En nuestro tiempo hemos visto muchas estrellas de "Rock and Roll" y grupos de música ir y venir. Usted tal vez podrá recordar las eras de rock sicodélico, punk, y más recientemente "grunge rock". Ahora hay algo llamado rock anti-Cristo. Quizás usted ha oído del grupo al frente de este movimiento. Se llaman Marilyn Manson. Ellos tomaron su nombre de Marilyn Monroe y del asesino en masa Charles Manson. ¡Y están llenando estadios y auditorios alrededor del mundo desde 1997!
Marilyn Manson es abiertamente anti-Cristo. Su último disco se titula "Anti-Cristo Superestrella", y la letra de las canciones son ataques blasfemadores contra nuestro Señor. Como parte de su acto despedazan Biblias en el escenario.
Yo sé que estos grupos se desvanecen como la hierba. Aún los Beatles -- el grupo que dijo una vez que ellos eran más populares que Jesús vino y se fue. Y yo sé que Marilyn Manson se desvanecerá también. Dentro de unos pocos años, la gente que oiga de su nombre se preguntará: "¿Marilyn qué?"
Pero ahora mismo algo sucede con la juventud en muchos lugares -- y yo siento una urgencia por tratar este tema.
Hace algunos años, cuando Marilyn Manson realizaba un concierto en Washington D.C., uno de los miembros de su equipo de apoyo cayó de una pared y murió. Sin embargo, el grupo siguió tocando. Ellos continuaron el concierto a pesar de la muerte repentina de un miembro de la banda.
Yo traigo esto a su atención por una razón. Yo creo que las letras de las canciones anti-Cristo de este grupo de música han llegado a ser el idioma de nuestra juventud. Recientemente, escuché con horror como un grupo de adolescentes y pre-adolescentes discutían sobre religión. A los pocos minutos ellos habían levantado sus voces y gritaban improperios y maldiciones: "¡Dios esto y - Jesús aquello!"
Cuando miré sus caras, vi una rebelión y un enojo que nunca había presenciado antes. Un ardor en sus ojos que era un odio hacia la religión. ¡Una actitud de anti-Cristo que los había tomado por completo!
Los jóvenes de hoy no maldicen a los políticos, los padres, ni a la sociedad. Ellos no enfocan su cólera contra el racismo, la pobreza, ni la discriminación. Ni es suficiente para ellos estar simplemente contra lo establecido. ¡Ahora ellos han puesto su furia contra Dios y Cristo!
Hace algunas semanas, vi una foto en el periódico de un grupo de jóvenes cristianos que estaban demostrando afuera de un estadio donde Marilyn Manson tocaba. Este pequeño y valiente grupo de creyentes llevaba letreros protestando los ataques blasfemadores del grupo contra su Señor. Doy gracias a Dios por jóvenes como ellos que han escogido defender a Jesús.
Entonces, cuando miré la foto, pensé en los miles de adolescentes perdidos que pasaron ante este grupo pequeño ridiculizándolos y silbándoles cuando iban entrando al estadio, volviendose a la letra de canciones anti-Cristo, que glorifican a Satanás, y saliendo con una cólera contra Dios. Estos adolescentes no están satisfechos con solo fumar marihuana, resoplar crack, inyectarse heroína o complacerse en el sexo. ¡Ahora su máxima rebelión es maldecir a Cristo y a su iglesia!
Apenas a unas pocas cuadras de una iglesia en los estados unidos, pusieron un letrero en la pared que creo que refleja a esta generación de jóvenes. Los mensajes leen: "No me abofetees ya, papá. No me golpees. No me mates." Otra frase decía: "Mi papá me golpeó a mí y a mi hermana María. l no supo que nos lastimó, pero el se sintió bien." Muchos de nuestros jóvenes han sido golpeados, abofeteados, marcados para toda su vida. ¡Y ahora ellos han llegado a ser una generación perdida!
Creo que pronto van a venir disturbios sangrientos en todas las grandes ciudades y serán iniciados por adolescentes. Esta generación atea, ya agita un puño enojado contra Dios, entregándose a un espíritu anti-Cristo que ha salido del mismo infierno. Pronto ellos rabiarán contra las reducciones del seguro social. Ellos van a tomar todo por la fuerza, derribando ventanas de tiendas y quemando todo lo que esté a la vista.
Estos jóvenes han perdido todos los principios morales. A ellos se les ha dicho que no hay Dios -- hasta insinuando que nada religioso tiene lugar en nuestra vida pública, en nuestras escuelas, nuestros tribunales, nuestro gobierno. Y en lugar de religión, a ellos les entregan condones y asisten libremente sin remordimiento a centros de aborto clandestinos.
Ahora estamos enfrentando el día de pago. Estamos cosechando el mal que nuestra sociedad ha sembrado. ¡Hemos criado una generación que no sólo ha anulado a la iglesia, sino que la odia con una rabia que hierve!
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