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jueves, 17 de septiembre de 2009

BENDECIDO POR LA OBEDIENCIA



Mucho se dice hoy en día de como podemos tener éxito, hay un ejemplo que debe ser nuestra meta, Cristo.

Vemos, en la vida de David, como él llegó a ser triunfante por la obediencia. Cualidad que nos ayudará en nuestros ministerios; y si anhelamos que el Señor nos use donde El nos ha puesto (para Su gloria) debemos ser obedientes, sumisos y allí ganaremos los beneficios de la obediencia que son las promesas para nosotros, y Dios es fiel.

“El dará la lluvia a su tiempo, la temprana y la tardía, y recogerás tu grano (la Palabra) tu vino (el gozo) y tu aceite (unción)” Deuteronomio 11: 14

“Te pondrá por cabeza y no por cola…” En su fidelidad, misericordia y gracia con nosotros, Dios se manifiesta y somos reconocidos por El primero y luego por el pueblo.

“Y salía David a donde quiera que Saúl lo enviaba, y se portaba prudentemente. Y lo puso Saúl sobre gente de guerra, y era acepto a los ojos de todo el pueblo, y a los ojos de los siervos de Saúl” 1º Samuel 18: 5

En el presente pasaje se nos proyecta un preámbulo de un líder que sabe ponerse bajo autoridad de otro líder. Quien sabe ponerse bajo autoridad, puede estar en autoridad. Muchos rebeldes, enemigos de la autoridad, jamás deben llegar a ser autoridades.

Puntos Básicos:

1. La Obediencia de David: “Y salía David a donde quiera que Saúl lo enviaba”. David sabía estar bajo autoridad. Si queremos ser bendecidos en nuestros puestos, debemos obedecer las órdenes de nuestros superiores.

Es lamentable saber que el ejército de Cristo aquí en la tierra, tiene en sus tropas, muchos soldados insubordinados, que solo obedecen al Supremo Comandante, Jehová de los ejércitos, pero no a la autoridad delegada.

En Romanos 13: 1, 2 dice:”Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten acarrean condenación para sí mismos”

En este pasaje podemos notar que no se refiere a la condenación eterna (infierno) sino que perdemos bendiciones por no someternos a las autoridades puestas por DIOS, no por el hombre, por eso obedeciendo obtenemos bendición y no condenación o maldición.

2. La Prudencia de David: “Y se portaba prudentemente”. La prudencia es una virtud del carácter, que se cultiva en el jardín de aquellos que han sido elegidos para un puesto de confianza y respeto. El prudente, nunca se sale de los parámetros donde ha sido puesto (respeta fronteras). Nunca hace decisiones que puedan empeñar la imagen de sus superiores. La prudencia demanda funcionar bajo un código ético-moral.

3. La Aceptación de David: “Y era David acepto a los ojos de todo el pueblo, y a los ojos de los siervos de Saúl”. Los dos puntos anteriores, reflejados en la vida de David, hicieron que fuera un líder aceptado. Nuestro trabajo, ministerio deben ser aceptados por el pueblo. La aceptación de lo que hacemos, la tiene el pueblo y aquellos con los cuales trabajamos. Si no somos aceptados, (por falta de ética, educación, sujeción, sumisión, prudencia, etc) podemos transformarnos en dictadores y no líderes.

El Señor nos ayude en este tiempo, a procurar sobre todas las cosas, mostrar la imagen de Jesús a través de nuestras vidas.

4. La Promoción de David: “Y lo puso Saúl sobre gente de guerra”. David fue fiel a Saúl (a pesar de todo) y Dios lo bendijo. La fidelidad es un ingrediente muy importante en todo aquel que quiera ser un buen obrero del Señor (líder). En David no había aspiraciones personales de poder, aunque no rechazaba el éxito. El quería triunfar, pero lo quería lograr de manera progresiva, sincera, leal, prudente y a largo plazo. El quería ser un líder, pero no quería ser Saúl. Su ministerio era de ayuda, de apoyo y de respaldo a su superior. Debemos tomar muy en serio este ejemplo.

Aquellos que son fieles, pueden ser promovidos. Al ministerio se debe llegar por el camino trazado por Dios y no por los atajos o rutas cortas que nosotros preparemos. Es Dios quien llama y pone en los ministerios.

Recordemos que hay diversidad de ministerios y el Espíritu (Santo) es el mismo; Y a cada uno es dada la manifestación del Espíritu para ser de provecho en el cuerpo de Cristo. (Romanos 12)

Anhelemos de todo corazón que Dios nos ubique de acuerdo a su voluntad en la obra y seremos como David, TRIUNFADORES.

La OBEDIENCIA es el puente a la BENDICIÓN. La cualidad que marca a los verdaderos cristianos es la OBEDIENCIA.

“Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tu mano” Salmos 138: 8

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