Si nos entregamos a este tipo de comunión diaria el Señor será fiel en dirigir nuestras vidas, incluso hasta instrucciones detalladas
Juan aprendió todo lo que sabía estando en comunión continua con el Señor. Así fue cómo recibió el mensaje de arrepentimiento, reconoció la venida del Cordero, y percibió su propia necesidad de disminuir mientras el Mesías incrementaba. Juan aprendió todas estas cosas del Señor. Y el sonido de la voz de Dios era su gozo.
Vemos este tipo de vida trazada en las Escrituras. No estoy hablando sólo sobre la vida aislada de un profeta. Primero, está el ejemplo de Jesús. Su vida era ocupada, a menudo con todas las horas repletas. Pero el corazón de Cristo estaba fijo en buscar al Padre diariamente. Le dio a Dios un tiempo de calidad precioso, sentándose a sus pies, ministrándole, y escuchando su voz. Y fue enseñado y dirigido por su Padre todos los días.
Puede preguntar, "¿Pero qué del resto de nosotros? Jesús era literalmente el Hijo de Dios, engendrado del Padre. Nadie puede con toda posibilidad compararse a su ejemplo."
Considere a Cornelio, el centurión. Este hombre no era un predicador o un ministro de iglesia. De hecho, siendo un Gentil, ni siquiera era contado entre el pueblo de Dios. Pero, la Escritura dice que este soldado era "piadoso, y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre" (Hechos 10:2).
Aquí estaba un hombre ocupado. Cornelio tenía 100 soldados bajo su orden inmediata. Pero oraba en cada momento libre. Y un día, mientras oraba, el Señor le habló. Un ángel apareció, llamando a Cornelio por nombre. El centurión lo reconoció como la voz de Dios. Él contestó, "¿Qué es, Señor?" (10:4).
El Señor le habló directamente a Cornelio, diciéndole que buscara al apóstol Pedro. Le dio instrucciones detalladas, incluso nombres, una dirección, aún las palabras que decir. Entretanto, Pedro estaba orando en un tejado cuando allí “le vino una voz" (10:13). De nuevo, el Espíritu Santo dio instrucciones detalladas: "Pedro, estás a punto de oír a unos hombres en la puerta. Ve con ellos, porque los he enviado" (vea 10:19-20).
Pedro siguió a los hombres a la casa de Cornelio para una cita verdaderamente divina. Lo que pasó allí impactó a toda la iglesia Pentecostal Judía. El Señor abrió el evangelio a los Gentiles. Pero, la cosa más dura para los creyentes judíos aceptar era que Dios había hablado a un común e inexperto Gentil. No podían entender cómo Cornelio había oído la voz de Dios tan claramente, y hablada con tal poder. Esto desafió a cada creyente allí.
Pablo también recibió una revelación de Jesús directamente del cielo. Él testificó que las cosas que le mostraron sobre Cristo no fueron enseñadas por ningún hombre. Más bien, había oído la voz del propio Jesús, mientras estaba sobre sus rodillas en oración. "Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo" (Gálatas 1:11-12). "agradó Dios,… revelar a Su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre" (1:15-16).
Ahora, había grandes maestros en el día de Pablo, líderes que eran poderosos en la Palabra de Dios, como Apolo y Gamaliel. Y allí estaban los apóstoles que habían caminado y hablado con Jesús. Pero Pablo sabía que una revelación de segunda mano de Cristo no sería lo suficientemente buena. Tenía que recibir una revelación siempre creciente de Jesús, de parte del Señor mismo.
Claro, Pablo no estaba contra los maestros. Después de todo, él era uno. Él enseñó, "(Dios) constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros" (Efesios 4:11). Pero Pablo sabía que estaba por salir a enfrentar un mundo Gentil impío. Y necesitaba una revelación personal de Jesús para sostenerlo. De hecho, Pablo dijo que cada creyente necesita ser enseñado del Señor: "si en verdad le habéis oído, y habéis sido por El enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús" (4:21).
Como pastor me siento identificado en estos testimonios bíblicos pues al inicio del ministerio (2005), recibí dirección del mismo Señor por sueños sobre le mensaje que quería que predique, incluso cuando me dijo: "Ya no te llamaré Francisco, te llamaré Israel". Me habló sobre el nombre "Tiempo de Cosecha" y hasta el día de hoy me he detenido a escuchar su voz, algunas veces cuestionado por muchos pero sé y conozco la voz que estoy escuchando. El no nos ha mentido, todo conforme a su palabra se esta cumpliendo en su tiempo. Pasa un tiempo a sus pies en oración y deja de correr, no se trata de tener grandes programas y proyectos ministeriales, no lo impresionan nuestros espectáculos y conciertos, nuestros congresos y seminarios, y no quiero que piensen que digo que esto sea malo. Pero muchos se están guiando no por su voz, sino por sus propios corazones e intereses.
Veo a los cantantes cristianos haciendo grandes conciertos a manera del mundo, con entradas costosas, con las mejores bandas, ganando el grammy, diciendo que Dios los esta guiando, me pregunto, no deberían estar mas bien ministrando una alabanza sin mucho ruido en las casa de oración? Donde los aplausos no sean para ellos? Donde la adoración sea solo para el Señor Jesús?
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