Una prioridad es la importancia que le das a algo. Y los cristianos
que descuidan la oracin han pervertido sus prioridades!
Muchos creyentes se comprometen a orar siempre y cuando encuentren el tiempo. Sin embargo, cada semana, el buscar a Cristo es cada vez menos importante que lavar el auto, limpiar la casa, visitar amistades, comer fuera, salir de compras y ver deportes. Simplemente, no sacan tiempo para orar.
La gente no era tan diferente en los tiempos de Noé y Lot! Sus grandes prioridades eran comer y beber, comprar y vender, casarse y cuidar sus familias. No tenían tiempo para escuchar los mensajes de los juicios de Dios. Y así fue como nadie estuvo preparado cuando llegó el juicio!
Evidentemente, nada ha cambiado a través de los siglos. Para la mayoría de los hombres, Dios permanece al final de su lista de prioridades. Y en el tope aparecen sus ingresos, su seguridad, placeres y la familia. Por supuesto, que para mucho Dios ni siquiera llega a la lista. Pero eso no entristece tanto al Señor como el hecho de cuán poco es valorado por sus propios hijos!
Hoy en día miles de cristianos están viajando por todo el mundo sólo para que algún ministro, profeta o evangelista ore por ellos. Estos creyentes quieren sentir el toque de Dios y tener una experiencia de éxtasis en la presencia de Dios. Pero aún si consiguen lo que están buscando, la experiencia dura poco tiempo. Irónicamente, en todo el tiempo que han pasado viajando y buscando el toque de Dios, ni siquiera han tomado cinco minutos para orar!
Amados, el Señor no quiere tus sobras - esos pequeños pedazos de tiempo cuando sólo tienes un momento para hacer una petición rápida. Eso no es un sacrificio de oración. Eso es una ofrenda lisiada - y eso contamina su altar!
El profeta Malaquías escribe: "¿Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, no es malo? ¿Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehova de los ejércitos." (Mal. 1:8).
Malaquías está diciendo: "Estás trayendo cualquier animal de la finca para sacrificarlo ante la presencia de Dios. Pero éstos son regalos descuidados, de segunda mano. Trata de darle este tipo de ofrenda a tu gobernador. Él te echara de su presencia!"
Dios esperaba que su pueblo revisara su rebaño cuidadosamente y examinara cada animal para seleccionar el especimen más perfecto entre ellos para sacrificrselo a él. Y de igual manera hoy, Dios espera lo mismo de nosotros. Él quiere nuestro mejor tiempo - un tiempo en el que estemos sin prisas ni apurados. Y debemos hacer que ese tiempo sea nuestra prioridad!
Una vez leí sobre un pastor de una de las iglesias más conocidas. Este hombre era uno de los ministros más ocupados que he visto. Él dijo sin excusas: "No tengo tiempo para orar." Sin embargo, lo que él realmente quiso decir fue: "No le doy ninguna prioridad a la oración."
Cuando visité una iglesia, no sentí el mover del Espíritu de Dios en su congregación. En efecto, fue una de las iglesias más muertas en las que he predicado. Sin embargo, ¿Cómo podía haber vida si los pastores no oraban?
El hecho es que ningún cristiano sacará tiempo para orar a menos que la oración se convierta en la primera prioridad en su vida, por encima de todo - por encima de la familia, de su profesión, su tiempo de diversión, de todo. De otra forma su sacrificio está pervertido!
Muchos creyentes se comprometen a orar siempre y cuando encuentren el tiempo. Sin embargo, cada semana, el buscar a Cristo es cada vez menos importante que lavar el auto, limpiar la casa, visitar amistades, comer fuera, salir de compras y ver deportes. Simplemente, no sacan tiempo para orar.
La gente no era tan diferente en los tiempos de Noé y Lot! Sus grandes prioridades eran comer y beber, comprar y vender, casarse y cuidar sus familias. No tenían tiempo para escuchar los mensajes de los juicios de Dios. Y así fue como nadie estuvo preparado cuando llegó el juicio!
Evidentemente, nada ha cambiado a través de los siglos. Para la mayoría de los hombres, Dios permanece al final de su lista de prioridades. Y en el tope aparecen sus ingresos, su seguridad, placeres y la familia. Por supuesto, que para mucho Dios ni siquiera llega a la lista. Pero eso no entristece tanto al Señor como el hecho de cuán poco es valorado por sus propios hijos!
Hoy en día miles de cristianos están viajando por todo el mundo sólo para que algún ministro, profeta o evangelista ore por ellos. Estos creyentes quieren sentir el toque de Dios y tener una experiencia de éxtasis en la presencia de Dios. Pero aún si consiguen lo que están buscando, la experiencia dura poco tiempo. Irónicamente, en todo el tiempo que han pasado viajando y buscando el toque de Dios, ni siquiera han tomado cinco minutos para orar!
Amados, el Señor no quiere tus sobras - esos pequeños pedazos de tiempo cuando sólo tienes un momento para hacer una petición rápida. Eso no es un sacrificio de oración. Eso es una ofrenda lisiada - y eso contamina su altar!
El profeta Malaquías escribe: "¿Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, no es malo? ¿Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehova de los ejércitos." (Mal. 1:8).
Malaquías está diciendo: "Estás trayendo cualquier animal de la finca para sacrificarlo ante la presencia de Dios. Pero éstos son regalos descuidados, de segunda mano. Trata de darle este tipo de ofrenda a tu gobernador. Él te echara de su presencia!"
Dios esperaba que su pueblo revisara su rebaño cuidadosamente y examinara cada animal para seleccionar el especimen más perfecto entre ellos para sacrificrselo a él. Y de igual manera hoy, Dios espera lo mismo de nosotros. Él quiere nuestro mejor tiempo - un tiempo en el que estemos sin prisas ni apurados. Y debemos hacer que ese tiempo sea nuestra prioridad!
Una vez leí sobre un pastor de una de las iglesias más conocidas. Este hombre era uno de los ministros más ocupados que he visto. Él dijo sin excusas: "No tengo tiempo para orar." Sin embargo, lo que él realmente quiso decir fue: "No le doy ninguna prioridad a la oración."
Cuando visité una iglesia, no sentí el mover del Espíritu de Dios en su congregación. En efecto, fue una de las iglesias más muertas en las que he predicado. Sin embargo, ¿Cómo podía haber vida si los pastores no oraban?
El hecho es que ningún cristiano sacará tiempo para orar a menos que la oración se convierta en la primera prioridad en su vida, por encima de todo - por encima de la familia, de su profesión, su tiempo de diversión, de todo. De otra forma su sacrificio está pervertido!
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