Foto del último domingo 27 noviembre
Al descarriarte te conviertes en una persona peligrosa
Al descarriarte, eres una de las personas mas peligrosas en la tierra-una bomba de tiempo!
Jonás el descarriado, era un hombre marcado. Él sabía que Dios no le dejara salirse con su rebelión. Y cuando entró al barco en Jopa, se convirtió en el hombre mas peligroso en el Mediterráneo. Por qué? Porque Dios lo estaba persiguiendo!
Cuando Dios tiene una controversia con un descarriado, esto afecta a todos a su alrededor. Verás, cuando la tempestad de ese descarriado llega finalmente, afecta a todos-su familia, sus hijos, sus colegas, amigos, hasta extraños. La tempestad dirigida a Jonás puso en peligro a todos los que estaban en el barco, junto a todos los otros barcos que se encontraban en esa parte del mar. Cientos, quizás miles de vidas estaban expuestas a gran peligro.
Por años he escuchado a perdidos viciosos decir: "Mi adicción, mi pecado, es solamente mi problema. No estoy haciendo daño a nadie excepto a mi mismo." No! Las Escrituras demuestran que no es solamente tu problema. Es el problema de todo aquel que vive contigo, camina contigo, que te conoce. Dios te está persiguiendo-y eso te hace peligroso!
Una mujer me contó una vez: Mi padre que era predicador se descarrió del Señor. Renunció de la iglesia y dejó el ministerio por completo. Entonces se divorció de mi madre y se casó con una mujer impía. Él arrastró con todos mis hermanos y hermanas haciendo que ellos también se alejaran de Dios. Ahora él está tratando de hacerme caer. Me llama farsante, diciendo que debo estar de parte de la familia. Pero, alabado sea Dios, él no puede tocarme. Dios me está manteniendo!"
Recuerdo a cierto esposo y padre que fue librado de una terrible adicción. Fue maravillosamente salvo y restaurado a su esposa e hijos. Dios bendijo a este hombre con un trabajo decente. Y cuando llegaba a casa del trabajo, sus hijos se sentaban en su pierna, contentos, dándole gracias a Jesús porque su papi estaba en casa. Su hogar estaba lleno del favor de Dios.
Pero entonces el tentador apareció. Con el tiempo, el hombre volvió a usar drogas. Pronto su esposa vio algo en su rostro que no había visto en un año. Sus ojos estaban rojos otra vez. Ella susurró una oración: "Oh Dios-no lo permitas!"
Pero ella sabía que él había caído una vez más. Llegó del trabajo al mediodía, tratando de tomar agua fría y café para salir del aturdimiento. Ella supo entonces que él no estaba yendo al trabajo, porque lo había perdido. Ahora, él estaba de vuelta en las calles.
Este hombre descarriado se hizo peligroso para su familia. Todo su dinero se había cortado, y todas las bendiciones de Dios habían desaparecido. El trató de convencer a todos: "Es mi pecado, mi problema. Solo estoy destruyéndome a mí mismo." No-él estaba destruyendo a toda su familia! Sus tres hijos estaban amargados y enojados-enojados con Dios, Papi, Mami, y todo el mundo. Y ahora los nietos, la herencia santa, que este hombre pudo tener quizás nunca exista.
Amados, nadie vive y muere para sí mismo! Cuando David pecó al censar a los israelitas, él también se convirtió en un hombre peligroso. El juicio que Dios mandó sobre él también cayó sobre Israel. Y hablar de una tormenta mortal: 70 mil hombres perdieron sus vidas! David tuvo que clamar: "Yo pequé, yo hice la maldad: qué hicieron estas ovejas? Te ruego que tu mano se torne contra mí, y contra la casa de mi padre." (2 Samuel 24:17).
De igual manera, muchos cristianos descarriados están enviando a sus compañeros de trabajo al infierno. En un tiempo estos creyentes eran un testimonio en su trabajo. Mantenían su Biblia sobre su escritorio y siempre estaban prestos para hablar de Jesús. Sus colegas sabían que había algo genuino y diferente en ellos.
Pero ahora estos colegas impíos notaron el cambio. Ellos saben que su colega cristiano está descarriado! No pueden explicar lo que pasó en términos espirituales, pero si saben que algo ha cambiado. Aquel entusiasta compañero Cristiano ahora era como ellos-y él era su última esperanza! Quizás se mofaron de él, pero secretamente pensaban: "Por lo menos puedo ir a él en momentos de problemas. Quizás hasta me pueda probar que hay un Dios."
Este cristiano descarriado les ha robado su esperanza, quitando la poca chispa de fe que pudieran tener. Ahora estos impíos están convencidos que es imposible servir a Dios. El descarriado se ha convertido en un peligro a sus mismas almas!
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