Los cristianos de hoy en día escuchan mucho acerca de la vida entregada. ¿Pero qué significa exactamente? La vida entregada es el acto de devolver a Jesús la vida que le ha dado a usted. Es ceder el control, los derechos, el poder, la dirección y todas las cosas que usted hace y dice. Es renunciar a su vida y ponerla en las manos de Jesús para que él haga con ella como él desee.
Jesús mismo vivió una vida entregada. “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” (Juan 6:38). “Yo no busco mi gloria” (Juan 8:50). Cristo nunca hizo algo por sí mismo. Él no se movió ni dijo palabra alguna sin ser instruído por el Padre. “Nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo. …porque yo hago siempre lo que le agrada.” (Juan 8:28-29)
La entrega completa de Jesús al Padre es un ejemplo de cómo todos debemos vivir. Usted dirá: “Jesús era Dios encarnado. Su vida fue de entrega antes que él viniera al mundo.” Pero la vida entregada no es impuesta sobre nadie, incluyendo a Jesús.
Cristo habló estas palabras como un hombre de carne y sangre. Después de todo, él vino a la tierra a vivir no como Dios sino como un ser humano. Él experimentó la vida de la misma forma como nosotros la experimentamos. Y así como nosotros, tenía su propia voluntad. Él escogió entregar completamente esa voluntad a su Padre. “Por eso me ama mi Padre porque yo pongo mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar.” (Juan 10:17-18).
Jesús nos decía: “No se equivoquen. Este acto de mi propia entrega esta totalmente en mi poder para hacerlo. Estoy escogiendo entregar mi vida. Y no lo estoy haciendo porque algún hombre me dijo que lo hiciera. Nadie esta tomando mi vida. Mi Padre me dio el derecho y privilegio de entregar mi vida. El también me dio la elección de pasar esta copa y evitar la cruz. Pero yo elijo hacerlo, por amor y entrega total a él.”
Nuestro Padre celestial nos ha dado a todos este mismo derecho: el privilegio de escoger entregar nuestra vida a él. Nadie esta obligado a entregar su vida a Dios. Nuestro Señor no nos hace sacrificar nuestra voluntad y devolver nuestra vida a él. Él libremente, nos ofrece la tierra prometida llena de leche, miel y frutos. Pero podemos elegir no entrar a ese lugar de plenitud.
La verdad es que podemos tener tanto de Cristo como deseemos. Podemos entrar tan profundo en él como escojamos, viviendo completamente por su Palabra y dirección. El apóstol Pablo sabía esto. Y él escogió seguir el ejemplo de Jesús, el de una vida entregada.
Pablo fue uno que odiaba a Jesús, un perseguidor auto justificado de los cristianos. Él decía que él literalmente respiraba odio hacia los seguidores de Jesús. Él era también un hombre de gran voluntad propia y ambición. Pablo era muy bien educado, habiendo sido adiestrado por los mejores maestros de sus tiempos. Y era un fariseo, uno de los más celosos de los líderes religiosos judíos.
Desde el principio, Pablo estaba dirigiéndose hacia su éxito. Él tenía la aceptación de los líderes religiosos de esos días. Y él tenía una misión muy clara con apoyo y honores de sus superiores. Si, verdaderamente, él tenía toda su vida planificada, conociendo exactamente hacia donde se dirigía. Pablo se sentía seguro de que él estaba en la perfecta voluntad de Dios.
Sin embargo, el Señor tomó a este hombre que se hizo a si mismo, autodeterminado y autodirigido y lo hizo un ejemplo brillante de una vida entregada. Pablo se hizo una de las personas más dependientes de Dios, llenas de Dios y dirigidas por Dios en toda la historia. Ciertamente, Pablo hizo de su vida un modelo para todo aquel que desee vivir una vida completamente entregada a Cristo: “Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.” (1 Timoteo 1:16)
El apóstol estaba diciendo: “Si deseas saber lo que conlleva vivir una vida entregada, mira mi vida. ¿Has puesto en tu corazón entrar en una relación más profunda con Cristo? Aquí está lo que puedes anticipar para poder resistir.” Pablo sabia que no había muchos que estarían dispuestos a seguir su ejemplo. Pero su vida es un patrón para todos aquellos que escogen la vida entregada total.
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