Mantenerte en el amor de Dios es
saber, creer y seguir confiando en
su amor, aún en nuestras luchas.
Cualquiera puede mantenerse gozoso cuando está volando alto en el Espíritu Santo, sin ser probado o tentado. Pero Dios quiere que nos mantengamos en su amor a todo tiempo – especialmente en nuestras tentaciones.
El apóstol Juan nos dice sencillamente cómo podemos mantenernos en el amor de Dios: “Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que vive en amor, vive en Dios, y Dios en él.” (1 Juan 4:16). En resumen, si “vivimos en el amor de Dios” nos estamos manteniendo en Dios.
La palabra “vivir” aquí significa “mantenerse en estado de espera.” En otras palabras, Dios quiere que esperemos que su amor sea renovado en nosotros todos los días. Debemos vivir cada día en el conocimiento que Dios siempre nos ha amado y siempre nos amará.
En realidad, muchos de nosotros entramos y salimos del amor de Dios conforme a nuestras emociones. Nos sentimos seguros en su amor solo si nos hemos comportado bien. Pero estamos inseguros de su amor cada vez que somos tentados o probados, o en tiempos cuando le hemos fallado. Ese es el tiempo preciso cuando debemos confiar en su amor. Él nos está diciendo en estos pasajes: “No importa la prueba que enfrentes, nunca debes dudar de mi amor por ti. Si estás confiando activamente en mi amor, entonces estas viviendo como quiero que vivas.”
¿Estás soportando alguna gran tentación? ¿Has sido vencido por alguna vieja lujuria que odias? ¿Tu matrimonio está en desorden, tu familia en caos? Estos son los tiempos cuando más necesitas mantenerte en el amor de Dios. Tienes que saber que a través de todo, el padre eterno te sigue amando.
Quizás pienses: “¿Quieres decir que al amarme, Dios sencillamente no ve mis fallas? ¿Se hace el ciego a mi pecado?” Claro que no. Él te corregirá con su vara – pero él siempre corrige a sus hijos con gran amor. “Porque el Señor al que ama castiga,…” (Hebreos 12:6).
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