe ser juzgada: ¿te conforma a la imagen de Jesucristo? No puedes llamar puro a un evangelio simplemente porque el maestro predica contra el pecado, o porque hacen referencia frecuente de Cristo. El movimiento de la Nueva Era habla mucho sobre el Espíritu de Cristo. 

He escuchado a predicadores réprobos gritar el nombre de Jesús en un micrófono, tronando contra la homosexualidad, drogas y los pecados de la sociedad. Pero mientras más escucho, mas me doy cuenta que este hombre no esta realmente quebrantado. Sus mensajes no son convincentes. Él esta hablando acerca del pecado de otro, no de los suyos. 

Tales predicadores juegan con la gente, entusiasmándolo. Ellos no tienen una convicción real, ningún deseo consumidor por conformar a la gente a la imagen de Cristo. A los cristianos les encanta ir a reuniones donde escuchan al predicador hablar de la ausencia de oración en las escuelas. Quizás mencione algo acerca de nuestra avaricia, orgullo, y adulterio; las cosas que están en nuestros corazones. Pero luego sale la palabra relajante y suavizante. Y una vez que ganan la confianza, el temor de Dios es menospreciado. 

Existe una prueba segura para la predicación de santidad verdadera. Se encuentra en 2 Timoteo 2:19: “Pero el fundamento de Dios esta firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.” 

Me siento como Pablo debió sentirse, un grito que exprime el corazón por avisarle al pueblo de Dios de lo que viene. Hay grandes guerras teológicas adelante. Todo el movimiento carismático se dividirá en diferentes campamentos, reuniéndose detrás de sus doctrinas, maestros y libros, acusándose unos a otros de error y falsa profecía. ¡Y todos creerán que están defendiendo la fe! 

Ellos no estarán peleando con el diablo, porque estarán muy ocupados llamándose herejías unos a otros. Será un tiempo de gran confusión, y los cristianos ignorantes no sabrán a quien creer. 

Amados, quiero pelear al verdadero enemigo. Y ese enemigo esta en las calles—¡y en nuestros corazones! No voy a discutir acerca de profecía. Quiero estar al lado de cualquier hermano o hermana que camina en el temor de Dios y cuyo corazón es dado a la pura devoción de Jesucristo. 

Debemos quitar nuestros ojos de los maestros y evangelistas, y convertirnos en estudiantes de la Palabra de Dios. “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” (2 Timoteo 2:15). No busques por un pastor o evangelista “aprobado.” Iras de un hombre a otro, y todos te fallaran, hasta que finalmente perderás la esperanza. ¡Quita tus ojos de los predicadores y ponlos en Jesucristo!

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