¿Qué expectativas tienes de que Dios en este año va a revertir la
situación que estás viviendo? ¡Tú puedes llegar a vivir confiado a pesar de tus
circunstancias! Tu confianza es parte de tu fe, por eso suena tan bonito el
salmo 23 donde el rey David dice: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no
temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo…” ¡Es un Salmo que demuestra
confianza! “Jehová es mi pastor, nada me faltará” ¡Tú eres mi Señor! ¡Tú eres
mi Dios! ¡Tú eres mi pastor! Cuando me vaya mal, me irá bien, cuando vengan las
circunstancias negativas sobre mi vida, tú me defenderás. Sabe que Dios no se
duerme, mientras tú duermes, Él vela. ¡El sueño es un misterio! ¿Por qué no
dejas de respirar cuando duermes? ¡Dios mantiene tu vida! Puedes dar miles de
explicaciones científicas, pero las cosas están hechas de tal manera que tu
puedes descansar y al otro día abrirás los ojos y te levantarás renovado, y le
darás gracias a Dios por un nuevo día.
Pero hay cosas que tienes que desechar hoy. Si realmente crees que esta
palabra es para ti, tienes que entregarle a Dios toda tu ansiedad y todo tu
afán. Quizás alguna enfermedad te está perturbando, o algún pecado, tal
vez alguna deuda; mas Dios me ha mandado a darte palabra de consuelo y no
estoy hablando algo que se me ocurrió sino que creo absolutamente que Dios me
mandó a darte este mensaje, y si tú crees, recibes. Dios te va a prosperar y te
bendecirá, y esa deuda que te tiene en afligido se terminará, de tal manera que
declararás: “¡Dios lo ha hecho! ¡Yo no pude hacer nada, pero Dios si!” Y la
enfermedad desaparecerá, y la soledad, entrégasela al Señor, confía en Él
porque la palabra de hoy te dice que Dios vela por ti como lo ha hecho con el
pueblo judío en aquel entonces, como veló por Mardoqueo y por la reina Ester.
¿Realmente hay fe en ti? ¿Es Dios tu Dios? ¿Es Él tu sustentador? ¿Es tu
esperanza? Entonces, todas tus maldiciones desaparecerán; las amarguras, las
tristezas, los afanes, las ansiedades, las enfermedades y deudas desaparecerán.
¡Dios obrará a tu favor!
Si tú hoy has entendido lo que Dios quiere de ti y si has entendido que
tienes que pedirle perdón por algún pecado que está obstruyendo esa relación
que impide que Dios sea realmente tu papá, tu Dios y Señor, si necesitas el
favor de Dios, debes decirle: “Señor, perdóname y límpiame
porque no tengo paz. ¡Cubre mis pecados con tu sangre preciosa! ¡Límpiame y
purifícame! Quiero experimentar tu bendición y ver en mi vida lo que le sucedió
a la reina Ester y a Mardoqueo. Yo quiero ver caer a mis enemigos, los demonios
que atentan contra mi vida y me quieren matar. ¡A esos demonios que me quieren
robar mi familia y mi matrimonio los voy a ver en la horca, caídos y abatidos!
En el nombre de Jesucristo hago esta oración, amén”.
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