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sábado, 26 de noviembre de 2011

JONÁS SE DESCARRIO


Jonás se descarrió!


Probablemente conoces la historia de Jonás. Te advierto, amado porque lo que le pasó a Jonás le pasa a todo descarriado!

Aquí estaba un profeta de Dios, un hombre de fe genuina que amaba y temía al Señor.  Ciertamente, Jonás caminaba tan cerca de Dios que podía confiarle una palabra profética para una ciudad entera.  El Señor le dijo: "Levántate, y ve a Nínive, ciudad grande, y pregona contra ella; porque su maldad ha subido delante de mí." (Jonás 1:2).

Pero en vez de ir a Nínive, Jonás se rebeló y huyó.  Se fue a Jope, una ciudad marítima a treinta y cinco millas al norte de Jerusalén.  Allí compró un boleto en un barco de cargamento camino a Tarsis, una ciudad en España reconocida por sus poderosas naves y por fundir metales preciosos.  Era una ciudad malvada que representaba prosperidad, éxito y poder.

Ahora, los barcos del Meditarráneo en los días de Jonás navegaban por una ruta entre Jope y Tarsis, deteniéndose en los puertos de Grecia y Turquía.  Así que probablemente el viaje de Jonás tomara unas tres o cuatro semanas.  E inmediatamente después que el profeta abordó el barco, bajó a su habitación, se envolvió en una sábana y se durmió.

Pero Dios organizó una tempestad que interrumpió el tranquilo crucero del descarriado.  De súbito, sin aviso, los vientos se tornaron violentos, las olas se levantaron altas, las velas se rasgaron, y el timón no servía para nada.  La tripulación estaba completamente a la misericordia de la tempestad.  Dios había turbado un mar entero para llegar a un hombre que estaba en desobediencia!

Probablemente, ni el capitán ni la tripulación habían visto cosa igual.  Atemorizados, comenzaron a descargar el barco y a tirar el cargamento al mar, para aligerarlo.  Pronto todos los marinos comenzaron a clamar a sus dioses.  Me los imagino buscando en sus bultos, agarrando y besando sus pequeñas imágenes de bronce y sus dioses tallados de marfil.  Probablemente has visto a muchas personas hacer lo mismo hoy en día besando sus amuletos de suerte supersticiosamente, en tiempos malos!

Pero Jonás, de alguna manera, siguió durmiendo en su habitación a pesar de todo esto.  Sin embargo, su sueño no era el sueño de una persona indiferente o vaga.  Era el sueño de la tristeza -el sueño profundo de un hombre que sabía estaba huyéndole a Dios!

La mente y el cuerpo de Jonás estaran agotados por la ansiedad constante y el tumulto interior de su descarro.  Su conciencia estaba atribulada y él no podía escapar de ella: había arruinado su ministerio.  Él había tomado la decisión equivocada, y ahora su reputación estaba destruida.  Lo había dañado todo, perdido todo-y ahora el no tenia futuro.

En ese momento, todo estaba mal entre Jonás y el Señor.  Él estaba en desobediencia total, un fugitivo. Y temía el juicio y el castigo que sabia llegarían.  Probablemente pasó su primera semana en el barco pensando: "Cómo pude hacer esto?  He tomado una mala decisión.  He vuelto mis espaldas al Señor!"

Aunque un descarriado pueda dormir de noche, su sueño es el de una persona condenada.  Recuerda el toque de Dios, sus brazos amorosos a su alrededor.  Recuerda cuando estaba en la casa de Dios con todos los santos, en fuego por el Señor, sintiendo la mano de Dios en su vida.  Pero ahora el descarriado solo da vueltas en su cama-porque le ha dado las espaldas a su amante Señor!

Descarriado, si estás huyéndole al llamado de Dios, viviendo en desobediencia, sólo tendrás un sueño profundo de tristeza.  Te sentirás como una persona condenada, desgastada por la culpa y la ansiedad.  Y puedes estar seguro que tu tempestad vendrá-porque Dios te ama!  Te has embarcado en el mismo viaje que Jonás tomó.  Y como el profeta descarriado, serás sacudido por una batalla de vida y muerte por tu alma!

Déjame preguntarte: Piensas que Dios se va quedar tranquilo y permitir que el diablo te aleje de él?  Piensas que él permitir que simplemente te apartes de él y condenes tu alma?  Nunca!  Una vez le dijiste que le serviras toda tu vida-y él creyó tu palabra.  Jesús roció su sangre sobre ti.  Y ahora él está diciendo: "Esa es mi sangre, derramada por ti.  Tú eres mío-y no te dejaré.  Tomaré cualquier acción drástica para mantenerte.  Te puedo poner en el vientre de una ballena. Pero no dejaré que corras de cabeza al infierno!"

Existen tres consecuencias horribles para el descarriado. Las compartire contigo en el transcurso de los días.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias por el relato,la biblia no dice,porque Jonas no quiso ir la primera vez a Ninive,no se si por temor a ellos,ya ke siendo la capital de Asiria eran brutalmente salvajes,o depronto creyo ke no se ivan a arrepentir,o no merecian ser perdonados.hay nos damos cuenta 2 cosas cuando nos arrepentimos Jehova nos perdona,y la palabra de Dios se cumple o se cumple,y no le digas a Jonas descarriado.No lo fue..hermano...