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miércoles, 15 de septiembre de 2010

LA FE NO DEBE ESTAR SOLA


Pedro advirtió que la fe no debe estar sola.

Él dijo, “Añade a tu fe, virtud, conocimiento, dominio propio, perseverancia, paciencia, etc.” La fe sin paciencia y virtud y dominio propio se vuelve centrada en si misma y desequilibrada.

Todas las enfermedades no son ocasionadas por demonios o espíritus malos. Muchas son causadas por falta de dominio propio, glotonería, y malos hábitos. Esta generación que eructa y esta hinchada se llena con montañas de comida rápida, postres y bebidas envenenadas – luego, cuando el cuerpo esta debilitado y atacado por la enfermedad, corremos en pánico a la Palabra de Dios como una panacea rápida. Hacemos lo que sea para ser sanados – excepto practicar dominio propio y perseverancia. Y aunque Dios, en su misericordia, a menudo anulará nuestros caminos indulgentes y sanara nuestros cuerpos, necesitamos invertir en nuestra fe un poco de dominio propio.

Hay tiempos en la Biblia cuando Dios no podía, o no contestaba – sin importar cuantas veces le pedían – sin importar cuan grande fuera la fe o cuan positiva la confesión. Pablo no fue liberado de la aflicción que lo abofeteaba, aunque él oró diligentemente por una respuesta. “… respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí….” (2 Corintios 12:7-10).

Dios quería ver la obra de gracia terminada en Pablo primero. El no permitiría que su hijo se hinchara de orgullo. El no se regocijaría en una liberación – sino aprendiendo cómo el poder de Dios podía ser suyo en tiempos de debilidad. Pero mira lo que obro en Pablo, comprobando que Dios tenía razón al no contestar su petición:

“…Por tanto de buena gana me gloriare mas bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.” (2 Corintios 12:9-10).

¿Le faltaba fe a Pablo? ¿Estaba lleno de pensamientos negativos? ¿Malas confesiones? ¿Por qué Pablo no predicaba el mensaje que tanto escuchamos hoy? “No tienes que sufrir enfermedades, pobreza, angustia, sufrimiento. No tienes que soportar necesidad o debilidad. Reclama tu victoria sobre todo sufrimiento y dolor…”

Pablo quería mas que sanidad, mas que éxito, mas que liberación de aguijones espinosos – ¡él quería a Cristo! Pablo prefería sufrir que tratar de rechazar lo que Dios ordenaba. Por eso es que él podía gritar, “Me glorío en mi situación presente – Dios esta obrando en mi a través de todo lo que sufro. En y a través de todo, yo sé que mi sufrimiento presente no puede compararse con la gloria que me espera.”

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