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martes, 3 de agosto de 2010

EL REGRESO INMINENTE DE CRISTO



La mentira de Laodicea incluye él rechazo al repentino e inminente regreso de Cristo. ¿Puede usted creer lo que están predicando ahora? Ellos están diciendo: “Jesús no puede venir, sino hasta que dominemos el mundo. El no puede venir hasta que tomemos el dominio y lo traigamos de regreso a un mundo al cual hemos traído a sumisión.” Se burlan de un repentino e inminente regreso de Cristo. Jesús dice que un “siervo malo” es el que dice en su corazón, “Mi Señor tarda en venir” (Mt. 24:48).  



Este tipo de enseñanza es el resultado directo del decaimiento espiritual, tibieza y cansancio de cargar la cruz. Cuándo el amor por Jesús está encendido, hay un anhelo por su pronto regreso – hay un anhelo “¡de estar con él, de contemplar su gloria!” Pero ahora, como el pecado abunda, el amor de muchos se ha enfriado; el sacrificio propio y la negación de sí mismo son repudiados; y la iglesia corre en busca del honor y el poder de este mundo.

Ahora se mofan en la idea de que los creyentes serán “transformados en un abrir y cerrar de ojos” (1 Co. 15:51-52). Han colocado la venida del Señor en un futuro remoto y su principal preocupación no es lo que Cristo está haciendo, sino lo que la iglesia está haciendo. El interés actual no es interno, sino externo – alcanzar más miembros, crecer en influencia y establecer un reino terrenal.

Jesús dijo: “He aquí yo vengo pronto” (Ap. 22:12). Pablo escribió: “Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche… Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón” (1 Tes. 5:2-4). Pedro también confirmó el regreso repentino del Señor: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche” (2 Pe. 3:10).

Jesús le advirtió a la iglesia de Sardis que fueran vigilantes y expectantes – y que se arrepintieran o serían tomados por sorpresa. “Guárdalo y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Ap. 3:1-3).

¿Por qué debe velar cualquier cristiano y estar alerta si la venida de Cristo ha sido pospuesta para alguna hora lejana? Vamos a creer en predicadores modernos y tibios, o vamos a descansar nuestra fe en lo que Jesús dijo, “Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis” (Mt. 24:44).

Jesús nos advirtió, “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora” (Mt. 25:13). Esa es la manera en la que los cristianos apostólicos del Nuevo Testamento vivían en el primer siglo. Compartían el deseo intenso de Pablo de “partir y estar con el Señor.” Estaban ocupados haciendo la obra del Señor, ocupados y obedeciendo sus mandamientos – pero así como Abraham, buscaban una ciudad cuyo constructor y creador es Dios.

Los predicadores de la doctrina del reino y del dominio espiritualizan todo lo que tenga que ver con el pronto regreso de Cristo. ¿Pero cómo se espiritualiza el mandamiento de Jesús tan práctico: “Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad” (Mc. 13:35-37)?

La corona de justicia que el Juez dará en aquel día está reservada sólo para “LOS QUE AMAN SU VENIDA” (2 Tim. 4:8). Yo le pregunto a usted, ¿anticipa su pronto regreso? ¿Lo anhela? ¿Es su regreso por sus escogidos todavía su esperanza? Lo era para Pablo quien escribió: “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13).

Las últimas palabras de Jesús en la Biblia son: “Ciertamente vengo en breve” (Ap. 22:20). El Espíritu y la Esposa dicen: “Ven” (Ap. 22:17). ¿Qué dice usted? ¿Quién cree usted que está poniendo dudas en la mente de la novia acerca del regreso de su Amado? ¿Quién es ese que busca tener su mente atada con cosas del mundo – enfocada no en la gloria de Cristo, sino en su propio dominio y lugar en este mundo? ¿Quién haría a la novia sentirse como viuda desamparada – abandonada por su Novio porque todavía no está lista y dominante? Ciertamente no el Espíritu Santo – porque el Espíritu clama, “¡Sí, Señor Jesús, ven pronto!”

¿Acaso el Señor ha mandado a su iglesia a que posponga su venida y en su lugar establezca un reino terrenal de justicia – o el nos ha mandado a poner aceite en nuestras lámparas, despertar y alistarnos en cualquier momento para su regreso? ¡Deje de que la Palabra conteste eso! “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran enseguida” (Lc. 12:35-36). Luego Cristo añadió estas palabras: “Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando” (Lc. 12:37). ¿Para qué velar, para qué estar alertas, para qué ceñir los lomos, para qué estar listos, para qué buscarlo, si la venida de Cristo está pospuesta al futuro remoto, esperando las acciones militantes de la iglesia?

El Señor sabía lo que pasaría con la iglesia cuando fue dicho: “El Señor retarda su venida.” Habría negligencia; habría gente comiendo y bebiendo, borrachera, no habría una urgencia de prepararse. “Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzara a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y a beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes…” (Lc. 12:45-47).

Tal ignorancia de su condición espiritual real es posible para la iglesia sólo cuando el Espíritu Santo ha sido contristado y su voz silenciada. Si el Espíritu de Dios no puede hablar, ellos fomentan sus propios engaños y se obsesionan con orgullo y se vuelven arrogantes y jactanciosos cuando los juicios de Dios están a punto de estallar.

Gracias a Dios, hay un remanente santificado, separado, escuchando la voz del Espíritu Santo, y no pueden ser engañados o encontrados desprevenidos. Son los atalayas que han detectado los desvíos del enemigo; son valientes para exponer las enmascaradas doctrinas de demonios. Aquellos que oyen lo que el Espíritu está diciendo, saben lo que el Señor está a punto de hacer. Ellos ven la tormenta formándose – oyen el trueno avecinándose – saben que Dios ya está juzgando Su casa y su nación en particular.

La iglesia de Laodicea se ha elegido a sí misma, sin ninguna guía del Espíritu Santo, no para alumbrar al mundo, sino para dominarlo. Se ha convertido en la maestra de mentiras más grande del universo. Está confiada en su propia fuerza y sabiduría, mientras mezcla falsedades anticristo con la verdad del evangelio. Ella ha decidido derribar la gran distinción que Cristo estableció entre la iglesia y el mundo.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Vengo pronto", "Vengo en breve", tienen para la mente infinita de Cristo para quien mil años son como un día, un sentido muy diferente al que tienen para la nuestra.

Por eso, los cristianos comenzaron a esperar su Retorno, inmediatamente después de que subió a los cielos, luego de lu Resurrección. Sin embargo, ya han pasado mas de 2000 años, y la iglesia continúa en esa santa expectativa del retorno del Señor, el cual, a mi entender, no se produciría antes del año 3000.

Anónimo dijo...

Muy estimados: Ayer envié un mensaje procurando llevar esclarecimiento, pero me preocupa que no haya sido publicado, quizás porque se aparta de la línea editorial. Pero hay que buscar la verdad.

Yo conservo copia del mensaje, como también los datos precisos del envío, porque temo estar siendo discriminado.

Insisto en que no hay razones para suponer que Jesucristo regresará en nuestra generación, y ese tema lamentablemente está siendo utilizado mucho por algunos grupos.

Siempre ha habido acontecimientos preocupantes, y en tiempos pasados incluso mas que ahora. Lo que tenemos hoy en día es una enorme cantidad de canales de información. Antiguamente ha habido cataclismos que en comparación los terremotos de hoy en día no son nada.

También escuchamos hoy día de guerras, y de rumores de guerras, pero según la Palabra de Dios, ESTO NO DEBE SER TOMADO COMO INDICIO DEL INMINENTE RETORNO DE CRISTO, SINO DE QUE "TODAVÍA NO ES EL FIN".

Ha habido una Primera y Segunda Guerra Mundial. Podría haber una Tercera, y una Cuarta, pero TODAVÍA NO ES EL FIN.

Los discípulos de Jesucristo ya esperaban Su Venida "inminente", pero mil años para Dios son como un día. Falta mucho todavía en el Plan de Dios. No seamos sensacionalistas.